Final tan feliz como agridulce en un medio maratón lleno de historias, de matices, de sufrimiento y de alegría. Cuando los cuatro españoles llegaban a meta, el locutor no dejaba lugar a dudas: el equipo masculino era el nuevo campeón de Europa de medio maratón por equipos, competición inédita en el circuito europeo. Pero unos minutos más tarde, hechas las fotos y con los atletas incluso rodando por la Plaza de los Museos de Ámsterdam para soltar los músculos, los datos han reflejado una realidad distinta: los españoles son segundos y subcampeones de Europa porque, tras revisar los tiempos y volver a sumarlos, han quedado dos segundos por detrás de Suiza.
Una carrera ganada precisamente por el suizo Tadesse Abraham que desde el principio de la prueba se ha puesto a tirar y ha tenido su premio, llevando además a su equipo a la victoria. Desde los primeros cinco kilómetros ha formado un grupo con los que después le acompañarían en el pódium: el turco Özbilen y el italiano Daniele Meucci. Pero no lo han tenido tan fácil: el catalán Carles Castillejo se la ha «jugado», como ha dicho él mismo, y se ha enganchado a su rueda para terminar octavo con 1:03.52 minutos.
Y ha anunciado que después de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro colgará las zapatillas del atletismo profesional tras casi dos décadas de éxitos en el fondo de primer nivel nacional e internacional y con cuatro Juegos a sus espaldas.
Dos puestos por detrás llegaba el novato más veterano y listillo que ha tenido nunca la selección española: Jesús España que con 1:04.01 llegaba en décima posición, de menos a más como siempre y poniendo el certificado de calidad en su decisión de pasarse al asfalto. Le hubiera gustado más adelante, pero asegura que «ahora hay que pensar en Río», donde será maratoniano.
España llegaba esforzado a meta un poco por delante de Ayad Lamdassem, decimosegundo con 1:04.13 horas. Un resultado sorprendente, teniendo en cuenta que ha llegado sin dorsal y con cara de haber visto al mismísimo Fantasma de la Ópera después de una aparatosa caída al principio de la prueba que le ha llegado a producir hasta 300 metros de desventaja con el pelotón de rivales al comienzo de la prueba, una distancia que ha tenido que recuperar. «Me he puesto nervioso, he pensado en retirarme, he entrenado duro para estar entre los tres primeros», ha dicho al término de la prueba.
Y por último llegaba a meta un sufrido Iván Fernández en el puesto 72º con una marca de 1:09.38 horas. «Quería retirarme, al final no lo he hecho, he sufrido muchísimo», contaba empapado en sudor ya llegando a la zona mixta.
Ayad Lamdassem llegaba a meta y se desplomaba junto a la valla y era Castillejo el que tenía que ir a levantarle. Y ha sido Jesús España el que se ha llevado a los dos a la línea de meta para esperar a su compañero Iván, que ya no puntuaba ni falta que hacía porque las pantallas decían que eran campeones de Europa de medio maratón. Esperaban a Iván Fernández con los brazos en alto. «¡¡Iván, que hemos ganado!!», gritaba Jesús España a la llegada del vitoriano.
El disgusto llegaría después, una vez pasados por zona mixta, cuando se enteraron de que por dos segundos perdían ese oro y quedaban relegados a una plata muy meritoria por detrás de la Suiza de Abraham.
Han tenido que curar también las heridas de guerra: Ayad Lamdassem tenía el cuerpo llego de raspones después de la caída al principio de la prueba que, sin duda. le ha privado de poder pelear por una medalla tal y como ha asegurado él mismo.
Y Jesús España también se ha llevado su parte de la batalla: un cabezazo con una señal de tráfico que no ha podido esquivar le ha conferido el aspecto de un veterano de guerra. Sólo le ha dado tiempo a lamentarse de sí mismo cuando el corredor que llevaba delante se ha apartado para darle la bienvenida al objeto y rematar de cabeza al fondo de la red.
Por suerte, ninguna de las dos heridas es de consideración.
DOMINIO PORTUGUÉS EN MUJERES
El monólogo luso en la carrera de mujeres ha rozado el insulto: las portuguesas se han proclamado campeonas de Europa por delante de Italia y de Turquía lideradas por una imparable Sara Moreira que con 1:10.19 horas se imponía a la italiana Verónica Inglese (1:10.35) y a la también portuguesa Jessica Augusto (1:10.55).
Carrera rápida en la que las españolas han sido undécimas por equipos, con un ligero desplome de las expectativas. La mejor de las nuestras ha sido la lucense Alessandra Aguilar – a quien el ‘Papá Noel de Lugo’ animaba en cada puente – en 27ª posición con 1:13.28 horas. Carrera dura para la discípula de Antonio Serrano que ahora tiene la mente puesta en el maratón de Río de Janeiro.
Segunda española ha sido precisamente la que era reserva para el maratón de Río de Janeiro: la madrileña Azucena Díaz, que portaba una sonrisa de oreja a oreja cada vez que veía españoles por el recorrido y que ha llegado a meta en 36ª posición con una marca de 1:14.21 horas. Veinte puestos por detrás llegaba la navarra Estela Navascués, visiblemente disgustada después de llegar a meta e intercambiar impresiones en caliente con el cuadro técnico de la Federación.
Y no ha podido terminar la prueba la turolense Marta Silvestre, que desde el kilómetro cinco ha empezado a sufrir los problemas respiratorios que han lastrado su preparación en el último mes. «Lo he pasado fatal y no sé si he tomado la decisión correcta«, ha dicho Silvestre, que se ha retirado al paso por el ecuador de la prueba.