Kevin López es uno de esos deportistas auténticos, de los que corren como demonios pero no dejan de ser unos enamorados de este deporte. En la cámara de llamadas de Praga, recién clasificado para semifinales y con la pesada estola de favorito sobre los hombros, López sólo acertaba a ponerse de puntillas para ver, con gritos de «¡Vamos, vamos!» cómo su amigo y compañero de fatigas (ya no de entrenamientos) Luis Alberto Marco caía en su serie clasificatoria. «Vengo más nervioso y tenso, he entrenado bien pero tengo incertidumbre, me falta demostrarme a mí mismo que estoy bien», explica el sevillano para poner sobre la mesa su falta de buenas marcas este año. Ha ganado su serie clasificatoria con autoridad, sin entrar a ninguna guerra y usando su estrategia de la pistas cubierta: apretar en las rectas y dejarse llevar en las curvas. Reconoce que al no estar su eterno rival Adam Kszczot, la final será algo muy abierto, y que el otro polaco Marcin Lewandowski no es un rival de tanta entidad como Kszczot. Para él, hablar de un oro es «hablar por hablar», pero aspira a luchar por todo, según ha explicado.
Del trío de sevillanos que ha competido en los 800 de Praga, ha pasado también David Palacio por tiempos, y se ha quedado fuera Luis Alberto Marco, que en su quinto europeo esperaba al menos llegar a semifinales. «He corrido como un novato, me he quedado encerrado», asegura el sevillano que este año ha cambiado a su Paco de toda la vida por su director de la tesis, un catedrático de reconocido prestigio en asuntos relacionados con la fuerza.
TORRIJOS, A LA FINAL SIN BRILLO
Sin grandes alardes, pero Pablo Torrijos estará en la final. El pupilo de Claudio Veneziano ha saltado 16.51 metros que le han valido para ser sexto en la clasificación del triple salto del campeonato de Europa de pista cubierta. Peor suerte han tenido sus compañeros Jorge Gimeno y Sergio Solanas, noveno y undécimo respectivamente. En zona mixta, los tres han hecho alusión a la pista en el mismo sentido en que lo hizo ayer Okutu: «No te devuelve», ha dicho Gimeno. Por su parte, Torrijos ha asegurado que se ha visto para saltar por encima de 17 metros pero promete «darlo todo, a tope» en la final.
Y uno que ha estado a punto de hacer historia – de la mala – ha sido el francés Renaud Lavillenie: todo un récord mundial que casi se queda sin pasar a la final, entrando en séptimo puesto y por los pelos después de hacer dos nulos en su primera altura, el 5.70 metros. Un último intento válido in extremis que le ha metido en la final y que ha sacado a un fantástico Didac Salas, marca personal con 5.60 metros a la primera.
TRIFULCA EN LOS 400
En los 400 metros femeninos Indira Terrero ha conseguido el pase a semifinales, no así Aauri Bokesa que ha quedad encerrada en la primera vuelta, y en la prueba masculina el primer español en liza ha sido el catalán Pau Fradera, que ha protagonizado una bonita pelea por la calle libre con un atleta turco que ha desembocado en una pequeña trifulca en línea de meta. Samuel García ha conseguido entrar en semifinales por tiempos, al igual que ha hecho Josephine Onyia en las vallas: