El atletismo es un deporte de números, una práctica en la que las matemáticas suelen tener mucho que decir de resultados y marcas. Pero la edad es uno de esos parámetros que suelen hacer uso del Arco de Trajano para ayudar a los estadistas a calcular marcas y progresiones. Los cuatrocientos metros masculinos han sido una de las pruebas que la última temporada ha vivido un auténtico «baby boom», con jovencísimos atletas copando los puestos más altos del ránking mundial. Kirani James, Luguelín Saltos o Steven Solomon son sólo algunos de los nombres que, dada su juventud y gran proyección, darán mucho que hablar en las próximas temporadas, pendientes todos los espectadores de su «estirón» atlético.
KIRANI JAMES: EL GRANADINO DESCARADO
Si hay un corredor que ha entrado con fuerza en la escena mundial de los cuatrocientos metros, ese es sin duda Kirani James. El joven de la isla caribeña de Granada comenzó a lanzar avisos desde sus inicios por las categorías menores: su primer podio internacional fue en 2007, cuando apenas tenía quince años, proclamándose subcampeón mun
dial juvenil de cuatrocientos metros. Subcampeón mundial junior al año siguiente en esa misma distancia, y con una marca de 45.70 segundos. Y paramos de contar aquí, por miedo de abrumar a los lectores con el espeluznante historial internacional de este jovencito de característico braceo por las categorías juvenil y junior.
Lo que sí que recordarán los aficionados con toda exactitud fue su entrada triunfal en la línea de meta de Daegu. Apenas un mes después de haberse proclamado campeón mundial junior (otra vez) en los cuatrocientos metros de Canadá, Kirani se plantó en los mundiales de Daegu con la clara intención de dar un campanazo, pero pocos imaginaban que lo h
aría de forma tan contundente: llegó a la final como posible segundón por detrás del estadounidense LaShawn Merrit. Y unas narices. Kirani salió valiente, con sus diecinueve años de edad todavía por determinar como elemento a favor o en contra. A favor. Se proclamó campeón del mundo de cuatrocientos metros lisos, centésimas por delante de Merrit, iniciando un reinado al que ha dado continuidad este año. Veinte años de edad, campeón olímpico en Londres, por debajo de los cuarenta y cuatro segundos y con una suficiencia y un descaro propios sólo de los mejores. Su mejor marca, conseguida en esa misma final olímpica de Londres, es 43.94 segundos, y si las matemáticas se ponen del lado del granadino, que comience a preocuparse el récord mundial de Michael Johnson.
LUGUELÍN SANTOS: FÉLIX SANCHEZ TIENE SUCESOR
Un buen atleta en cualquier parte del mundo es alguien a quien admirar. En la República Dominicana, es un héroe a quien adorar, y este año han tenido por partida doble. Mientras Félix Sánchez vivía para deleite de todos su segunda juventud sobre los cuatrocientos metros vallas, un junior llamado Luguelín Santos que llevó la bandera dominicana hasta el segundo escalón en los cuatrocientos metros lisos de Londres. Flamante campeón mundial junior en Barcelona este mismo año, Santos no había brillado excesivamente en otras temporadas tal y como lo había hecho Kirani James de juvenil. Pero, prueba tras prueba, comenzó a fraguar una espectacular progresión hasta hacerse un habitual de los cuarenta y cuatro segundos, participando con éxito en varias pruebas de la Diamond League y consiguiendo que su nombre sonara con fuerza en todas las quinielas. Su mejor marca de 44.45 segundos llegó en Hengelo, y llegó a Londres con su competitividad probada y con muchas ganas de hacerse con una presea tal y como lo hiciera Kirani James el año anterior en Daegu: exhibiendo descaro. Y no pudo hacerse con el oro, pero sí con una espectacular plata, a una centésima de su marca personal y prometiendo mucho de cara al futuro.
STEVEN SOLOMON: MUCHA CALIDAD DESDE LAS ANTÍPODAS
Desde Australia ha llegado este año una auténtica bomba de calidad. Steven Solomon es el prototipo de corredor perfecto de cuatrocientos metros: alto, espigado y con una zancada bastante prodigiosa, con ese punto de atrevimiento que otorga la categoría junior en la que aún se encuentra y con la sensación constante de que tiene mucho más que entregar a los espectadores. No había destacado a nivel internacional hasta este año, cuando consiguió el bronce en el mundial junior de Barcelona y se plantó en la final olímpica de Londres para ser octavo, acreditando en semifinales su mejor marca de 44.97 segundos. Mucha calidad es la que atesora este joven australiano que, no olvidemos, olió de cerca al joven madrileño Julio Arenas en el mundial de Barcelona, el día en que el de Parla escaló hasta el segundo puesto del ránking español junior de todos los tiempos por detrás de un tal David Canal.
No podemos tampoco dejarnos algunos nombres sin mencionar: los estadounidenses Tony McQuay, Joshua Mance o Michael Berry, más que dispuestos a recuperar la corona del cuatrocientos que les ha arrebatado Kirani James con todas las de la ley, al igual que el checo Pavel Maslak. Una generación de corredores que se las promete muy felices para el futuro, apretando las tuercas a una prueba carente de referencias desde la caída en desgracia de Jeremy Wariner y que ya no sólo ganan campeonatos sino que hacen marcas al alcance de muy pocos. Kirani James es, a día de hoy, el noveno hombre más rápido de todos los tiempos en la prueba, incrustando la bandera de Granada entre un mar de elásticas estadounidenses. Que se ande con ojo el récord de Michael Johnson.