En apenas siete días el atletismo español ha perdido y recuperado a la que probablemente sea su mejor corredora de ‘milqui’ de todos los tiempos: pocos días después de anunciar su retirada en Twitter, la tarraconense Natalia Rodríguez anunciaba en un comunicado que daba marcha atrás y que volvía a los entrenamientos con vista puesta en la final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Todo el mundo a darle a la tecla, a eliminar esos obituarios deportivos tan sentidos que escribimos, y a alegrarse por recuperar una fuente inagotable de medallas. ¿Qué pasó por la mente de Rodríguez para volver? Según explicaba en su comunicado, el apoyo de la gente la certeza de que había dejado atrás las lesiones le llevaron a reconsiderar su decisión. Natalia no es la primera que se deja llevar por el desánimo y anuncia la colgada de zapatillas antes de tiempo, o que anuncia su vuelta cuando ya se le daba por desaparecida. En España hemos vivido algunos casos bastante sonados en los últimos años:
El ejemplo más paradigmático del atletismo español es sin duda el de Ruth Beitia: corría un mes de agosto de 2012, antes de los Juegos Olímpicos de Londres, cuando la cántabra anunciaba que tras la cita se retiraría de la alta competición. Con 33 años entonces, decidió que el salto de altura se había acabado y que a partir de entonces colaboraría con su club – el Piélagos entonces – para las ligas nacionales y regionales, probablemente en pruebas como el salto de longitud.
Poco le duró la retirada a Ruth Beitia: ese mismo invierno se proclamó campeona de Europa en pista cubierta en Göteborg. Después fue medalla de bronce en los mundiales de Moscú y Sopot. Y campeonísima de Europa al aire libre en Zurich, saltando por encima de dos metros, sacando su mejor cara en el ocaso de su carrera. Ahora, cada vez que le preguntamos los periodistas en la zona mixta de algún campeonato, muestra el mismo mensaje: «Estoy viviendo un regalo, una segunda juventud». Mensaje que lleva escrito en la sonrisa su entrenador Ramón Torralbo. Es decir, Ruth Beitia abandonó el atletismo, y después se convirtió en la mejor atleta de toda la historia del atletismo español.
‘MONTXU’ MIRANDA VOLVIÓ
El recordman español de salto con pértiga (5.78 en pista cubierta y 5.81 al aire libre) también coqueteó con la vuelta a las pistas después de un calvario de lesiones. Montxu Miranda (Santurzi, 1976) tuvo que colgar las zapatillas en 2004 víctima de varias lesiones, entre ellas una rotura de ligamento de tobillo, un fuerte golpe en las costillas y una lesión de columna que arrastraba desde tres años atrás. El discípulo de Javi Navas – olímpico en Sidney y campeón Iberoamericano – había saltado más alto que ningún español, pero no se había colgado una medalla internacional de gran calado, y decidió volver a su mejor nivel en 2007, con el foco puesto en participar en los Juegos de Pekín al año siguiente. Su aventura terminó con una marca de 5.30 metros en pista cubierta, y un cuarto puesto en el nacional indoor de 2007 en Sevilla.
… Y ZULEMA GANÓ A LA BANCA
Una historia para no dormir es la de Zulema Fuentes-Pila. La misma cántabra que en 2006 batió el récord de España de 3.000 obstáculos (9:40.36) en la final europea de Göteborg, en la que fue octava, tuvo que enfrentarse a las lesiones, a las africanas, y a algo más: las participaciones preferentes. Hace un año, en abril de 2014 y según informó la Cadena SER, el juzgado de instrucción nº 2 de Santander condenó a Liberbank a devolverle los 54.000 euros que invirtió en preferentes engañada por Caja Cantabria, además de a indemnizar a la atleta con 4.000 euros por daños morales. Una sentencia que especificaba que este caso no era un caso normal: tener sus ahorros atrapados en preferentes provocó que Fuentes-Pila «viene sufriendo una bajada en su rendimiento en razón a la ansiedad que le inspira la posible pérdida de sus ahorros, teniendo que ser atendida por un gabinete psicológico y generando un daño moral por el que se exige la compensación».
El juez encontró la relación entre las preferentes y su bajada de rendimiento, y ahora está felizmente embarazada. ¿Volverá a las pistas? Ella asegura que sí, y ya sabemos que las ‘mamás’ del atletismo español han resultado ser algunas de las más prolíficas después de dar a luz.
