Se nos fue. Pero lo mejor de todo es que sigue entre nosotros. Martín Berlanas se despedía el sábado en la milla de su pueblo: San Martín de Valdeiglesias. Una carrera que sirve de homenaje también para un entrenador tristemente fallecido como Julián Adrada. La herencia que deja el obstaculista es la de un cariño perpetuo entre todos aquellos que hemos tenido la suerte de tratarle.
Muchísimos amigos quisieron estar presentes en tan bonito acto. Me van a permitir que destaque a uno. Quizás no sea el atleta más importante que estaba allí (no era nada fácil estando el gran Fermín Cacho presente), ni la persona más unida a ‘Luismi’ (que allí estaba rodeado de familiares y de amigos íntimos). Pero el que estaba allí sí que, posiblemente, haya sido su mayor rival. Como si de un Coe-Ovett o un González-Abascal, allí estaban Martín y Martín. ‘Luismi’ frente a Eliseo. El hombre de los Juegos Olímpicos y de los récords frente al hombre de los Mundiales. Es curioso lo que puede representar una medalla mundialista en una prueba como los 3000 obstáculos. Eliseo fue tercero en París’03. Un bronce para la historia. Y Berlanas fue 4º dos años antes en Edmonton (Canadá). Un puesto que sólo lo recuerdan los más aficionados a nuestro deporte, donde, en este caso, no me puedo incluir porque algún ‘tironcillo’ de orejas me llevé por parte del madrileño de San Martín de Valdeiglesias por no recordarlo.
Pero destaco la presencia de Eliseo porque su rivalidad con ‘Luismi’ ha sido leal en todos los sentidos. Sin tintes sensacionalistas ni amarillistas. Tan sólo, de un lado, la bondad que caracteriza a los aragoneses y, por otro, la bondad que caracteriza a ‘Luismi’. Y es que, Martín Berlanas, quien siembra recoge. Y, en tu caso, no precisamente tempestades. Enhorabuena, gracias… ¡y hasta siempre, CAMPEÓN!