El matrimonio Eaton ha anunciado su intención de abandonar el atletismo. La noticia conmocionó al mundo del atletismo la semana pasada porque supone la retirada de uno de sus referentes en la historia de las combinadas, Ashton Eaton, de sólo 28 años, y una de las mejores heptatletas del momento, Brianne Theisen-Eaton, de la misma edad.
Los logros que han conseguido los Eaton ya los quisieran para sí muchas selecciones nacionales completas. Brianne Theisen-Eaton fue bronce en los Juegos Olímpicos de Río y fue segunda en el Campeonato del Mundo de Pekín 2015.
Ashton venció en Río de Janeiro y se convirtió en el tercer hombre en retener el título olímpico, uniéndose a Daley Thompson y Bob Mathias. Batió el récord del mundo en Pekín con 9.045 puntos, y tiene dos títulos mundiales más al aire libre y otros tres títulos mundiales bajo techo.
Varias de sus marcas individuales son dignas de un especialista en esa disciplina: 8.23 metros en salto de longitud, 10.21 en los 100 metros, 13.35 en los 110 metros vallas, 45.00 en el 400 o 48.69 en los 400 metros vallas. Pero cuando le preguntan cuál es su mayor logro, no lo duda, siempre dice que es su récord del mundo.
Ashton Eaton no era un decatleta totalmente completo, de hecho llegó a bromear con su falta de nivel en los lanzamientos. En la rueda de prensa de los Bislett Games del 2014, le preguntaron al vallista noruego Kjerpeset si alguna vez en su vida haría un decatlón y respondió negativamente, alegando que no sabía lanzar, a lo que Eaton, allí presente, replicó «yo tampoco».
No era el mejor lanzador pero era un atleta explosivo, rápido y con unas marcas en las carreras que componen la combinada que son difíciles de igualar. Además fue un atleta tremendamente competitivo que demostró estar a la altura de las circunstancias en todas las ocasiones importantes. Y más en decatlón, que es fácil fallar.
Siempre se comenta el caso de Dan O’Brian, que saltó 4.90 metros con la pértiga mientras calentaba en los USA Trials del año 1992 y que después hizo tres nulos que lo dejaron fuera de los JJ.OO. de Barcelona, cuando era el gran favorito.
Harry Marra, el entrenador de Eaton, llegó a solicitar a la USATF (Federación de EEUU) que modificara el sistema de trials en las combinadas. Su petición establecía la obligatoriedad de participar de todos los atletas aunque fuera en una prueba individual, pero que se llevaran a los mejores. El sistema no se modificó y siguió como hasta ahora, pero Eaton nunca falló cada vez que necesitó competir en unos trials.
Sus logros deportivos son innegables, pero también destacó por su personalidad. Ashton fue un atleta norteamericano pero con alma de africano: nunca un mal gesto, siempre con la sonrisa en su cara, la sencillez por bandera y la educación como seña de identidad. Acostumbrado a las extravagancias de muchos atletas norteamericanos, su llegada supuso una ruptura con el estereotipo de atleta estadounidense. De hecho, dijo que sus referentes deportivos eran Julius Yego (el atleta que más le inspiraba) y David Rudisha (el atleta que más admiraba).
Por si fuera poco, está vinculado a un proyecto humanitario que intenta suministrar agua potable a países africanos. En uno de sus actos benéficos, en el que buscaban recaudar fondos para Sudán, lo pudimos ver echando un pulso con Lopez Lomong.
Al igual que a Rudisha, no se le ha visto una mala acción en toda su carrera deportiva. Pero esto, en los días que nos toca vivir, no hace que pases a ser una superestrella mediática. No deja de ser chocante, pero la realidad nos dice que Usain Bolt cuenta por millones sus seguidores en Twitter (4,52 ahora mismo), y Ashton Eaton no llega a 89.000.
No creo que el valor atlético de Eaton esté muy lejos del de Bolt, desde luego no para tal desproporción en cuanto a seguidores. Es evidente que el 100 es una disciplina más mediática que el decatlón, pero cualquier persona que tenga un mínimo de conocimiento de atletismo sabe que las horas de entrenamiento, el esfuerzo y el trabajo es inmenso cuando hablamos de un decatleta de élite.
El periodismo deportivo busca figuras mediáticas que acaparen titulares, muchas veces con aspectos alejados de lo deportivo. Pero si nos centramos en la parcela meramente deportiva, Eaton es uno de los grandes.
Siempre dijo que lo que más le disgustaba de las combinadas es que se tenía que pasar muchos meses entrenando sin competir. Siempre se sintió un competidor y los decatletas de élite suelen hacer 2 o 3 al año, como máximo. Obviamente, hacen pruebas individuales previas, pero para ellos no deja de ser una preparación más con la vista puesta en las combinadas.
Extrañará la competición y los amigos que deja en la pista, pero también dejará de entrenar de 3 a 4 horas al día.
