Es la segunda vez consecutiva que se queda a un suspiro de batir el récord de España de maratón en Rotterdam, pero Alessandra Aguilar está contenta. Para ella, cada carrera es una oportunidad nueva para crecer, y sabe que tiene una buena marca en las piernas. Ahora, con la mente puesta en los mundiales de Moscú, no se corta al reconocer que lo suyo es el asfalto, donde se siente como pez en el agua. Alessandra Aguilar, un animal de asfalto que ya ha hecho las paces con la maratón y está más que dispuesta a quitarse la espina cuanto antes. Sin duda.
Alessandra, te has vuelto a quedar a nada del récord pero has conseguido la mínima para Moscú. ¿Cómo te encuentras?
Estoy muy contenta, porque la carrera del domingo en Rotterdam fue una carrera muy complicada. No hacía un buen día para correr, las condiciones climáticas no fueron las idóneas, sino todo lo contrario. Me quedo con la espina de que haber tenido el récord de España, claro: lo he tenido y me he vuelto sin él, pero sabiendo cómo fue la carrera y las dificultades que se dieron, estoy muy muy contenta. De hecho, me da confianza: una vez más me demuestra que tengo el récord en las piernas y no sólo eso, también tengo una marca entre 2:25 y 2:26 pelados. Esa es la marca que valgo, y acabará saliendo.
En Rotterdam cruzaste rápido la media maratón y siempre te mantuviste por debajo del récord hasta los últimos kilómetros. ¿Cómo viviste la carrera?
La verdad es que la carrera fue bastante bien. Llovió un poco antes, mientras calentábamos, pero cuando dieron la salida se quedó un día perfecto para correr. Yo corría sin reloj, no me hace falta llevando a Marc de liebre, y en el primer kilómetro ya me dijo que “lo habíamos clavado”. Fuimos un grupo muy grande en carrera hasta el kilómetro 15, lo que nos refugió del viento y yo iba muy cómoda. Me planté en la media casi sin darme cuenta, cuando vi el paso (1:12.54) Marc me dijo que iba todo muy bien, yo no había visto ningún crono y entonces me fijé y me impactó porque iba de maravilla. Ver que pasas en ese tiempo y con esas sensaciones es… ¡Wow!
A partir de la media maratón, el grupo disminuyó a cuatro o cinco personas, pero empezaron algunos problemas: salió el sol y nos comenzó a golpear el bochorno de calor, con mucha humedad, tuve que coger agua para echármela por la cabeza para combatir el calor. Además el estómago me empezó a mandar avisos y hubo un momento en torno al kilómetro 27 que pensé que tenía que pararme. Pero dije “respira hondo, focaliza y si te paras que sea porque no quede más remedio”. Al final por suerte el estómago se calmó, tuve que controlar las bebidas y los avituallamientos porque veía que el estómago me estaba sufriendo.
En el kilómetro 30 Marc ya me avisó de que iba mal y que no iba a poder seguir. El otro chico, que había puesto la organización, pudo aguantar algún kilómetro más y me quedé completamente sola. El día anterior la organización ya nos avisó de que el viento no iba a ser nuestro amigo en el último tramo de carrera, y no se equivocaron lo más mínimo: cuando giré en el kilómetro 35 empezó a soplar y soplaba y soplaba, y empecé a luchar contra mí misma y contra el viento. Focalizaba a la gente que iba delante, pensando: “Ahora a por el de verde, ahora a por el de azul”, intentando no flaquear. En el kilómetro 37 mi entrenador me dijo que iba en récord.
¿Qué cara se te queda cuando llegas a meta y ves que te has quedado a doce segundos del récord de España?
En el kilómetro 40 vi que iba tarde para batir el récord y pensé: “¡Dios, noooo, otra vez!” Aun así aprietas, pero vas tan justo y el viento es tan fuerte que no se puede. Encaré la última recta sin mirar el crono, no quería mirarlo, yo sólo apreté los dientes y esprinté como si me fuera la vida en ello: “Cruza la meta y ya te puedes morir tranquila”, pensé. No era consciente, crucé la meta y no supe la marca que había hecho hasta que vino Marc a decírmelo. Y estaba tan sumamente cansada que sólo pensé en sentarme, ni lo pensé porque estaba agotada. Lo había dado todo y lo único que quería era algo para ponerme encima y sentarme.
En Rotterdam pasaste la media maratón en 1:12.54, tu mejor marca es 1:11.33 y el récord de España es 1:09.59 (Rocío Ríos, 1997). ¿No estás tentada ahora mismo para atacar el récord nacional de media maratón?
La verdad es que sí, es un objetivo que tanto mi entrenador como yo tenemos en mente. Mis mejores medias las hice hace mucho tiempo y sin prepararlas específicamente, y tampoco en los mejores circuitos. Es un récord difícil pero también lo tenemos en mente, lo que pasa es que hasta ahora no se nos ha presentado la circunstancia de coger una buena media y prepararla, las fechas nunca nos han venido bien ni por calendario ni por objetivos. Es un objetivo sobre todo de cara para el año que viene, más que para este, pero creemos que podemos pelearlo. Y si no por lo menos conseguir una buena marca.
Ahora queda una temporada de verano por delante, con el campeonato mundial de Moscú en el horizonte. ¿Cómo encaras los próximos meses?
Lo veníamos hablando en el viaje de vuelta mi entrenador, mi pareja y yo. Sé que hay objetivos en mente, pero ahora necesito desconectar y descansar. La idea es empezar y si todo va bien poder estar en el Campeonato de España de media maratón después del mundial. Pero todo lo preparo con vistas al mundial de Moscú: va a ser una maratón muy dura.
