Las tendinitis en el deportista son especialmente frecuentes, en cada deporte se da con más frecuencia unas tendinitis determinadas debido al gesto o estrés mecánico específico del mismo. En el corredor, las tendinitis más frecuentes son las del tendón de Aquiles, cintilla iliotibial y, por último, la tendinitis del tendón del tibial posterior, de la que hablaremos en este capítulo.
El músculo y tendón tibial posterior, debido a su situación y disposición del trayecto en la pierna y el pie, podemos decir que es un músculo de vital importancia para la carrera ya que éste va a ayudarnos a impulsarnos junto con el tendón de Aquiles pero también va a ser un perfecto amortiguador en la fase de recepción del pie contra el suelo, ayudando a absorber el impacto del pie contra el suelo, por lo que se puede decir que el músculo tibial posterior es un perfecto controlador de la pronación.
Para entender estas funciones, describimos de forma breve la anatomía de este músculo con su tendón.
El músculo tibial posterior se origina en la cara posterior de la tibia y peroné para dirigirse hacia abajo y hacia la parte interna del tobillo, convirtiéndose en tendón. Este tendón se va a insertar principalmente en el escafoides tarsiano, pero también manda expansiones a la 1-2 cuña y a la base del 2º-3º y 4º metatarsiano.
Este tendón está cubierto por una vaina que le protege del roce contra el hueso, ya que el tendón discurre pegado al este y, si no existiera esta vaina protectora, el tendón se rompería por la fricción del tendón contra el hueso.
La tendinitis y tenosinovitis del tendón del tibial posterior es una de las patologías más habituales en corredores, debido a su gran función de sostén del arco longitudinal interno o antipronador.
En una carrera continua se le va a exigir un gran esfuerzo al tendón de forma repetida, lo que va a ocasionar tenosinovitis (líquido dentro de la vaina) y/o tendinitis- tendinosis (inflamación aguda o deterioro del colágeno del tendón).
Esta patología también es frecuente encontrarla fuera del ámbito deportivo ya que se puede asociar a pacientes con sobrepeso, diabetes, trastornos circulatorios e incluso enfermedades metabólicas o reumáticas.
Síntomas
La disfunción del tendón del tibial posterior se clasifica en 4 fases o estadios:
- Estadío 1: Asintomático, predisposición patomecánica.
- Estadío 2: Tendinitis asociado a Tenosinovitis (líquido en la vaina del tendón). Ligera debilidad.
- Estadío 3: Tendinosis, rotura parcial del tendón, disfunción importante: hiperpronación y abducción del antepié.
- Estadío 4: Progresa rápidamente. Gran impotencia funcional con dolor y rigidez.
Habitualmente, en un estadío 3 y 4 la lesión cursa con edema difuso, hiperalgesia, sensación de debilidad y pérdida gradual del arco longitudinal interno, e incluso si no se realiza una tratamiento adecuado se puede producir un aplanamiento irreversible del arco del pie, a lo que denominamos pie plano adquirido del adulto, en este grado de lesión solo se puede corregir el aplanamiento del pie con cirugía.
Diagnóstico
Para realizar un buen diagnóstico de la patología se deberá hacer una exploración manual y biomecánica junto con la ayuda de pruebas de imagen para cuantificar el grado del lesión del tendón y poder hacer un tratamiento lo más acertado posible según en qué fase o grado se encuentre la lesión.
Pruebas de imagen:
– Ecografía: Es la prueba de elección para determinar el estado del tendón debido a que es barata y actualmente con los ecógrafos de alta resolución podemos hacer una diagnóstico muy preciso, e incluso con la ventaja de realizar un estudio comparativo y dinámico con el lado sano.
– Resonancia magnética nuclear: Puede ser de utilidad para confirmar el diagnóstico en caso de inexperiencia con la ecografía, e incluso descartar otro tipo de patologías.
Resonancia magnética: Tenosinovitis del tendón tibial posterior
– Analítica.