Las alarmas sobre su posible retirada empezaron a sonar este mismo verano. Harry Marra, el hombre que lo llevó a lo más alto, había comentado que quería retirarse del atletismo y jubilarse. Sin duda, la retirada de Marra ha influído en la decisión de la pareja de atletas.
Marra vivía tranquilamente en California hasta que Vin Lananna, el motor del atletismo en Oregón (Associate Athletics Director en Oregón), le llamó para que se fuera a entrenar a este estado. Lananna no solo ejerció de técnico, es también directivo y fue uno de los principales artífices de que Oregón sea «La Meca» del atletismo en EEUU. Además, siempre ha tenido el apoyo incondicional de Nike, marca que tiene su cuartel general en Oregon.
El cambio de emplazamiento para Marra tuvo sus más y sus menos, ya que su familia tuvo que cambiar de ciudad y pasar de las buenas temperaturas californianas de San Luis Obispo al habitual frío de Eugene. Y fueron las condiciones climatológicas de Eugene, además de la edad, las que hicieron que Marra tomara la decisión de jubilarse tras el oro de Ashton Eaton en Río de Janeiro.
En un entrevista en Sports Illustrated tras los Juegos de Río, Marra reconoció que le había dicho a su pupilo que dejara la alta competición. En los trials americanos había llegado a tener tres lesiones distintas que le limitaron en su desempeño. Además, «desde 2011, cuando fue segundo en el Campeonato del Mundo de Daegu, no ha perdido un decatlón en un gran campeonato. Eso nunca ocurre. Es como salir a jugar al golf y hacer birdies en cada torneo», comentaba Marra.
La posibilidad de llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no la veía factible, ni su entrenador ni el propio Ashton Eaton. Ashton y Brianne tendrán 32 años en 2020 y Marra declaró hace años que la única opción de llegar a Tokio pasaba por preparar una prueba a nivel individual, nunca el decatlón. Llegó a comentar que el salto con pértiga habría sido la prueba elegida. También se escuchó la posibilidad de que fueran los 400 metros vallas. Pero claro, también se mencionó la posibilidad de pasarse al béisbol, deporte que practicó cuando era pequeño.
Con Ashton se marcha su esposa, Brianne, que lleva menos tiempo en la alta competición y podría haber aguantado más tiempo en la pista. Pero el pasado verano, tras Río, ya dijo que quería ser madre.
Ashton y Brianne llevan juntos desde el día de San Valentín del año 2008 y ambos coincidieron en la Universidad de Oregón. Se casaron en 2013.
La decisión de abandonar las pistas, según contaron, fue mutua. Ashton le comentó, cenando, a Brianne que tenía intención de retirarse y ella le dijo que ese mismo día se había planteado dejarlo, así que la decisión coincidió en el tiempo. El futuro de ella, aparte de tener hijos, parece que estará ligado a temas de educación alimentaria y vida saludable. Durante su carrera, ayudó a su marido en el tema nutricional. Lo que sí que han confirmado ya es que no estarán vinculados al atletismo como entrenadores.
La retirada de Ashton Eaton deja el camino libre a sus posibles sucesores. Kevin Mayer parece el mejor colocado para tomar el relevo, pero necesitará mantenerse alejado de las lesiones algo que no siempre ha sido así. En Pekín abandonó por una lesión en los isquiotibiales y en el campeonato del mundo en pista cubierta del pasado año, en Portland (Oregón), también abandonó por una lesión en el talón. Damian Warner es el otro claro aspirante para relevar a Ashton Eaton.
En mujeres también estamos ante un cambio de ciclo. Jessica Ennis-Hill y Brianne Theisen-Eaton han sido el mascarón de proa de las combinadas femeninas estos últimos años.
Nafi Thiam fue la gran triunfadora en Río y tiene talento suficiente para dominar la especialidad los próximos años. También se espera mucho de Katarina Johnson-Thompson, Laura Ikauniece-Adminina, Anouk Vetter, Yorgelis Rodríguez, Morgan Lake y Akela Jones.
Todos los años se retiran grandes atletas y los años post olímpicos son todavía más propensos a retiradas, pero 2016 y 2017 serán recordados por la calidad y cantidad de grandes atletas que abandonaron el atletismo.
Nuestro deporte tendrá que buscar nuevos referentes en muchas especialidades, ya que en dos años se han ido o se marcharán: Yelena Isinbayeva, Tomasz Majewski, Richards-Ross, Félix Sánchez, Andreas Thorkildsen, Betty Heidler, Christina Obergfoll, Jessica Ennis-Hill, Usain Bolt al finalizar el año y Mo Farah y Bernard Lagat de la pista.
Lo curioso es que Jesús Ángel García Bragado (47 años), Ruth Beitia (saltadora de 37 años) y Kim Collins (velocista de 40 años) continúan.