El Meeting de Atletismo de Madrid se realizó por primera vez en el estadio Vallehermoso en el año 1979, bajo la denominación «Reunión Internacional Villa de Madrid». A día de hoy lleva ya 29 ediciones consecutivas y fue a partir del 2008 cuando empezó a celebrarse en las pistas del centro Municipal de Moratalaz, polideportivo y escuela de atletismo en la que yo me inicié, y dónde sigo entrenando de vez en cuando.
Este meeting, encuadrado dentro de la IAAF World Challenge, siempre reúne a grandísimas estrellas mundiales y nacionales. El sábado fue la tercera vez que competía en este meeting en la prueba del 1500 y fui decidida a romper con la maldición de las dos veces anteriores. Natalia Rodríguez, Isabel Macías, Solange Pereira y muchas españolas más nos mezclamos junto con las americanas y africanas, decididas a realizar una buena marca.
Se pidió la liebre a un paso de 2:42 el mil pero la carrera salió lenta. Mi táctica fue muy sencilla: estar pegada al grupo de cabeza y no desengancharme en ningún momento. Puedo asegurar que no era consciente de nada más excepto de la rival que tenía justo delante de mí, ni crono, ni pasos de carrera, ni público alrededor… solamente yo y el no dejar hueco con el grupo de cabeza. A falta de 200 metros mis piernas empezaron a flaquear; vi que tenía a Isa delante y que Anderson, la ganadora, estaba llegando con un tiempo de 4:08. Al cruzar la meta supe que rondaría mi marca personal y efectivamente así fue, quedándome a tan solo 29 centésimas (4:12.96) de batir mi propio récord (4:12.67 el año pasado en Santander). Ninguna de las participantes logró realizar la mínima A que nos piden para ir a los Mundiales en Moscú.
Tal vez Madrid no sea el sitio ideal para «volar» en el 1500, pero ayer me demostré a mí misma que estoy en buena forma y que la motivación de correr en casa es siempre importante. ¡Se rompió la maldición!