La Diamond League de Eugene ha dejado dos jornadas de atletismo como pocas se recuerdan en los últimos años de esta Champions League del atletismo. Diez nuevas mejores marcas mundiales del año a cargo de nombres como Mutaz Barshim, Renaud Lavillenie, Niyonsaba y, cómo no, emocionantísimas carreras de la mano del gran Kenenisa Bekele y Tirunesh Dibaba.
El gran susto de la jornada lo puso un jovencito: el qatarí Mutaz Essa Barshim saltó la friolera de 2.40 metros, una cota donde ningún atleta había conseguido hacer cima desde hacía trece años. El saltador de veintiún años lo hizo, además, poniendo emoción a la prueba: tras hacer dos nulos en 2.39 y con la victoria en el bolsillo, decidió invertir su último intento en superar los 2.40, lo que consiguió para el asombro de todos los presentes. Barshim, bronce olímpico en Londres, se postula como un claro candidato a atacar el récord mundial de Sotomayor, alzado en 2.45 metros desde 1988.
KENENISA BEKELE VUELVE CON SU MEJOR SPRINT
Pero la de Barshim no fue la única exhibición atlética que pudieron saborear los miles de aficionados estadounidenses que se desplazaron hasta Eugene para rendir homenaje a Steve Prefontaine. Kenenisa Bekele, el gran Kenenisa Bekele, retomó la senda del triunfo sobre los 10.000 metros en la madrugada del viernes: venció con una marca todavía discreta de 27:12.08. Las liebres tiraron algo más lentas de lo esperado, y un grupo de cabeza formado por los hermanos Bekele, Imane Merga y los keniatas Chepkok, Bett y Karoki llegaba a las últimas vueltas con las espadas en alto. Y fue Kenenisa Bekele, como en los viejos tiempos, quien atacó en la última vuelta, no siendo doblegado ni siquiera por el impetuoso final de Imane Merga, campeón mundial de cross, que fue segundo. El retorno de una leyenda viva del atletismo que, según parece, está dispuesto a seguir dando guerra en los próximos mundiales de Moscú frente a toda la juventud que viene arrasando.
MO FARAH ES DERROTADO EN SU DEBUT
El británico Mo Farah decidió finalmente participar en los cinco kilómetros de la Diamond League, dejando un esperado y jugoso duelo con Bekele para más adelante. Farah perdió, fue segundo por detrás del keniata Edwin Soi, y eso que la carrera salió como a él le gustan: ritmos vivos pero no suicidas. El doble campeón olímpico confió, quizás demasiado, en su buen final, y fue arrollado por Soi (13:04.75) en las últimas dos vueltas, quedando segundo con 13:05.88 y con un descontento visible: «Quería volver a ganar aquí, estoy bien pero he tenido un virus y sabía que no podía ganar».
LOS SALTOS BRILLAN EN EUGENE
Ya hemos mencionado la machada de Barshim en salto de altura, pero lo cierto es que el sector de los saltos fue el más laureado de la mañana. El ruso Alexander Menkov consiguió una nueva mejor marca mundial de 8.39 metros en salto de longitud, una marca que no veían los ránkines mundiales desde hace más de dos años. En la pértiga, el astro Renaud Lavillenie y el alemán Otto protagonizaron otro de sus duelos rozando los seis metros: ganó el francés, con una nueva mejor marca mundial del año de 5.95 metros, en uno de esos saltos holgados que hacen soñar con las marcas que el galo pueda llegar a conseguir. Otra de las protagonistas, esta vez en el triple salto, fue la colombiana Caterine Ibargüen, que aprovechó una racha de viento excesivo para rozar los quince metros con 14.93 metros, por delante de Olga Saladuha.
UNA ADOLESCENTE MARY CAIN ENCANDILA AL PÚBLICO
La corredora de Burundi, Francine Niyonsaba, ganó los ochocientos metros de Eugene con una nueva mejor marca mundial del año de 1:56.72, un registro que habría sido más contundente si todos los ojos no hubieran estado puestos en la quinta posición: Mary Cain, una jovencita estadounidense de 17 años que entrena a las órdenes de Alberto Salazar (nada menos), rompió la barrera de los dos minutos (1:59.51), batiendo el récord nacional junior de Estados Unidos siendo todavía una corrredora en edad juvenil (nacida en 1997). Precisamente, la última vez que una atleta de su edad corrió tan rápido fue un año después de su nacimiento. En la carrera masculina fue otro joven, el junior Mohammed Amman, quien triunfó con 1:44.42 sin dar opción a sus rivales. Algo más discutida estuvo la carrera en la mítica distancia de la milla, donde Silas Kiplagat venció al campeón olímpico de 1.500 metros Asbel Kiprop en los mismos cuadros. Kiprop dijo más tarde haberse visto sorprendido por el sprint de su compatriota: «No sabía que venía alguien, pero he aprendido la lección para la próxima vez».
SPRINTS ELÉCTRICOS PARA DIBABA Y KIPRUTO
Otras dos distancias de largo aliento dejaron unas últimas rectas para el recuerdo: Tirunesh Dibaba y Conseslus Kipruto vencieron en cinco kilómetros y 3.000 obstáculos, respectivamente, haciendo uso de su mejor sprint para poder imponerse sobre la pista de Eugene. La triple campeona olímpica vio cómo las liebres iban más lentas de lo que ella hubiera querido, y tuvo que tomar el mando de la prueba en alguna ocasión pero sin poder evitar que un nutrido grupo de corredoras llegara con las fuerzas intactas a la última recta. Dibaba se llevó un encarnizado sprint con la keniata Mercy Cherono, que no cedió ni un poco hasta echar el resto en la recta de meta. Aunque fue un sprint menos apretado que el que vivieron los obstáculos con el joven Conseslus Kipruto robando la cartera al campeón olímpico Ezekiel Kemboi. Este último tuvo que prácticamente echar a Kipruto de la pista para evitar que le adelantara en la última recta, algo que no consiguió.
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MERRIT CONSIGUE VENGARSE DE KIRANI JAMES
LaShawn Merrit era el rey hasta que llegó el jovencito Kirani James, pero en esta Diamond League de Eugene el estadounidense ha podido tomarse su particular revancha. El subcampeón olímpico ganó al campeón con 44.32 segundos, un suspiro por delante de Kirani James. Otros nombres triunfadores de la velocidad en Eugene fueron un renacido Justin Gatlin (9.88w) y la jamaicana Shelly Anne-Fraser (10.71w), así como la checa Susana Hejnova que ganó los 400 metros vallas con 53.70 segundos.
Fotos: Organización