Usain Bolt llegó a Moscú para sacarse la espinita de su salida falsa de Daegu, y se vuelve ahora para su isla con las zapatillas curtidas en la historia del atletismo. Ya no es el mismo Bolt que hacía marcas estratosféricas saludando al entrar a meta, pero sigue siendo el mismo que nunca pierde. Hoy, en esta última jornada del mundial de Moscú, el jamaicano ha llevado en volandas al cuarteto de 4×100 verde y amarillo hasta la meta para proclamarse campeones del mundo. Una vez más, Jamaica ha ganado sin problemas a los relevistas de Estados Unidos, que poco han podido hacer para frenar los rayos de la tormenta jamaicana. Lo mismo ha sucedido en el relevo femenino, con Jamaica ganando y Estados Unidos descolgándose hasta la plata, entrando terceras en meta por detrás del descalificado equipo francés.
Usain Bolt cierra así un campeonato de ensueño para Jamaica, en el que han ganado a nivel individual todas las pruebas de velocidad corta (100 y 200) así como los relevos cortos por delante de una mermada selección de velocistas de Estados Unidos. Bolt, además, supera en el medallero internacional de la velocidad nada menos que Carl Lewis: los dos empatan arriba con ocho oros en campeonatos del mundo, pero Bolt acumula más platas. Algo que Bolt celebró con su seriedad habitual: bailando.
ESPAÑA: GRAN RELEVO SIN PREMIO
Si hubo alguien que mereció estar en esa final de relevos 4×100, esos fueron nuestros chicos. Eduard Viles, Sergio Ruiz, Bruno Hortelano y Ángel David Rodríguez corrieron la semifinal de forma brillante, llegando en cuarta posición con un nuevo y flamante récord de España: 38.46 segundos que mejoran un récord que tenía ya más de 25 años de antigüedad (desde 1997). Una marca anunciada en Tampere pero no menos gratificante, con apenas algún momento de duda en el último cambio, que desgraciadamente no tuvo su premio: los españoles se quedaron a 5 centésimas de tocar la gloria y pasar a la final.
TEDDY TAMGHO SALTA HACIA OTROS TIEMPOS
Quince años hacía que el ojo humano no veía a nadie saltar tanto en triple. El francés Teddy Tamgho, después de dos años lesionado, se ha proclamado campeón mundial con una marca de otros tiempos: 18.04 metros conseguidos en el último intento, cuando sólo el joven cubano Pichardo podía toserle. Pero por increíble que parezca, la marca de Tamgho no ha sido, ni de lejos, lo mejor del concurso: han sido los nulos. El francés, tan sólo unos centímetros por delante de Pichardo, decidió arriesgar y se marcó dos nulos demasiado largos para ser de verdad, uno de ellos en torno a los 18.30 metros. El récord mundial de Sir Jonathan Edwards, una marca de otros tiempos, está situada en 18.24. Parece sólo cuestión de tiempo… o de osadía.
ASBEL KIPROP GANA Y EL RESTO PESCA
Los keniatas hacen muy buenas marcas, pero siguen sin tener demasiado claro cómo correr los grandes campeonatos. Asbel Kiprop, líder indiscutible del año salvo por la presencia del polivalente Mo Farah, se ha proclamado campeón mundial en una carrera llena de incertidumbre en la que ha habido mucho pescador. Prueba lenta y agónicamente táctica desde el principio, la última recta ha visto como los perros de presa tocaban la corneta a pesar de no entrar en las quinielas de nadie. El estadounidense Centrowitz volvía a mojar con una plata, en un gran sprint final y mientras Kiprop se iba hacia la vitoria, mientras que el resto de keniatas se hundían y era el sudafricano Johan Cronje quien se hacía con un sorprendente bronce. Fallo táctico de los keniatas, no de Kiprop, lógicamente, por dejar que la carrera saliera tan lenta, dando opciones a corredores impredecibles al final.