Que Jorge Ureña bata un récord está dejando de ser noticia, pero que haya conseguido la primera medalla española en el último cuarto de siglo en heptathlon es desde luego un hecho histórico. El alicantino se ha proclamado subcampeón de Europa de heptathlon, con unos 6.227 puntos que le dejan a las puertas de su propio récord nacional, y por detrás del imparable francés Kevin Mayer que con 6.479 le ha arrebatado el récord de Europa a Roman Sbrle.
La medalla de Ureña es la segunda que consigue España en un heptathlon de un europeo de pista cubierta: la primera corrió a cargo de Antonio Peñalver en Ginebra en 1992. Ese mismo verano, el murciano se proclamó subcampeón olímpico de decathlon en Barcelona.
El atleta de Onil se estrena así a nivel internacional después de varias competiciones decepcionantes fuera de nuestras fronteras. Ureña empezó la combinada de Belgrado con algunas dudas, corriendo por debajo de sus marcas en sesenta metros (6.91) y sobre todo en salto de longitud (7.37 metros) pero a partir de ahí comenzó la remontada: lanzó 14.24 metros en peso, saltó la barbaridad de 2.10 metros en salto de altura y al día siguiente corrió las vallas en unos impresionantes 7.78 segundos.
Todas esas marcas mejoraban su anterior récord, conseguido en Praga, y le dejaban aún más afianzado en la plata cuando saltaba cinco metros en pértiga: pinchó ligeramente en el mil final pero manteniendo la medalla. Mayer se mantenía intratable toda la competición y a unos cien puntos de distancia sus rivales se peleaban por el bronce.
La medalla de Ureña cierra la actuación española con un balance de cuatro medallas, mejorando las dos que consiguieron en Praga. La cuenta también deja catorce finalistas, el mejor registro de la selección española desde Birmingham 2007.