¿Te ha pasado estar a dos semanas de tu objetivo y ver que empiezas a fallar en los entrenamientos? ¿Que un entrenamiento de series se te hace imposible de acabar y lo tienes que dejar a la mitad? ¿Que empiezas a pensar en la tirada larga del domingo (mucho menos larga que otras que ya has hecho) y tienes una terrible sensación de cansancio y muy pocas ganas de abordarla? ¿Que te aparecen dolores en músculos que antes no te molestaban?
En definitiva, que empiezas a ver que no tiene sentido que salgas a competir en la fecha prevista, que tu objetivo no lo vas a alcanzar y que no estás bien.
¿A qué se puede deber esta situación?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, en las dos últimas semanas de tu ciclo específico, el trabajo ya está hecho. Poco más puedes hacer ya por mejorar tu forma. Llevas varios meses de trabajo intenso y arrastrando fatiga y ahora llega el momento de dejar que tu cuerpo descanse.
Hay que dejar que actúe la supercompensación y limitarse a hacer ciertos entrenamientos para mantener el tono muscular.
Partiendo de esta situación, pueden darse diferentes causas:
Sobreentrenamiento
Si has entrenado más de lo que tu cuerpo podía asimilar, lo que pasará es que notarás un empeoramiento en tu rendimiento. Algunos indicadores que nos ayudan a detectar este estado son:
- Pulso basal alto: tendrías que tomarte durante un tiempo el pulso antes de levantarte de la cama y contrastar los datos con otros tomados con anterioridad.
- Problemas para descansar: que te cueste dormir.
- Pérdida de apetito.
- Estado de humor alterado: tener un humor fuera de lo habitual en uno mismo y, sobre todo, irascible.
- Parámetros anormales en un análisis de sangre.
Si realmente estuvieras sobreentrenado, lo mejor que puedes hacer es bajar la intensidad de tus entrenamientos. Olvídate de las sesiones fuertes, al fin y al cabo ya has hecho el trabajo importante.
No te preocupes por no seguir el plan de entrenamiento previsto, ahora tu prioridad es recuperar el estado de forma óptimo y, con él, las buenas sensaciones.
Bajada de hierro
Es cierto que un ciclo específico supone un trabajo intenso y es relativamente fácil que esto vaya acompañado de una bajada de los niveles de hierro. Por ello es bueno, antes de empezar el ciclo, hacerse una analítica y comprobar cómo estamos.
Siempre recomiendo tomar durante el ciclo específico suplementos de hierro, ácido fólico y vitamina B6 y B12. Durante el entrenamiento intenso, el cuerpo tiene más necesidad de estos compuestos.
Además, la bajada de hierro suele ser una de las primeras causas en la que siempre se piensa cuando notas el cansancio a dos semanas de tu objetivo, pero esto no implica que sea la más común.
Algún error en el plan de entrenamiento
Esta es otra típica duda que puede asaltarte. Aquí ya depende de lo que haya hecho cada uno.
A veces veo a atletas meterse verdaderas barbaridades de entrenamientos a diez días de la competición. Otros que han venido compitiendo en exceso durante el ciclo específico o han hecho alguna competición demasiado cerca de su objetivo y ya no les da tiempo a recuperar bien.
En principio, un plan de entrenamiento debe estar calculado para llegar en el mejor momento de forma al día de la competición. El esfuerzo continuado de los meses de trabajo previo no debería ser causa de sentirse agotado a dos semanas del objetivo. Para esto se han tenido que venir organizando semanas de descarga durante el ciclo específico.
Dependiendo del plan que haya seguido cada uno, sí podría ser una causa para verse mal a dos semanas de tu objetivo o llegar sobreentrenado, pero sólo si no has seguido una planificación correcta.
Una mala jugada de tu cabeza
Aquí sí estamos ante la causa que suele ser más habitual. Durante las dos últimas semanas pre-competición empiezan a aparecer fantasmas por todas partes, sobre todo en el caso de la maratón.
La maratón es una distancia que, por mucho que hayas entrenado bien, es muy difícil de predecir. Demasiados kilómetros para el cuerpo y para la cabeza.
Por esto no es extraño que, de manera inconsciente, se empiece a manifestar cierta ansiedad en forma de nuevos dolores, agotamiento, incapacidad para acabar entrenamientos o incluso lesiones.
Por una parte, el hecho de bajar la carga de entrenamiento cuando vienes acostumbrado a una mayor carga, hace que el cuerpo note un exceso de energía. Estabas acostumbrado a un estado frecuente de fatiga y, de pronto, en las últimas semanas o días, te sobra energía. Esta puede manifestarse en forma de ansiedad.
Si a esto le sumas el mayor aporte de hidratos de carbono de los últimos días, es fácil que además notes el cuerpo pesado y la cabeza te diga que alcanzar tu objetivo no va a ser posible. Esta pesadez se irá perdiendo a medida que avance la carrera y se consuman hidratos, así que no debería preocuparte.
A poco que uno, de manera consciente o inconsciente, piense que después de meses entrenando se lo juega todo en un día, es normal sentirse presionado. Aunque se sea atleta popular y no se viva de esto, sí se ha hecho mucho esfuerzo y sacrificado muchas cosas para llegar ahí.
Si durante el ciclo específico has trabajado bien, seguramente estés en la forma adecuada y el día de la carrera salga todo bien. Las preocupaciones, dolores fantasma y cansancio antes de la competición es un estado bastante común. Lo único que puedes hacer es seguir con tu plan y tratar de encontrar una manera de gestionar esa ansiedad.
Yo suelo ser partidario de que, el día antes de la competición, se corran unos cinco o seis kilómetros suaves, en parte para canalizar esta ansiedad. Es preferible correrlos 24 horas antes y, a poder ser, a la misma hora en que se desarrollará la carrera. Tampoco creo que ayude pretender tener controlado lo incontrolable ni comerse la cabeza con conjeturas o predicciones. El trabajo está hecho y ya no queda más que seguir adelante salvo que una lesión grave o algo así lo impida, pero que no te frene tu cabeza.
Toni Peña diseña planes de entrenamiento personalizados online y da feedback a sus atletas desde http://www.bikilo-running.es/
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Genial artículo, me ha encantado…En mi caso me pasó, y se lo debo a mi cabecita que me jugó una mala pasada…el factor psicológico muchas veces nos traiciona a pesar de ir en forma y confiados…
yo la semana que viene hago la maratón de Berlín y después de todo el verano entrenando con calor y humedad y hacer los entrenos bien este finde en la media maratón de Fuengirola (a dos semanas de la maratón) no pude acabarla, me dio un bajón el cuerpo que decidí abandonar en el km 15, la noche anterior no dormí nada, hacia mucho calor y mucha humedad…, no se si es sobre-entrenamiento o solo un mal día, pero sicologicamente a dos semanas de una maratón no es lo mejor, si hubiese sido hace un mes hay mas tiradas largas para mejorar las sensaciones, así que iré a la maratón con ese miedo.