Los síntomas gastrointestinales pueden surgir en cualquier corredor por múltiples causas, pero es más habitual en corredores novatos. Vigilar los hábitos intestinales y programar correctamente los entrenamientos, adaptándolos a tus necesidades, son dos de los principales aspectos que debes tener en cuenta.
Los dolores gastrointestinales son bastante frecuentes en corredores, ocurren a menudo durante las competiciones y entrenamientos, sobre todo el dolor de estomago, el reflujo esofágico, la diarrea o las ganas de defecar. La principal causa puede ser alimentaria, aunque también puede darse por falta de sangre durante la digestión, ya que la sangre se concentrará en mayor proporción en los músculos.
En general, se pueden atribuir diferentes causas a su aparición, entre las principales destacamos las siguientes: isquemia (falta de oxígeno) en el sistema digestivo, aumento de la ansiedad estado y rasgo competitiva, cambios de ritmo drásticos en la intensidad física, deshidratación, si se posee alguna enfermedad intestinal o si se consumen alimentos ricos en grasas y fibras o bebidas altas en glucosa o cafeína antes del entrenamiento o competición.
Combate la diarrea
Para combatir la diarrea producida por el ejercicio intenso, lo ideal es seguir dietas líquidas y bajas en fibra durante uno o dos días anteriores a la carrera. Si no has seguido antes una dieta de este tipo, no empieces a experimentar en tu primera carrera, siempre debes ponerla en práctica durante los entrenamientos.
Por otro lado, si se te presenta un dolor agudo el día de la carrera y no has podido seguir una dieta adecuada, un antidiarreico de “venta libre” te podría venir bien. Por ejemplo, el Imodium -presentado en cápsulas de gelatina dura- está indicado para el tratamiento de la diarrea aguda y ocasional, pero ten en cuenta que no es aconsejable utilizarlo todos los días.
Vigila las intensidades
Otro buen consejo para los corredores que sufran de síntomas gastrointestinales consiste en evitar los cambios bruscos en la intensidad del entrenamiento, correr a un ritmo superior o realizar un mayor kilometraje del habitual.
Limita el uso de medicamentos
Modera el uso de medicamentos antibióticos y anti-inflamatorios, tienden a aumentar los síntomas gastrointestinales durante el entrenamiento o competición.
Hidratación
Es fundamental mantener una buena hidratación tanto en los periodos de entrenamiento como en los de competición, 30 minutos antes de la carrera es conveniente ingerir un vasito de agua en pequeños sorbos, siendo un error ingerir cantidades mayores. El intestino tarda una hora en digerir un litro de agua, y durante la carrera continua podrías sentir esa “pesadez” en el estómago que te impida rendir al 100%.
Por otra parte, durante la carrera evita tomar bebidas con más del 10% de azúcar en su composición, ya que podrían causarte vómitos, diarrea o náuseas.
Evita las comidas sólidas
Evita comidas sólidas entre 2h30 y 3h antes de la carrera, como también es aconsejable no fumar antes de competir, ni tomar chicles, café o alcohol.
También es recomendable evitar los lácteos y las comidas ricas en fibra (fruta, legumbres y vegetales) y, por otro lado, es aconsejable ingerir alimentos astringentes o estípticos (realizan una acción cicatrizante, antiinflamatoria y antihemorrágica) como el arroz blanco o los plátanos, pero con dos horas de anterioridad.
No descartes ayuda médica
Si después de correr siguen los síntomas gastrointestinales en reposo (vómitos, reflujo, diarrea, dolor de estómago, etc.), lo más recomendable es acudir al médico para descartar cualquier posible enfermedad intestinal inflamatoria, hemorragias rectales, úlceras, etc.
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