En ocasiones, si el paciente tiene dolor en ambos pies, e incluso en otras articulaciones o tendones o sospechamos de la posibilidad de la existencia de una patología metabólica, nos veremos obligados a realizar un análisis de sangre para descartar enfermedades que puedan cursar con la inflamación de este tendón como son las artritis reumáticas.
Tratamiento de la tendinitis del tibial posterior
Será muy importante determinar en qué grado se encuentra la lesión para poder planificar un tratamiento adecuado.
De forma general, en una primera fase y como en otras patología deberemos empezar con tratamientos conservadores. En una fase inicial realizaremos la confección de un soporte plantar o plantilla personalizada, con el objetivo de quitar tensión y trabajo al tendón tibial posterior.
Mientras se confeccionan las plantillas, se realizará un vendaje funcional para quitar carga de trabajo al tendón.
Asociado al soporte plantar se prescriben antinflamatorios no esteroideos y se empezará con tratamiento rehabilitador, donde se aplicarán terapias manuales, manipulaciones articulares desbloqueantes, estiramientos de músculos antagonistas y métodos físicos antinflamatorios como el ultrasonido, laser, magnetoterapia, tecarterapia, hielo, etc.
En fases más avanzadas, donde existe un deterioro del tendón sin rotura total, tendremos que encaminar el tratamiento a la regeneración del tendón, la cual se llevará a cabo mediante la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento u Orthokine, siendo el resultado muy bueno y en un porcentaje alto (según nuestra experiencia) evitando la cirugía reparadora, pero siempre habrá que hacerla guiada con ecografía para depositar los factores de crecimiento en la zona exacta de la lesión del tendón.
Se puede observar que, tras la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento, se obtiene una reparación.
La infiltración con corticoides es una opción pero se debe evitar por el riesgo de deterioro del tendón.
Infiltración con Orthokine en tendón del tibial posterior
La combinación de estas terapias de rehabilitación, las terapias de regeneración ecoguiada y la corrección ortopodológica permitirán recuperar o mejorar la función en la mayoría de los pacientes.
¿Cómo se puede prevenir la tendinitis y/o Tenosinovitis del tibial posterior?
La mejor prevención es controlar los factores que pueden hacer que trabaje en exceso el tendón, como son:
- Sobrepeso.
- Uso de zapatillas con refuerzo interno en toda la columna interna del pie.
- Ortesis plantares a medida para controlar la pronación.
- Realizar fortalecimiento y estiramiento de toda la musculatura que interviene en el tobillo, ya que un disbalance en la musculatura puede crear inestabilidad y producirse lesiones tendinosas.
- Ejercicios de propiocepción.
- Entrenamiento combinado entre resistencia y potencia, las series son un entrenamiento que no puede faltar en los corredores.
Dr. Álvaro Iborra Marcos
Podólogo-Fisioterapeuta-Osteópata
Especialista en cirugía y biomecánica
www.doctoriborra.com
www.avanfi.com
Buen dia Tengo 45 años tengo liquido en la vaina del tendon tibial posterior no relevante segun resonancia. Accidente laboral servicio incendios forestales.Llevo 6 dias de Fisioterapia
Por ecografía de tobillo interno derecho tengo tendón tibial posterior hipoecoico y aumentado de grosor hacia tercio distal y líquido en tendon extensor largo de dedos con volumen de 0.6ml. alguna recomendación o ejercicio de recuperación.
hola tengo hace un mes molestias y dolor en zon plantar de tibial posterior. mepueden sugerir si trato con hielo o con que masajes? como vendo esa zona para salir a caminar?
Hola yo desde febrero tengo ese malestar y me lo e tratado con todo, mi problema se ocasionó por un mal paso mas sin embargo es mucha la molestia al apoyar con zapato plano. E recorrido muchos médicos sin diagnóstico alguno hasta que busque en internet y tengo lo mismo que usted por cuenta propia estoy llendo a terapia física y me dan laser ultrasonido y tens aparte yo me pongo hielo y me sobo con árnica mañana y noche y hago ejercicio en casa.. la mejoria es muy lenta pero parece que va en progreso hay dias que me vuelvo a lastimar y parece que reteocedo. Espero que mi concejo le ayude y mejoremos rápido saludos