El vallista dominicano Félix Sánchez ha protagonizado una espectacular vuelta a su mejor nivel esta temporada, haciéndose con su segundo título olímpico, en Londres y ocho años después de haber sido campeón en Atenas. Ídolo de masas en su país, el «Supersánchez» ha vivido una segunda juventud en este año 2012, dominando la distancia de los cuatrocientos metros vallas con treinta y cinco años y más de una década después de su primer título mundial en Edmonton.
Félix Sánchez, de padres dominicanos, nació en Nueva York en 1977 y comenzó su carrera deportiva de la manera más estadounidense posible: jugando al béisbol. Así fue al menos hasta que una lesión de muñeca le llevó a abandonar ese deporte y a empezar a practicar atletismo mientras se graduaba en psicología en la Universidad del Sur de California. Rápidamente destacó en la práctica de las vallas y la velocidad de largo aliento, si bien no era de una complexión tan espigada como cabe esperar de un vallista. Profundo admirador de Edwin Moses, intentó acudir a los mundiales de Sevilla como estadounidense, ya instaurado como corredor de élite de las vallas largas, con buenos registros en velocidad pero muy técnico sobre el obstáculo. Fracasó y decidió acudir bajo el estandarte dominicano. Acudió lesionado y fue eliminado en las primeras rondas, pero comenzó a fraguar la leyenda que durante más de una década cimentaría el deporte dominicano. Y fue a partir de entonces cuando empezó su meteórica carrera.
Tras caer en las semifinales olímpicas de Sidney, Féliz Sánchez se proclamó campeón mundial en Edmonton, en el año 2001, dando un salto de calidad espectacular en cuanto a marcas (de 48.33 a 47.38 segundos). Dos años después revalidaría su título en París y se colocaría como el séptimo hombre más rápido de todos los tiempos, merced de sus 47.25 segundos que le dieran el título en la capital francesa. Un año más tarde alcanzó lo que podría parecer el punto más alto de su carrera, con su título olímpico de Atenas y llevando la bandera dominicana a lo más alto de todos los podios a los que podía acceder, con la triple corona de mundial, Juegos Olímpicos y Panamericanos.
Tras todos estos triunfos, cabía esperar que la carrera de Félix Sánchez comenzara a desinflarse en cuanto a éxitos, y así fue: consiguió una plata mundial en Osaka y fraguó una discretísima actuación en los Juegos de Pekín en 2008. Pero el ave fénix de la República Dominicana comenzó a remontar el vuelo el año pasado: consiguió un muy meritorio cuarto puesto en los mundiales de Daegu, preparando lo que sería a todas luces su segunda juventud. Entró en el año 2012 con toda la intención de revalidar su condición de campeón olímpico, o al menos de conseguir una medalla en Londres. Según avanzaban las competiciones, el «Supersánchez» comenzaba a aplicar su particular «boom» y se iba postulando como firme candidato a los puestos de honor en Londres, hasta que llegó el día de la final. Y como en sus mejores tiempos, Félix Sánchez protagonizó una épica remontada en la recta final para proclamarse campeón olímpico de nuevo. Y no de cualquier manera, sino corriendo por debajo de los cuarenta y ocho segundos y batiendo a dos corredores como Javier Culson y . Un auténtico ‘flashback’ atlético, una segunda juventud de un corredor que ha vuelto a inscribir su nombre con letras de oro en la historia de los cuatrocientos metros vallas.
https://www.youtube.com/watch?v=M99AfnmEXhU
es el mejor atleta para mi