Parecía que este fin de semana, sin grandes pruebas de fuste internacional, iba a ser aburrido. Pues no. Resulta que ha habido 18 corredores que han bajado de 1.10 en medio maratón maratón y, al ladito de casa, en Valencia, tres kenianos de primer nivel han acreditado menos de 1 hora en media… y eso que pincharon…
Empezando por lo más cercano, el Medio Maratón de Valencia, organizado por la SD Correcaminos y patrocinado por el Ayuntamiento de Valencia, Divina Pastora, Adidas y la Fundación Trinidad Alfonso, ha batido récord de participación (8.500 llegados a meta, que se dice pronto) y de calidad de marcas (Kimurer, Kipkemoi y Mwangangi por debajo de 59:59). No se rompió la plusmarca de la prueba por un error de planteamiento: en un día con 75% de humedad, la cabeza pasó los primeros 5 kilómetros en 13:46 y los 10 en 27:50. Una cadencia demasiado rápida, incluso, para Kenneth Kipkemoi, Ken para los amigos, un tipo fino como un junco, callado y serio, que posee 26:52.65 en 10.000 metros y que la tarde anterior afirmaba que podía correr en 58:45.
En los siguientes 10 kilómetros el ritmo cayó casi un minuto (28:45 en ese parcial) y, para colmo de males, Kipkemoi levantó el pie del acalerador en los 1.096 metros finales, que cubrió a ritmo por encima de 3 minutos el kilómetro; vamos, una bagatela para el chico. Resultado: Joel Kimurer, fondista de historial inferior y que no había terminado ni una sola carrera en 2012, le fulminó al sprint con 59:36. Como atleta que gana en Valencia, atleta que sube al estrellato, y encima el registro es colosal para el calor y la humedad reinante, no les extrañe ver muy pronto a este desconocido de 24 años correr maratón en 2.05 ó menos.
En mujeres venció la también keniana Alice Mogire con marca personal: 1.09:57.
A muchos kilómetros de la costa levantina, en Amsterdam, se disputó el tradicional maratón de octubre. Tras las marcas de Berlín, Chicago y Eindhoven parecía imposible que quedaran africanos disponibles para bajar de 2.10. Los hechos, sin embargo, son tozudos; en todas partes y en todas las épocas del año hay un pelotón del Cuerno de África capaz de dejarnos con la boca abierta.
En Holanda se montó un grupo cabecero del máximo nivel, que anduvo más o menos unido hasta el kilómetro 35 a un paso de 2:58-2:59 por mil. En ese punto emergió Wilson Chebet, un ganador nato, que cubrió el siguiente parcial de 5 kilómetros en 14:19 para ganar con 2.05:40, seguido de tres debutantes etíopes que bajaron de 2.07: Bentayehu Assefa (2:06:22), Abrha Gebretsadik (2:06:23) y Feisa Bekele (2:06:26). En meta hubo 12 atletas sub 2.10, incluido el holandés Michel Butter (2.09:58).
Y de Europa, al continente asiático. Este fin de semana también se disputó otro maratón en la impronunciable localidad surcoreana de Gyeongju. Con un ritmo ligeramente más lento que en Amsterdam, reinó con la misma táctica otro killer de la distancia de Filípides, Wilson Loyanai, que completó el último tramo de 10 kilómetros en 28:53, para señalar 2.06:46. A Loyanai le conocíamos por su inesperada victoria en Seúl, allá por el mes de marzo, con 2.05:37. En este caso y por detrás de él, le acompañaron en menos de 2.10 un total de 6 corredores.
Una curiosidad más: el domingo pasado se celebró asimismo el Medio Maratón de Birmingham, con triunfo para el keniano Micah Kogo (1.00:17) y tercera plaza para un decepcionante Zersenay Tadesse (1.01:06), probablemente fatigado aún por el oro que obtuvo dos semanas antes en los Mundiales de Medio Maratón de Kavarna. Esa derrota de Tadesse, alejada de tiempos de relumbrón, le hace pensar a uno. Cuánto ha evolucionado el atletismo para que una marca de 1.01:06 parezca anodina. Y cuánto debiéramos reflexionar al respecto…
Desde luego ganarle a Kogo no es fácil, Tadesse más vale que casque una buena maratón ya poque los años pasan.