Las supersticiones son para los que no entrenan lo suficiente, y si no que se lo digan a Javier Guerra Polo. Un puesto número 13 en un mundial podría ser una decepción, podría pasar sin pena ni gloria o incluso serviría para que Ángel Nieto dijese que ha quedado el 12+1. Pero no para este segoviano: “Al final veía que iba cogiendo a muchos atletas, y cuando un aficionado me ha dicho en el kilómetro cuarenta que iba el número quince mi mente ha dicho que ‘hacia adelante”, aseguraba el eufórico segoviano en zona mixta. Cuando ha llegado, no sabía qué puesto había conseguido. Desde la zona española de la grada, primero le han dicho que el número quince, y después ya el trece.
A partir de ese momento, los brazos al cielo como si se hubiera proclamado campeón mundial: un puesto de mal fario que para Javier Guerra supone el pasaporte directo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. “Y es mi quinta maratón”, aseguraba anonadado de sí mismo ante los micrófonos. La carrera, como siempre, con precisión de cirujano, de atrás hacia adelante y recogiendo cadáveres: “Quizá he pecado un poco de conservador en la primera parte, he dudado cuando se me iba el grupo de cabeza, pero he tenido la mente fría y fortaleza mental”.
Hay atletas que se tiran semanas y semanas planificando esto con psicólogos deportivos. ‘Guerrita’, según nos ha contado en zona mixta, lo ha preparado “con un amigo”. Una marca de dos horas, dieciséis minutos y cincuenta y nueve segundos que bien valen unos Juegos Olímpicos para este principiante del maratón.
LOS AVITUALLAMIENTOS VENCEN A CASTILLEJO
Mucha menos fortuna ha tenido el otro español en liza en esta prueba de maratón: el catalán Carles Castillejo ha tenido que pararse después de que el malestar físico no le dejase continuar. Según ha explicado a los periodistas, uno de los avituallamientos le ha sentado mal a lo largo de la carrera, provocándole ganas de vomitar incluso.
Desilusionado, al término de la prueba el catalán se cuestionaba si intentar ir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
SIN ESPAÑOLES EN LA FINAL DE OBSTÁCULOS
Al margen del buen resultado de Javier Guerra, desde luego no ha sido una gran mañana para la participación española en Pekín: los tres obstaculistas han caído en semifinales, incapaces de obtener un puesto en la final. Lo ha intentado con coraje el madrileño Fernando Carro, que salió tirando de su serie, la segunda, para intentar obtener un buen tiempo y aumentar sus opciones de estar en la final, pinchando en los metros finales. Mismo color aciago para Sebas Martos y para el leonés Roberto Aláiz, lesionado del tendón de Aquiles.
En zona mixta, Carro ha asegurado que «cuando he salido a pista he visto que han hecho como 8:41 y quería salir tirando, el problema es que han metido un hachazo y se han frenado», añadiendo que «con un poco más de cabeza me enganchaba».
KEVIN LÓPEZ, PASE AL HUECO
A ‘pies calientes’ se le ha podido complicar la mañana, pero no le gustan las cosas simples: a falta de cien metros, y cuando parecía condenado a la eliminación, Kevin López ha arrancado por la calle dos y encontrando hueco donde no lo había en un principio se ha colado tercero de su serie clasificatoria para meterse en semifinales. «Me he acojonado un poco», ha reconocido después, asegurando que su intención era cambiar de ritmo algo antes. Estará en semifinales aunque reconoce que estar en la final es una utopía, es «muy muy complicado». Sí estará el gran favorito al oro: el recordman mundial David Lekuta Rudisha.
«LA PESADILLA CONTINÚA»
Con una frase tan lapidaria se ha expresado Úrsula Ruiz para explicar su experiencia en los mundiales de Pekín: «La pesadilla continúa este aire libre». Una marca de 16.36 metros en una serie impropia de su calidad pone un agridulce punto y final a la temporada de Úrsula Ruiz. La murciana, después de un aciago año, ha asegurado en zona mixta que «me planteé no venir a Pekín, pero no soy una persona que tira la toalla», conteniendo la rabia y reconociendo que ni las competiciones ni los entrenamientos le han salido bien este año, aunque sí está «en muy buena forma».
En las pruebas combinadas, la cosa va de duelo de británicas: lidera la clasificación Jessica Ennis-Hill (12.91 en vallas y 1.86 en altura) treinta puntos por delante de su compatriota Katarina Johnson-Thompson (13.37 y 1.89). La primera busca retener su título de Berlín por delante de la mujer que se quedó a un punto del récord del mundo en pista cubierta, que no ha tenido su día en el salto de altura.