La ciudad española de Salamanca fue la sede de un hecho histórico allá por el 1993. Javier Sotomayor lograba, por milímetros, sobrepasar los 2,45 metros en el salto de altura. El cubano, alzaba el Récord del Mundo que el mismo poseía un poco más, conservándolo durante toda la década de los 90 y año tras año en el siglo XXI, donde nadie hasta hoy ha conseguido superarlo. El último en acercarse fue el ruso Vyacheslav Voronin, que llegó hasta los 2,40 en el Crystal Palace de Londres, hace ya doce años.
Bien es cierto que tanto Stefan Holm en 2005, como Ivan Ukhov en 2009, consiguieron llegar a esa mágica barrera, pero no sobre un escenario semejante, ya que fue bajo techo. Sin embargo, y aunque pueda parecer que es más fácil subir más alto en un ambiente sin viento ni lluvia, Sotomayor solo fue capaz de llegar a los 2,43, y Voronin se quedó mucho más atrás, en los 2,37. El salto de altura es por ello, quizás, el que menos se ve afectado por este cambio de lugar entre el invierno y el verano.
Los siete héroes del periodo estival
Aunque pueda parecer que debería haber muchos más, solo siete atletas consiguieron batir los 2,40 metros al aire libre, por los seis que lo hicieron bajo techo. El final de la década de 1980 y el principio de los 90 fue sin duda la época más prolífica, con Javier Sotomayor como gran referencia. Desde 1989 a 1994, el cubano logró superar en 17 ocasiones dicha altura, siendo la primera de ellas, los 2,44 metros de San Juan de Puerto Rico.
El pionero fue Rudolf Povarnitsyn, de la URSS, que en 1985 adelantó por un centímetro (2,40) al chino Zhu Jianjua (2,39). La alegría le duraría poco, ya que un compatriota suyo, Igor Paklin, llegaría hasta los 2,41 tan solo un mes después. El primero sería medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, mientras Paklin, solo pudo ser séptimo.
Después de ellos dos, desde 1987 el dominio y las marcas destacadas serían las del sueco Patrik Sjöberg. El que podría ser considerado el predecesor de Stefan Holm, se alzó hasta los 2,42 metros en su propio país, concretamente en Estocolmo. De su cuello, a donde llega su famosa melena, se colgaron dos platas olímpicas (Los Ángeles 1984 y Barcelona 1992), y un bronce (Seúl 1988), en una carrera deportiva de grandes éxitos, ya que sumó además un Mundial al aire libre, uno bajo techo y cuatro título europeos.
Los dos restantes tuvieron la mala suerte de coincidir en la misma época que Sotomayor. Sorin Matei (Rumanía) y Charles Austin (Estados Unidos), también rebasaron los 2,40 metros. El rumano solo cosechó dos medallas en grandes competiciones (plata y bronce en Europeos Indoor), mientras que el estadounidense pudo aprovecharse en 1996 (oro en Atlanta) de una lesión de Sotomayor. Austin fue el mejor también en el Mundial de Tokio 1991 (2,38), con Récord del Campeonato y sobrepasando por dos centímetros al cubano.
Ivan Ukhov, la esperanza actual
El campeón olímpico de Londres Ivan Ukhov, nunca llegó a los 2,40 al aire libre, solamente bajo techo. La próxima temporada puede cambiarlo en su propio país, en los Mundiales de Moscú. «Cuando te pones delante de una barra a 2,40 m como mínimo, no es fácil asimilarlo psicológicamente. Sólo he conseguido esa altura una vez, pero lo he intentado en otras ocasiones, es algo que de alguna manera me evade, creo que es más una barrera mental«, aseguró hace unos días en una entrevista.
En España la plusmarca la posee Arturo Ortiz, con 2,34 metros desde el 22 de junio de 1991. En estos momentos parece una utopía llegar a esa marca, pero la nueva hornada de saltadores, liderada por Miguel Ángel Sancho y Simón Siverio, podrían lograrlo.