Lloró, de rabia, el pasado verano en el Europeo de Rieti cuando consiguió colgarse el bronce tras un concurso complicado. Y ha vuelto a llorar, esta vez de plena felicidad, con su primer Campeonato de España absoluto en el bolsillo. Las lágrimas de Ana Peleteiro empiezan a hacerse famosas sobre el tartán. Está logrando metas impensables para cualquier otra atleta a los 18 años, inscribiendo ya su nombre en el libro de récords júnior cuando todavía acaba de dejar de ser juvenil. Paso a paso, la gallega deberá ir trazando su camino con cautela, acostumbrándose a ser la referencia de la nueva generación del atletismo español. La presión nunca será buena para ella, pero desgraciadamente le queda mucho que aguantar.
La alumna predilecta del Atletismo Barbanza ya se ha hecho mayor y todo indica que el próximo verano tendrá mucho que ver en su madurez. Le espera el Mundial Júnior de Oregón, donde será la máxima favorita y donde podrá revalidar un título que, recordemos, le catapultó al estrellato en 2012. Además, si la campaña sigue rodando como hasta ahora, es muy probable que Ana Peleteiro se estrene a nivel absoluto en el Europeo de Zúrich. Será probablemente el escalón más costoso de todos los que ha subido hasta ahora. Los 14 metros deberían ser habituales en sus concursos una vez llegue la fecha, pero eso ya son palabras mayores. Luchar frente a Saladuha, Koneva o Pyatykh le queda todavía grande, pero todo llegará.
Y, por último, mirando un poco más allá, se da por seguro que la gallega está guardando alguna lágrima para el día que bata el récord nacional de Carlota Castrejana: 14,60 metros. Está a su alcance, vaya si lo está, pero, obviamente, aún habrá que esperar. Por ahora, ha superado ya a Patricia Sarrapio en Sabadell, en un duelo que tendrá segunda parte al aire libre en Alcobendas dentro de cuatro meses. Ana Peleteiro es la joya que todos debemos cuidar y a la que solo le pedimos una cosa: por favor, no dejes de llorar.