Aunque padezcas de alguna patología que afecte a tu salud, siempre hay ejercicios que puedes hacer para explotar al máximo tus posibilidades. Aquí tienes una orientación sobre la actividad física que más te puede convenir, dependiendo de la patología:
Diabetes
Realizar una actividad física regular es importante para el mantenimiento de unos niveles aceptables de glucemia. Con ello conseguirás controlar, en parte, la subida de esos niveles.
Los ejercicios recomendados para la diabetes son la carrera suave, la marcha a ritmo rápido, el ciclismo, la natación o el patinaje. En definitiva, todos los deportes de tipo aeróbico en los que la intensidad sea controlada, evitando deportes de aventura como el rafting, escalada, buceo, etc.
Sobrepeso
Cualquier tipo de ejercicio aeróbico resulta beneficioso para perder peso puesto que se aumenta el metabolismo y el consumo calórico.
Ese mayor consumo calórico, unido a una dieta adecuada, te ayudará a controlar mejor el peso. Lo ideal es practicar ejercicios aeróbicos de intensidad moderada (60% – 75% FCMáxima) como el tenis, aeróbic, spinning, andar rápido, la elíptica, trekking, nadar y correr.
Enfermedades cardíacas
Son aconsejables los ejercicios realizados con una intensidad media o moderada. Son ideales los trotes suaves con ligero desnivel, pero siempre utilizando un pulsómetro para ir controlando las subidas de las pulsaciones, al mismo tiempo que controlas la sensación de esfuerzo.
Por otra parte, la práctica de actividades dirigidas, como las clases de pilates, yoga o thai-chi también son recomendables.
Hipercolesterolemia
El ejercicio físico aumenta la secreción de colesterol bueno y disminuye el malo. Entre las actividades físicas que se pueden realizar, se aconseja caminar a ritmo rápido y en ligera pendiente, nadar, hacer bici o incluso correr a ritmo suave. En el caso de la carrera, es conveniente llevar una dieta controlada para vigilar los niveles de colesterol.
Asma
Para los problemas respiratorios hay que tener en cuenta el estadio de la enfermedad, teniendo siempre a mano aerosoles, contando con una buena hidratación y evitando hacer ejercicio físico en ambientes secos. Estas medidas de seguridad deben tomarse en consideración.
Son aconsejables los ejercicios como el thai chi, el yoga, pilates, ciclismo suave, fortalecimiento muscular en sala de musculación, natación, aquagym, deportes de equipo, etc.
Problemas de espalda
Si posees problemas estructurales (escoliosis, hernias, hiperlordosis, etc.) lo ideal es realizar ejercicios que combinen estiramientos con el fortalecimiento y equilibrio de los músculos que se vean involucrados en cada problema de espalda en concreto.
Las actividades como Pilates se encargan de tratar la espalda, realizando ejercicios a medida para realizar las correcciones oportunas y trabajando globalmente esos grupos musculares en descarga. También se recomienda la natación a estilo crol y espalda, y ejercicios que mejoren la postura (respiración y propiocepción corporal).
Osteoporosis
El ejercicio estimula el metabolismo del calcio, y las continuas tracciones debidas a las contracciones musculares sirven de estímulo para ello, realizando actividades tales como la marcha o carrera de forma suave y ejercicios de tonificación muscular.
Estrés
Al hacer ejercicio se generan endorfinas, las hormonas responsables de proveerte de sensaciones agradables y que seguramente te ayudarán a mejorar ese estado de ánimo.
Los deportes de equipo o las actividades dirigidas te podrían ayudar a sentirte mejor. Por otro lado, hay deportes que resultan muy adecuados para liberar estrés, como son los deportes de contacto (judo, boxeo, kárate, etc.).
Recuerda que antes de empezar cualquier programa de acondicionamiento físico debes consultar a tu médico.
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