El verano ya llegó, y para muchos, la rutina estival consiste en salir de fiesta y pasar el día tumbado en el mar. Sin embargo, todavía puedes exprimir aún más el verano sin renunciar a estos placeres, ¿no crees? Hemos seleccionado una serie de recomendaciones para que puedas mantenerte en forma y saludable sin apenas esfuerzo:
Hidrata tu piel
Si vas a tomar el sol, es vital que te protejas la piel con crema solar.
Hidratar la piel es hidratarte a ti mismo, por eso el uso de cremas es un cuidado básico al que no debes renunciar. Recuerda que la piel es la principal diana de las agresiones externas, y evitarlas no es tan difícil con un poco de constancia y el factor clave: protección solar waterproof antes de tomar el sol y after-sun o cremas hidratantes para después de tomarlo.
Por otra parte, los productos más importantes para combatir los efectos desagradables del calor son los antitranspirantes o desodorantes. Además, con la finalidad de mantener una piel sana, el aceite de pescado puede evitar la aparición de arrugas en la piel, el síntoma más evidente de envejecimiento, así que ya puedes empezar a comer más bocatas de atún y a incluir más salmón en tus comidas.
Cúbrete la quijotera y los ojos
Pasar muchas horas bajo el sol sin algo que te proteja la cabeza o los ojos puede llegar a sobrecargarte. Además de proporcionarte un aire más cool, las gafas de sol pueden protegerte de los rayos ultravioletas. Elige unas que te cubran bien los ojos y que te ofrezcan una protección UV del 100%.
Si se te antoja un dulce, prueba con fruta
No tienes que renunciar a tus vicios alimenticios para perder barriga. Si eres de los que les gusta el dulce, seguro que te disfrutarás igual con una pieza de fruta que con una golosina, con la ventaja de que la fruta posee menor cantidad de azúcar y más fibra.
Si te apetece un dulce, prueba con piña, mango o cítricos, y si te apetecen unas gominotas, prueba con unas moras o frambuesas. Por otro lado, si lo que te apetece es un dulce blando, en el plátano o el melón encontrarás un manjar exquisito, pero si realmente quieres experimentar algo puramente azucarado, elige los higos.
Mantente en marcha
En el gimnasio, en la calle o en la pista, elige el escenario que más te guste para hacer ejercicio, solamente necesitas ponerte en marcha durante 3-4 veces por semana paseando durante una hora y notarás los efectos saludables de la actividad física.
Entrena y sé feliz
Si eres de los que no puede pasar sin entrenar y los trastornos del verano hacen mella en tu planificación, no te alteres y completa al menos tres sesiones de entrenamiento semanal para mejorar tus niveles de tensión arterial, irritabilidad y en definitiva, tu estado de ánimo.
Controla tu peso
No hace falta que memorices las virtudes de cada uno de los minerales, ni que cuentes las calorías de todo lo que comes, simplemente controla el volumen de tus raciones y combrobarás como desaparece ese “flotador abdominal”.
Incluye en tu ingesta diaria proteínas (ternera, cerdo, aves, pescado, huevos), almidones (cereales), lácteos (leche, queso, yogur), grasas (frutos secos, aguacates, aceites) y verduras (preferentemente verdes, crudas y ricas en fibra), tomando dos raciones diarias de cada grupo repartidas en 4 o 5 comidas.
Limita a una ración tu ingesta de almidón (maiz, trigo, patatas, etc.) los días que no entrenes, y a un máximo de dos raciones los días que vayas a entrenar de forma intensa. Por otro lado, no olvides beber entre 1’5 y 2’5 litros de agua diarios, (si haces ejercicio, la cantidad será más elevada debido a las pérdidas de sales por el sudor).
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