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El mundo del deporte ha dado su último a Pietro Mennea, la leyenda de la velocidad mundial que falleció el pasado jueves tras años de luchar contra una enfermedad sin cura posible. La muerte prematura fue la única barrera que la ‘Flecha del Sur’ no pudo romper, dejando para el recuerdo momentos deportivos inigualables y un legado de marcas que, años después, siguen inscritas con letras de oro en todos los salones de la fama. Dopaje y carisma salpican la carrera de esta bala italiana.

Pietro Mennea es una de esas leyendas que no mueren por mucho que pasen los años. Un velocista italiano, con mucha cara de italiano además, que consiguió romper barreras que en los años ochenta rozaban lo impensable y casi también lo imposible. Un récord mundial de 200 metros, una marca de 19.72 segundos que aún hoy, cuarenta años más tarde, sólo está al alcance de unos pocos privilegiados. Pietro Mennea no vivió los grandes avances de la medicina ni de la tecnología de los que disfrutan los velocistas de élite de hoy en día, ni tenía un físico tan espectacular como el de los velocistas caribeños pero tenía ese «algo», una magia que le llevó a hacer historia en europeos, mundiales y Juegos Olímpicos y, por supuesto, en las tablas de récords.

Su récord mundial de 200 metros lisos se tiró 17 años viendo pasar legiones de atletas que se despeñaban en fútiles intentos de batirlo. Lo consiguió un  1979 durante la Universiada celebrada en México. Avisó en las semifinales rompiendo la barrera de los veinte segundos como si nada, con 19.96, y en la final pegó un golpe en la mesa que tardaría muchos años en borrarse: 19.72 segundos para la historia.

http://www.youtube.com/watch?v=nd29qjKznqw

Es la parte más deslumbrante de la carrera de Pietro Mennea, pero dista mucho de ser su único éxito. Este italiano, nacido en la orilla del Mar Adriático de la ciudad de Barletta el 28 de junio de 1952, se colgó tal cantidad de medallas al cuello que costaría mucho ponerse a hacer inventario. Nació en una década en la que todavía pocos pensaban que fuera posible bajar de los veinte segundos en los 200 o, menuda osadía, bajar de diez segundos en el hectómetro. Su primera internacionalidad llegó como atleta todavía junior en 1971, participando en unos campeonatos europeos de Helsinki donde fue sexto en los doscientos metros, su prueba predilecta, y pescó un trabajado bronce con el relevo 4×100 italiano. Ese mismo año también ganó los Juegos del Mediterráneo. A partir de ahí, llegó un chorreo interminable de medallas y éxitos, coronado en primer lugar por una magnífica plata en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. Después llegaría su primer título de Campeón de Europa en casa, en Roma 1974, subcampeón mundial en Helsinki al año siguiente y una cantidad imposible de medallas en europeos y mundiales.

http://www.youtube.com/watch?v=rpnDLYOT3tA

Y todo lo ganaba siempre igual: con ese correr no excesivamente agraciado pero efectivo, siendo siempre el que mejor aguantaba la  velocidad en el complicado final de los 200 y con un gesto de felicidad que se repitió en incontables ocasiones durante los setenta y principios de los ochenta. Tampoco tenía una gran salida, y confiaba, a veces en exceso, en sus posibilidades de remontar lo imposible en la última recta. El punto más alto de su carrera deportiva llegó, quizás, en 1980: recién batido el récord mundial de 200 metros el año anterior, Pietro Mennea cumplió el sueño de cualquier deportista: ser campeón olímpico. Lo hizo en Moscú, corriendo la final por una calle espantosamente exterior y con una salida igualmente espantosa en pleno boicot estadounidense a los Juegos. Rápidamente le cogió la compensación el escocés Allan Wells, ganador de los cien metros, y para ser sinceros todo parecía perdido, con la ‘Flecha del Sur’ espantosamente retrasada a falta de cincuenta metros para el final. Poca sorpresa se debió llevar el escocés cuando, con todo el pescado vendido, apareció un italiano tirando hasta con las cejas para levantarle la medalla de oro en el último suspiro. Pietro Mennea se proclamó Campeón Olímpico, su última gran aparición internacional para anunciar su retirada tres años más tarde. Una retirada unida a la sombra del dopaje, ya que años después él mismo admitió haber recurrido a la hormona del crecimiento, sustancia que por aquel entonces, eso sí, no estaba prohibida.

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El récord mundial de Pietro Mennea amenazó con convertirse en uno de los más longevos de la historia: 17 años duró al frente de la nómina de plusmarcas, unos 19.72 que parecieron imposibles no sólo en ese momento, sino durante toda la década posterior. Todavía hoy es una marca que abriría las puertas de todos los grandes campeonatos. Generaciones de atletas se estrellaron contra el muro construido por este italiano, corredores como el mismísimo Carl Lewis. Tuvo que ser nada menos que Michael Johnson quien pusiera orden y batiera el récord de forma incontestable en Atlanta el 1 de agosto de 1996, y no sin antes darse de cabezazos unas cuantas veces contra la marca de Mennea, con el sudafricano Frank Frederick rondando.

http://www.youtube.com/watch?v=RDZFkJKnBeA

Los más jóvenes tendemos a pensar que la velocidad europea nació con Cristophe Lemaitre, pero lo cierto es que hace cuarenta años ya existía un italiano que coqueteaba con la barrera de los diez segundos en los cien metros (10.01), y doblegaba sin piedad a cualquier americano musculado que se cruzase en su camino. Una carrera que no se salvó tampoco de la sombra del dopaje, al menos del sanguíneo: su posible relación con los polémicos Conconi y Kerr ha planeado sobre su currículum. Ese era Pietro Mennea, más que una marca, una época entera del atletismo mundial, de luces y sombras, condensados en un solo atleta.

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4 Comentarios

  1. Saludos:

    Gracias Alberto por dedicar este artículo a un mito del «Deporte Rey».

    2 puntualizaciones:

    Cuando fueron borrados de las listas esos 19.72 fue en Atlanta en 1996 pero en los «trials USA», el 23 de junio con 19.66. Después los 19.32 de los JJ.OO.

    «una magnífica plata en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972»
    En el ´72 con solo 20 años fue bronce tras Valeriy Borzov y Larry Black (USA)

    Sin más.

  2. DEP uno de los mitos del atletismo. No llegué a verle, pero su récord era una especie de leyenda siempre viva. Yo me preguntaba qué clase de italiano era capaz de hacer una marca imbatible 20 años después para los grandes velocistas americanos.

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