Según un reciente estudio del Instituto de medicina biológica y antienvejecimiento, el agua es fundamental para la vida, la tierra, el hombro y las plantas están compuestas por un 70% de agua.

La historia de la hidroterapia se remonta al dios griego Asclepios “dios de la medicina”. Hipócrates la utilizaba prescribiendo beber agua para bajar la fiebre y tratar múltiples enfermedades.

Fue Galeno y Celso quienes demostraron en la antigua Roma los efectos curativos de la hidroterapia, curando al emperador Augusto de una enfermedad resistente a todos los tratamientos.

Ya en la Edad Media, decayó un poco el uso de la hidroterapia por motivos religiosos, pero fue a principios del siglo XIX cuando Vincent Priessnitz “padre de la hidroterapia moderna” se interesó por los efectos curativos del agua. Debido a sus continuas lesiones en las manos, un vecino le enseñó utilizar las compresas frías y húmedas, con lo que consiguió curar sus dedos.

Priessnitz tenía multitudes de enfermos que querían ser curados por él. Este diseñó diversas formas terapéuticas basadas en la hidroterapia, pero su fama le llevó a que los médicos de la época le demandaran, ganando el juicio y obteniendo posteriormente la protección del emperador “el barón Turkeim”.

La hidroterapia iba cogiendo fuerza y se extendía por el mundo, pero no fue hasta que Sebastian Kneipp puso en práctica los trabajos de Priessnitz en sí mismo, ya que tenía una mala salud y la mayor parte de su tiempo lo pasaba en cama.

Tras recuperar Kneipp su salud, instauró el centro de hidroterapia más famoso del mundo en un pueblo de Alemania, combinando diversas formas curativas del agua, ejercicio, plantas, etc.

Mecanismo de acción

Los buenos resultados que se producen con el agua, son gracias a su capacidad de almacenar y transmitir estímulos térmicos “fríos y de calor” a nuestro organismo.

La capacidad que tiene el agua de almacenar calor, es muy importante ya que servirá para transmitirla a otras sustancias “cuerpo humano”, produciendo un aumento de la temperatura local, un aumento del riego sanguíneo y un estímulo reflejo en dependencia de la reflexología.

Por el contrario, si realizamos una aplicación fría, lo que se va a producir es una vasoconstricción (disminución del riego sanguíneo), seguida de una vasodilatación reactiva muy duradera. Esta vasodilatación reactiva será mayor que la que se produce al aplicar agua caliente...

Continuar leyendo en: dfisioterapia.com

Muchísimos más artículos en: dfisioterapia.com
Historia de la hidroterapia-logosdr-copia-jpg