Buenas, no sé si hay algún hilo de algún corredor[B]minimalista. Me parece interesante escribir sobre mi experiencia personal. No con ánimo de que me lea nadie pues yo soy una mota en un mar de corredores. Lo hago más por satisfacción propia y realmente no sé cuanto duraré ni si escribiré de una forma continuada. Que salga lo que quiera. En un principio quiero contar mi perfil de corredor. Tengo 53 años y llevo corriendo aprox. 30 años. Soy una persona con mala genética como corredor, eso unido a que también soy muy poco competitivo y me da casi igual quien me pisa o a quien piso hace que mis ritmos sean de risa. Eso sí, puedo decir que disfruto corriendo (30 años me avalan). Soy del tipo que corre con música y si no es así me veo muy descolocado. Preferentemente prefiero rutas por senderos y huyo del asfalto. No era amante de las carreras populares, pues entendía que nada tenía que hacer, eso era en la época en que a esas carreras iban los machacas de verdad. Después se popularizó hasta tal punto que un día miré a ambos lados (metafóricamente hablando) y me encontré que si corrías y no asistías a esas carreras eras un bicho raro. Realmente con 20 años ya corrí en un par de maratones, en Sevilla. Luego dí un salto en el tiempo y no asistí a ninguna carrera hasta posiblemente unos 20 años después. Fue una media y la corrí un poco engañado por un amiguete. Llegué casi echando la pota, no era para menos, por aquel entonces si corría 8 km cada Domingo era un milagro. Era una época en que estaba más pendiente de mis niños que de otra cosa y mi poca evasión era una carrerita una vez a la semana. Mis niños se hicieron mayores y de tanto ver al papi empezaron a animarme a correr los tres juntos en bastantes carreras. Se puede decir que esto hizo que me popularizara como tantos corredores. Fundamentalmente eran trail, con distancias de todo tipo, desde 14 km a 42. Incluso me animé alguna vez a hacer una de 100 km. Voluntad no me faltaba. Y con esa de 100 km que fue la de los 100 de Bejar, la Vetona hizo que me decantara por el minimalismo. Acabé de esa carrera con las 10 uñas de los pies negras. Eso me hizo buscar una solución a los golpecitos costantes que nos damos los corredores con los dedos de los pies y las zapatillas. Indagando por internet leí sobre minimalismo y eso de correr con huaraches. Francamente me entusiasmé y me puse manos a la obra. Me compré unas merrell de drop 0 y empecé con mi transición al minimalismo. Creo recordar que me las compré un mes de noviembre y me las llevaba a correr alternandolas con mis zapatillas normales. Primero 4 o 5 km, progresando y con mucho miedo, pues en internet te decían que mucha cautela con estas transiciones. Cuatro meses después ya corría una media íntegramente con mis merrell drop 0. Qué diferencia notaba de éste calzado y cualquier otro? Pues realmente que daba yu yu pisar de talón en carrera. Practicamente me obligaba a pìsar de antepié, con pasos cortos y mayor cadencia. Realmente no me costó casi nada ésta transición. Yo creo que es debido a que realmente mi forma de correr se corresponde con lo que te exige éste tipo de calzado. Yo soy de paso corto por naturaleza. La verdad es que me adapté muy bien. De aquí di el salto a las huaraches. Me compré unos pies sucios terra y la verdad es que cuando las ví en mi casa me enamoraron. Inicié la tansición de la misma manera que con las merrell, sólo que ahora eran las merrell mi calzado habitual y los alternaba en carrera con los pies sucios que llevaba en una mochila. Paraba y me cambiaba acabando el circuito que tenía como objetivo. La experiencia con las huaraches fue una pasada. Un sensación de libertad impresionante, muchísima ligereza (95 g), por supuesto me obligaba todavía más a correr con el metatarso y de una vez por toda se acabaron los golpecitos de los dedos contra las zapatillas de turno. Pasitos cortos, mayor cadencia, y entrando con el antepié. Con cuatro meses ya corría 8 km sólo con las huaraches. Con mucha cautela y cuidado para no lesionarme. En internet te lo avisaban una y otra vez. Y yo me andé con cuidado. Las sandalias cogieron rápidamente la forma del pié y disfrutaba mucho saliendo a correr. Después de un tiempo me dí cuenta que en los caminos cada vez sentía más las chinas y garbanzos que me encontraba. Notaba que las suelas vibram se iban venciendo y la sensibilidad del pié era mayor. Salieron los pies sucios stone que supuestamente era para caminos más técnicos. No me lo pensé y me las compré. Las sensaciones muy buenas, las terra las dejaba más para asfalto, las stone para caminos. Después de meses de carrera ya me he metido en distancias más serias, de 21 km o más. Eso sí, siempre con trote cochinero, disfrutando del campo, la música y mis pies libres de todo tipo de presión. Bueno hasta aquí he llegado hoy. El próximo día os hablaré de alguna carrera popular que ya me presenté y a las que tengo idea de asistir con mis entrenamientos y sensaciones.