SERGIO GALLARDO Y LA VUELTA FUGAZ
Otro de los atletas que amagó con volver fue el ponferradino Sergio Gallardo. Fue en marzo de 2010 cuando, tres años después de ocupar la plata del triplete español de Birmingham, anunció su retirada definitiva por una lesión de rodilla que amenazaba con convertirse en un problema serio de salud. Pero un año más tarde, en diciembre de 2011, el castellano leonés volvía a las pistas de la mano de uno de sus discípulos: Arturo Casado – por aquel entonces en sus primeras andaduras como entrenador – se proponía «intentar volver a ponerle en el estrellato», aunque con la vista puesta en distancias superiores al 1.500, y barajando incluso su presencia en Londres. Su aventura ‘fondera’ se saldaba con un decimotercer puesto en el nacional de pista cubierta de 2012, en Sabadell, con 8:10.18 minutos, algo alejado de su mejor marca personal (7:44.15).
¿SE LLEGÓ A RETIRAR ‘TETE’ DE LA OSSA?
Las lesiones suelen ser las amantes deportivas que llevan a un/una atleta a su retirada forzosa: en el caso de Juan Carlos ‘Tete’ de la Ossa Yunta, no han conseguido que cuelgue las zapatillas pero sí le han apartado de su mejor nivel y le han condenado al ostracismo deportivo durante varios años. El de Tarancón – operado en Finlandia de los isquiotibiales en 2009 – desapareció de la competición después de un intento fallido de pasarse al maratón, y tras haberlo ganado todo en el campo a través. La buena noticia llegaba el pasado mes de febrero, cuando De la Ossa volvía a calzarse las zapatillas y la camiseta del CDEA Tarancón, y parece ser que estará en la Media Maratón de Elda el próximo 26 de abril. Este año, por lo pronto, ha dejado un discreto crono de 30:14 en los 10km de Laredo.
‘GEBRE’ Y SU VUELTA
En dura pugna con Kenenisa Bekele, pocos discuten que el etíope Haile Gebreselassie es el mejor fondista de todos los tiempos. Después de ganarlo todo en distancias que van desde el 1.500 al 10.000, el de la eterna sonrisa decidió pasarse al maratón, y se llevó el récord mundial en las calles de Berlín en 2008 (2:03.59). Dos años más tarde, el 7 de noviembre de 2010, entre lágrimas Gebreselassie anunciaba que se retiraba. Ocho días después, anunciaba que no, que se quedaba y que correría el maratón olímpico de Londres en 2012. A día de hoy, con 42 años en la espalda, una de sus últimas apariciones han sido 30 minutos justos en los 10 kilómetros de Singapur en diciembre del año pasado.
Hay otros atletas que se retiran, pero siguen viviendo su deporte con intensidad: María Vasco, nuestra única medallista olímpica, dejó en noviembre de 2013 su amada marcha atlética, pero no ha dejado el deporte: ahora enfoca sus esfuerzos al maratón. Lo intentó en Barcelona hace poco, pero se retiró pasado el kilómetro 30. Otros, como Asier Cuevas, se han reinventado y del maratón han decidido triunfar en las pruebas de 100 kilómetros. El caso es no dejarlo, como Bernardino Lombao, saltando pértiga con setenta años. Chema Martínez dijo que lo dejaba hace ya casi dos años, pero sigue quemando zapatillas – sensu stricto – y su último éxito de ‘cuarentón’ del atletismo es haber sido el mejor atleta europeo en el imposiblemente duro maratón de Des Sables, doscientos kilómetros por el desierto.
Pero lo que está claro es que no lo hacen por dinero: ningún atleta (practicante de atletismo) aparece entre los diez deportistas retirados mejor pagados de la lista Forbes, bastante fiable en temas de dinero. Michael Jordan, por supuesto, es el mejor remunerado.
Bueno eso de que no lo hacen por dinero… algunos mantienen sus patrocinadores los que le permite seguir teniendo ingresos. No critico que lo hagan, al contrario me parece bien porque en cierta medida fomentan un estilo de vida saludable pero creo q el artículo se equivoca en ese apartado.
30:14 para Tete de la Ossa en Laredo ’15 no me parece, en absoluto, un crono discreto para un atleta de 38 años, con el historial de lesiones que ha tenido, y que ya no puede considerarse, puramente, un atleta de élite.
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