«Y puse el broche de oro…» Tal y como presagié en mi última crónica, me despido de la temporada de cross poniendo la guinda al pastel. La 22ª posición en el Campeonato del Mundo de Cross celebrado en Bydgoszcz (Polonia) me deja el mejor sabor de boca que podía esperar de un invierno copado de podiums y buenas actuaciones.
Los días previos a la competición deben ser de descanso. Pues bien, el viernes, madrugón a las 5.30 a.m. Dos vuelos, y un viaje en autobús.. Te acuestas pensando en lo bien que vas a dormir y a las 7.30 a.m aporrean la puerta para hacer el control antidoping… Pero no todo es negativo, por la tarde se celebran las tradicionales novatadas. Un «tu cara me suena» interpretada por los novatos. Lo pasamos francamente bien. Música, intérpretes, disfraces, y sobretodo risas que nos evadieron de la competición, al menos durante un buen rato.
El poderío de África es indiscutible, pero la dureza de las condiciones que presentaba el circuito mermaría las diferencias entre los atletas del continente africano y el resto del mundo. Temperaturas máximas por debajo de los 0ºC se sumaban a las dificultades del terreno: nieve, hielo, barro, curvas peligrosas, resaltos y una cuesta de unos 100 metros muy empinada, el desnivel más fuerte que he conocido en un cross.
Casi 100 participantes de 28 países del mundo tomaron la salida. A pesar de los 8 kilómetros (4 vueltas) que tenía por delante, al disparo realicé un auténtico sprint para coger una buena posición y permitir a mis compañeras de selección (Gema Barrachina, Teresa Urbina, Sonia Bejarano y Azucena Díaz) que cogieran la suya. Para mi sorpresa me coloqué en el grupo de cabeza, permitiéndome el lujo de correr codo a codo durante casi un kilómetro con kenianas y etíopes, sentir su fuerza, su olor, su elegancia y facilidad en la carrera. Después, me pasaron algunas atletas, marroquís, canadienses, estadounidenses, europeas… y dejé que mis sensaciones me situaran en la posición que correspondiera.
Las tres primeras vueltas (de cuatro) rondaba la posición 25ª que me cantaban los seleccionadores nacionales Luismi y Ríos. Apenas levantaba la vista del suelo para no desequilibrarme con el barro o la nieve o para tomar las curvas lo más cerrada posible. Sin embargo, a mitad de carrera intenté hacer una mirada a lo largo y me motivé al ver que la cabeza de carrera la tenía muy cerca, a unos 70 metros, dándome cuenta de que estaba haciendo un «carrerón» como me animaban los compañeros en el circuito.
A falta de 3 km llegaría mentalmente el punto crítico. Llevaba fuerzas y podía adelantar algún puesto más, sin embargo aún me quedaban dos vueltas y por tanto, subir dos «megacuestas». No he encontrado otro calificativo para describir aquella pared que estaba subiendo casi andando. Apretaba los dientes y tiraba de cualquier parte del cuerpo porque sentía que las piernas me quemaban. Y al terminar la escalada mortal, esperaba una caída libre tan rápida que te descoordinaba y en la que no daba tiempo a recuperarse del esfuerzo previo. Por ello, decidí esperar a la última vuelta para intentar remontar. Arriesgar en un mundial puede resultarte caro.
Es difícil de explicar que, teniendo fuerzas, no puedas adelantar. Pero en un circuito con tantos cambios de ritmo es muy complicado pues al estar constantemente pendiente del terreno, parece que no ves el momento. Así que, una vez pasada la cuesta, esprinté con todas mis fuerzas logrando cruzar la meta en el puesto 22º. En esa recta final, gané algún puesto, entrando 7 atletas en 3 segundos (puestos 19ªa 25ª)y, entre ellas, adelantándome la eritrea N. Weldu, que por 4ª vez en esta temporada, me gana al sprint. Además, fui la 4ª atleta europea (Fionnuala Britton, actual campeona de Europa de Cross, S. Duarte y la africana nacionalizada por Bélgica coparon las posiciones 14ª, 16ª y 17ª) y primera española (Azucena, Sonia, Urbina y Barrachina finalizaron en los puestos 50º, 54º, 57º y 66º respectivamente).
Agradezco sinceramente a todos los que habéis leído mis crónicas y espero haberos transmitido con claridad mis sensaciones e incluso haberos hecho vivir un poco más de cerca mis carreras de cross.
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