
Originalmente escrito por
CebriAfouteza
Muchísimas gracias. No es la primera, ni será la última, vez que te digo lo mucho que aprecio tus mensajes. Es complicado rendirse, pero tanto más no ser inconstante. Se junta la carrera, las prácticas, los exámenes, algunas evaluaciones de 'algo más' de peso, horarios intempestivos para entrenar, que me cercenan la tarde entera, obligaciones mínimas de asistencia para competir (algo que me producía curiosidad)... Intento que no se convierta en una obligación, sino en un deber que hago por ocio, una labor que acometo por mí mismo. Cuando, evidentemente, se torna en lo que digo, y se une una lesión de poca monta, y -sobre todo- una entrenadora que no cambia de rutina pasado un mes, que sólo aboga por las series, por técnica lesiva, por no pisar gimnasio y con la que siento que no avanzo, aparece, no puedo evitar venirme algo abajo o preguntarme, en ocasiones, por qué voy, o sentirme mal al ir a la pista, saber que estoy chungo y que mi rendimiento será pésimo. Sé que lo hago por mí y por el gusto que le tengo, pero cuando yo estoy mal, en este caso por depresión endógena, y cuando el gusto disminuye porque el entrenador (la entrenadora) es muy cuadriculada, no puedo ofrecer resistencia, me dejo llevar por esa espiral.
La lesión es una vieja conocida, la tuve en abril de 2018, entre marzo y abril de ese año. La voy dominando y conociendo cada vez más, ahora me dura unos días y no vuelve a responder, normalmente es una sobrecarga a nivel de la rótula, en un pasado por acumular 60 y 70 km en una semana sin estar acostumbrado, actualmente por no parar de realizar saltos y drills en césped, irregular, con los problemas que ello ocasiona. Frío, reposo de 2-3 días, movilidad articular para 'encajar' la articulación, y todo ha vuelto a funcionar de diez. En un pasado, en 2016, 17, la debilidad muscular me llevaba a lesionarme, cada 50, 70 km... del aductor, siempre, sólo. Ya lo he vencido, ya no sucede desde entonces, desde septiembre del 17. Muchos rodajes y gimnasio lo evitaron. Soy de conocer bien mis lesiones y su causa, para ponerles solución, y a base de eso he pasado de no poder recuperarme en 24 horas para correr a no perderme ni un entrenamiento aunque sea por una mínima y única lesión al cabo del año. Nunca digo a nadie que fuerce, pero tampoco veo forzar el hecho de, a una intensidad menor, seguir rindiendo. En tu caso fue duro, en el mío, no había peligro de rotura mayor muscularmente o de inflamación mayor a nivel tendinoso; se guardó reposo y se siguió.
¿El otro día? Contaré poco. 5X100 progresivos con la vuelta andando de descanso, rendimiento malo con zapatillas, peor todavía con clavos. Soy una máquina acelerando, alcanzo puntas muy buenas, pero me sigue fallando la elevación de rodillas que, 1 mes después, no hemos trabajado específicamente, sigue sin existir (pese a tomarnos SIEMPRE los tiempos, cosa que no me gusta) un grupo de velocidad o fondo como se dijo, me siento, a partir de ciertos metros, impotente, sin sensaciones buenas, sin esa sensación de otrora de alargar la zancada, pisar, tener interiorizado ese movimiento, no frenarme... Y me vengo abajo tanto muscular como psicológicamente y acabo en tiempos que prefiero no comentar. Te diría que puedo mejorar, pero de 25 hemos pasado a acudir entre 5 y 9, y soy el único chico que queda sano de la rótula a día de hoy, porque ya han caído 3, y 2 chicas. Mañana no puedo entrenar, porque tengo prueba médica por la duodenitis que sufrí, pero me libro de tener que saltar sobre el césped y hacer series de distancias arbitrarias, y pasado mañana tengo cardiólogo puesto que soy paciente sano pero de revisión casi obligada por antecedentes familiares, tanto de padre, como de abuela o, incluso, hermana. El jueves, ya veremos. Con suerte hacemos otro 6x100 o 5x150, confirmo que no me he hecho a los clavos porque no tengo ese gesto técnico, que me conformo con alargar mi velocidad y disminuir mi punta con las Duramo de foam, acabo el primero o segundo porque no hay chicos ni hay nadie más que acuda, me voy a casa igual que me vine, con la neura, y a otra.
Siento que suene algo tremendista, pero con la depresión encima, los estudios, cero motivaciones, cero compañía en el 'ámbito de entrenamiento' y una entrenadora que no ejerce esa figura, creo que hago hasta demasiado yendo a entrenar días extras, siguiendo todo a rajatabla (soy el único que no ha faltado todavía, salvo mañana) y no rechistando, porque no soy quién.
Vendrán tiempos mejores. Deberé abandonarlo por exámenes, pero volveré. Y no lo dejaré por tantos meses, eso seguro.