
Originalmente escrito por
DiegoPS14
No me notaba presionado, ni con la necesidad de demostrarle nada a nadie, sensación que me pesaba muchísimo, y que siempre tenia en las citas importantes, sin razón lógica alguna.
Sabia que las medallas estaban caras, pero también que había entrenado bien, y que, en todo caso, el mero hecho de estar allí, después de ese último año de lesiones, ya era un premio. Entendí que corría por mi, no por nadie más, y que lo que pasase en los próximos minutos, no iba a cambiar todo lo que había disfrutado entrenado, ni todo el esfuerzo que había puesto.
Corría porque me gusta hacerlo, porque soy competitivo y ambicioso. Pero sobre todo, corría para disfrutar. Disfrutar del ambiente, de la propia competición, de la rivalidad sana con el resto de mis compañeros, y especialmente, de intentar dar lo mejor de mi mismo.
Y creo que esta reflexión que llevaba tiempo en mi, pero que acabó de aflorar mientras calentaba, fue lo que me dio la tranquilidad suficiente para correr relajado y seguro durante el 1500.
Me doy cuenta de que este deporte, pude ser muy duro, muy injusto, pero que si eres constante, por mucho que tarde, siempre te acaba recompensando. Puede ser con una MMP, con una medalla, con una mínima, simplemente permitiéndote disfrutar haciendo aquello que te gusta hacer, o de cualquier otra forma. Pero siempre te acaba recompensando.