Da la impresión de que Antonio y tú habéis decidido hipotecar el cross de este año con vistas al intento de récord de Rotterdam…
Así es, lo hablamos al principio de temporada y vimos que era lo mejor. Al final, con la edad lo notas, ¡y no es que sea tan mayor! (risas) pero se nota y cada vez voy más cómoda por arriba. Hay ritmos que domino muy bien y hay otros que no tanto: sabíamos que estábamos bien, que teníamos la oportunidad de batir el récord y focalizamos toda la temporada hacia Rotterdam. Hipotecamos mucho el cross, pero yo ya le dije a Antonio que llevo muchos años sobre el barro y que ahora el objetivo era otro. El campo a través me encanta y lo seguiré haciendo, porque te ayuda mucho a preparar la maratón y es más liviano, te viene muy bien, pero cada vez soy más maratoniana. Nos centramos más en ruta y no quisimos sacrificar nada de la maratón por el cross. He ido muy cargada de kilómetros, para el nacional descansé aunque no salió buena carrera, pero todo se ha entrenado de cara a la maratón.
Marc Roig se ha convertido en tu liebre de confianza. ¿Cómo es la relación entre una corredora y el atleta que le hace de liebre?
A Marc le conozco desde que estuvo becado en Madrid y entrenando en la Blume, aunque no estábamos en el mismo grupo pero rodábamos mucho juntos. Siempre nos hemos llevado muy bien y ya entonces cuando me ayudaba en algún entrenamiento me daba cuenta de que tiene un correr muy cómodo. Hay personas que te pueden llevar el ritmo, pero hay otras con las que directamente es cómodo correr. Marc tiene un correr muy fluido y yo me adapto muy bien, me conoce genial, cuándo voy bien y cuando no: hay muy buena conexión y muy buen feeling y eso es esencial en una maratón. Tengo tanta confianza en él que salgo sin reloj: sé que si vamos lentos, él no va a hacer un cambio brusco sino que va a ir todo muy progresivo, como tiene que ser en la maratón. Y ya te digo, tiene un correr muy fácil, parece que va rodando y tú vas mejor también.
Te voy a preguntar por un compañero tuyo: Javi Guerra. Debuta en maratón este fin de semana en el campeonato de España. ¿Qué tal le ves para su primera carrera de 42 kilómetros?
Está entrenando muy bien y creo que ‘Guerrita’ va a ser un buen maratoniano. Está muy bien de forma, en el nacional de cross no le salió del todo bien pero le he visto y ha hecho entrenamientos muy muy buenos. Va a pelear por ganar el campeonato de España y tiene que tener confianza en sí mismo, no tener miedo porque lo vale. Luego también a ver lo que pasa en A Coruña: si en Rotterdam hacía viento no me quiero ni imaginar en Galicia. Ojalá tenga una primera experiencia tan buena como la mía.
Tu siempre has sido una atleta polifacética: cross, pista y ruta. ¿En cuál de los tres medios te encuentras más cómoda?
Ruta, sin duda. No tiene nada que ver, yo me meto en el asfalto y como pez en el agua. No sé si es mi manera de correr, pero la ruta sin duda. El cross me encanta, he tenido temporadas buenas casi siempre, pero como en la ruta no estoy en ningún lado. La pista me gusta, pero no nos llevamos demasiado bien (risas): en pista no tengo las marcas que debería, he tenido buenas temporadas pero no han terminado de salir. Cuando estás bien en pista, es una sensación increíble, pero he tenido dos días buenos por mil malos: no me adapto al tartán. Asfalto, sin duda.
Para ti, ¿la maratón es cruel o gratificante?
Para mí es gratificante, tengo balance positivo. Es una prueba muy dura, pero también es una prueba muy especial y mágica. Hasta en las malas experiencias, la maratón es lo que más me ha enseñado, es una prueba que siempre te ayuda a mejorar y a crecer. Por eso creo que es gratificante: si estás preparando una maratón muchos meses y no sale bien terminas hecho polvo, pero ese día has aprendido tanto y has crecido tanto que es gratificante. Para la siguiente siempre vas mejor y más preparado.
Entre mundiales, europeos y Juegos Olímpicos has sido internacional en 38 ocasiones. ¿Cuál de todas tus internacionalidades recuerdas con más cariño?
La más especial de todas fue la primera: el campeonato mundial junior de cross en Sudáfafrica. Todas las que estuvimos allí lo recordamos de una manera muy especial. He ido a Juegos Olímpicos, que es lo más, pero Sudáfrica fue la experiencia que marcó mi paso a la universidad: ahí me di cuenta de que me quería dedicar al atletismo, ser profesional y ver hasta dónde puedo llegar. Fue tan bonito, me lo pasé tan bien e hice mis mejores amigas. Tengo unos recuerdos maravillosos, era el año de pasar a la universidad y le dije a mis padres que lo que quería estaba allí, y ellos me apoyaron para venirme a Madrid. Fue la competición que hizo que diera el paso.
Para terminar: ¿perdonamos a la maratón y nos reconciliamos con ella?
¡Yo no le tengo que perdonar! Estamos reconciliados con ella, no estoy enfadada con la maratón, para mi es la prueba.
Alessandra, muchas gracias por tu tiempo y mucha suerte.
Muchas gracias a vosotros.
Fotos Tom Pagenet | Juanjo Martín (EFE) | Alberto Estévez (EFE)