Adelgazar sin pasar hambre y sin apenas renunciar a nada es posible, y además, sin convertirte en un esclavo de la tabla calórica. Sólo tienes que comer con cuidado y con sentido común, así que te contamos algunos trucos para apretarte el cinturón:
Controla tu apetito
Clasifica tu hambre voraz en una escala del 1 al 10, en la que uno representa tener más ganas de llevarse algo a la boca que una manada de lobos hambrientos, y 10 un empacho de campeonato.
Antes de empezar cualquier comida, pregúntate en qué nivel de hambre te encuentras y procura no pasar de 8 jamás. Concéntrate, disfruta de la comida y registra tu sensación de saciedad en todo momento. Si estás delante de un plato suculento y pendiente de otras actividades como hablar o ver la TV, podrías comer en exceso.
Mastica bien los alimentos y escoge como primer plato alimentos saciantes, por ejemplo, ensaladas verduras. En verano, el gazpacho es ideal ya que aporta muy pocas calorías y gran cantidad de vitaminas y antioxidantes.
Recuerda, antes de cada comida: revisa la escala del hambre, échale el freno al tenedor cuando lo creas conveniente y deja de comer cuando estés satisfecho.
Concéntrate y no piques entre horas
Te darás cuenta de que, en la mayoría de ocasiones, la gula puede contigo, incluso sin que estés realmente hambriento. Es precisamente ese tentempié a deshoras lo que te hace ganar kilos de más.
Si sientes que no puedes continuar viviendo sin pegarle un bocado a una tableta de chocolate, en su lugar, detente un instante y piensa cómo podrías cambiar esos malos hábitos a largo plazo para que el trago no sea tan duro. Toma medidas, reestructura el trabajo o realiza ejercicios de relajación que te permitan concentrarte en otros quehaceres diarios.
Si realmente no puedes sobrevivir sin esos aperitivos, bébete un vaso de agua, cómete una zanahoria y mastícala lentamente hasta que el capricho de turno haya pasado a la historia.
No te reprimas
Ponte a prueba, piensa que si te reprimes, el deseo te seguirá torturando, la única forma de salir de este círculo es darle rienda suelta a tus impulsos, y hacerlo de forma puntual no es malo, así que date un capricho sin remordimientos, disfruta el momento y cubre con las demandas fisiológicas de tu cuerpo, a veces hay que saber escucharlo y ceder, pero con cabeza y sin pegarse el atracón.
Lo ideal es «pecar» lo menos posible y recurrir a alimentos con alto poder saciante (alimentos ricos en fibra y proteínas).
Sé honesto contigo mismo
No abuses ni comas por comer, plántale cara al desenfreno del fin de semana, nada de comer cuando no te apetezca. Si tu abuela te prepara una olla de albóndigas que hace que te salgan por las orejas, pídele que te lo guarde en una fiambrera y cómetelas para cenar o, si tienes una comida de trabajo, opta por las medias raciones de carne o por una ensalada y un plato con un pescado o carne a la plancha, eligiendo fruta de postre.
Come de todo
El secreto para darle esquinazo al apetito es la variedad. Atrévete a probar platos nuevos, varía de alimentos tantas veces como puedas, dedícate a descubrir el mundo de la cocina y ten lo siguiente siempre muy en cuenta: si sigues una dieta variada y equilibrada, controlando lo que comes, perder peso es pan comido.
Analiza siempre qué situaciones te incitan a comer más y prepárate varias alternativas para afrontarlas con cabeza.
Más en Foroatletismo | Los 10 mandamientos para bajar de peso corriendo.
Más en Foroatletismo | Cómo correr para bajar de peso.
Más en Foroatletismo | Factores que influyen en la pérdida de peso.