Las estrías son pequeños desgarros de las fibras elásticas (elastina y colágeno) situadas en la capa media de la piel (dermis) y se pueden localizar en senos, abdomen, caderas, glúteos, brazos, muslos e incluso en la espalda.
Suelen aparecer por un cambio brusco de volumen (tanto por aumento como por pérdida de peso) y, cuando esto ocurre, el cuerpo no tiene tiempo de fabricar suficiente colágeno y elastina para hacer frente a esta distensión, terminando por romperse en diferentes sitios. Dichas roturas afectan también a los capilares sanguíneos y linfáticos, que a la larga, dejan de irrigar las estrías.
Las estrías afectan al 50% de las mujeres, en ocasiones desde la adolescencia, así que si es tu caso y estás decidida a combatirlas, toma nota porque te resolvemos algunas dudas y te sugerimos cómo prevenirlas y tratarlas:
Temporada
Las estrías están mucho más marcadas en verano tras tomar el sol. No se broncean porqu no contienen melanina, simplemente es el contraste con el resto de la piel lo que hace que no se disimulen tanto.
Color
Las estrías de color rojo son las más recientes y las más fáciles de tratar. Si la estría tiene un tono violeta es porque la dermis todavía tiene riego sanguíneo.
Cuando está en fase de crecimiento, se vuelve de color rosado, al cabo de un año desaparece la circulación sanguínea y el color que se mantiene es el blanco. Los tratamientos son mucho más efectivos cuando todavía hay riego, así que cuando antes empieces a tratarlas, será mejor.
Factores de riesgo
Si te cuidas, las estrías se pueden evitar en cierta medida.
Para que no aparezcan, es vital que, desde la pubertad, se mantenga la piel perfectamente nutrida para que tenga buena elasticidad. Sin embargo, es muy difícil prevenirlas por completo ya que se implican muchos factores.
Si no tienes ningún cambio drástico de volumen y mantienes un peso constante, disminuye el riesgo de padecerlas, pero la pérdida de peso no es la única causa que puede ocasionarlas. La herencia genética, los cambios hormonales, la pubertad, el embarazo y algunas enfermedades como el síndrome nefrítico o la ascitis también son responsables de la aparición de estrías.
Prevención
- Alimentación: hay nutrientes que favorecen la formación del colágeno y la regeneración de la piel, por ejemplo, la vitamina A (zanahoria, huevo, queso, etc.), C (pimientos, cítricos, etc.) y minerales (zinc y selenio).
- Cremas: los body milk hidratan y protegen la piel, pero no la nutren en profundidad. Las cremas anti-estrías las previenen, y mejoran las ya existentes. Son fórmulas ricas en principios activos de eficacia demostrada: hidratantes, cicatrizantes, regeneradores cutáneos, nutritivos, estimulantes de la microcirculación y emolientes (relajan y ablandan la parte inflamada). Aplícalas con un masaje prolongado, favorecerás la absorción de las cremas y, a menos que estés en una dieta de cambio de volumen o embarazada, con aplicártela una vez al día será suficiente.
Soluciones
Las estrías pueden mejorar de forma notable con los tratamientos estéticos adecuados. Para las estrías rojas (más fáciles de eliminar) funciona bien la mesoterapia, los peelings químicos y el láser; para las estrías blancas se utiliza la radiofrecuencia fraccionada o carboxiterapia (inyecciones de dióxido de carbono caliente).
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