Beverly Nutrition es una empresa de nutrición deportiva de la que os hablamos por primera vez, hace poquito, en el análisis a fondo de sus geles energéticos, los Energy Go! pero que, dada la amplitud de su catálogo de productos y algunas de las peculiaridades que tiene, que la diferencian claramente del resto, creemos que merece la pena que la conozcáis un poquito mejor y de ahí la motivación para elaborar este artículo.
Tenéis un montón de información en la propia página web de esta empresa fundada en 1987 y ubicada en Madrid pero las dos cosas que más me han llamado la atención respecto a lo que veo en otras empresas del sector están sus certificaciones GMP (Good Manufacturing Practise), Kosher y Halal.
La primera de ellas, GMP (Good Manufacturing Practise), nos garantiza que sus procesos de fabricación cumplen adecuadamente con los requisitos de seguridad alimentaria y, las segundas, Kosher y Halal, garantizan que sus productos son aptos para el consumo por parte de quienes siguen los preceptos de la religión musulmana.
Estas últimas me parecieron inicialmente un tanto irrelevantes pero, viendo hacia donde están tendiendo algunos temas relacionados con la alimentación, me parece una muy buena apuesta por parte de Beverly Nutrition ya que, muchas veces, esos preceptos hacen que algunos tengan que vetar el uso de determinados suplementos deportivos que, como digo siempre, aunque no sean imprescindibles, te dan muchísimo juego a la hora de entrenar o competir.
También me ha llamado la atención que en Benerly Nutrition no se dedican solo a desarrollar su propio catálogo de productos sino que también ofrecen la posibilidad de trabajar en modo marca blanca además de facilitar mucho (o, al menos eso parece con lo que ponen en su página web) las posibilidades de distribución y reventa de sus productos.
Su catálogo de productos es muy amplio y no se centra solo en la parte deportiva con bebidas energéticas, bebidas de sales, bebidas de recuperación, barritas energéticas, proteínas… Sino que también ofrecen una gran variedad de productos para el día a día de una persona que no practica el deporte de manera intensa como las vitaminas, snacks saludables, Omega 3… Es más, incluso tienen una gama de accesorios y ropa, con camisetas, toallas, maillots, etc.
A modo de ejemplo, a continuación os vamos a ir hablando un poquillo de algunas de esos productos que, como vais a ver, son de lo más variadito y que no están centrados solo en lo que requerimos a la hora de exprimir y machacar al cuerpo.
Crema de Cacahuete
Las cremas para untar están de moda y a las clásicas de cacao se han unido, primero, la de cacahuetes y, después, casi cualquier otra variedad de frutos secos que muchas veces encontramos combinadas con algún otro ingrediente para darle algún sabor diferente y que no nos aburramos por estar comiendo siempre lo mismo.
Entre las que tiene Beverly Nutrition podemos encontrar tanto las de avellanas con chocolate (blanco o negro) y las de cacahuete, tanto en la versión natural como con sabor a chocolate y, la que nos ha tocado en suerte a nosotros, de galletas tipo cookie.
Se comercializa en botes de 350 gramos, se compone de cacahuetes en un 85% y, en el resultado final, a nivel macronutrientes, mantienen prácticamente las proporciones de esta legumbre (ay, cómo me cuesta no considerar fruto seco al cacahuete). Es decir, tiene unas proporciones aproximadas de 50:16:26:8 de grasas – hidratos de carbono – proteínas – fibra que, traducidos a calorías implican unas 634 kcal por cada 100 gramos de producto.
Para endulzarla un poquito, han recurrido a la sucralosa y se agradece mucho el aroma a galleta, tanto en la parte olfativa como en la del sabor que te hace incluso recordar en cierta medida al turrón a la piedra solo que con regusto a cacahuete en vez de a almendra.
Se agradece mucho ese punto dulcecillo, sobre todo si la vas a tomar directamente del bote, a cucharadas, porque así no te sientes como si te hubieras metido un puñado de cacahuetes de golpe en la boca.
El cacahuete está muy triturado, apenas tiene tropezones puntuales y es bastante densa aunque, aun metiéndola en el frigorífico, algo que recomiendo, se coge sin tener que hacer un esfuerzo titánico y se come con relativa facilidad, pasados apenas unos segundos en la boca.
Eso sí, si la preferís para untar, entonces es mejor dejarla a temperatura ambiente, en lugar fresco y seco y removerla para mezclar el aceitillo que se queda arriba (o dejarla boca abajo para que se mantenga algo más mezclada).
Consejo si nunca has comido una crema de estas (te lo recomiendo basándome en lo que he vivido en casa): no eches un pegotón como harías con una crema de cacao porque es más densa y, como te la pongas a lo bruto en la rebanada de pan y te la jales, te va a costar de lo lindo tragarla. Calma, paciencia, un poquito, píllale el punto y más adelante ya le darás candela… O meterás directamente la cuchara en el tarro, como un servidor.
Dofit Filling Zero (dónut proteico)
El dónut es un oscuro objeto de deseo para muchos deportistas que lo elevan poco menos que a manjar de dioses para tomarlo como premio tras un buen trabajo.
También suele estar presente en alguna que otra conversación de las de «pues yo llegué a zamparme no sé cuántos», pero mejor dejar al margen ese tipo de batallas y bravuconadas que, si bien dar para echar unas risas, no son recomendables.
Beverly Nutrition tiene, dentro de su gama MrFood, su propia versión que denomina Dofit Filling Zero porque contienen cero azúcares añadidos y van con unos pegotillos de relleno en su interior que pueden ser de galletas de chocolate, spéculoos (galletas de canela) o praliné blanco (Kinder Bueno para entendernos).
Se comercializan de manera individual o en cajas de 12 unidades, conteniendo cada una de ellas en su interior un dónut de 75 gramos muy denso, algo de más para mi gusto, que te aporta unas 289 kcal que provienen de 13 gramos de grasas (1’6 gramos de saturadas), 21 gramos de hidratos de carbono (3 de ellos, azúcares) y 10’3 gramos de proteínas con 2’63 gramos de fibra.
La proteína tiene buen valor biológico, pues es de clara de huevo y concentrado de suero de leche, los hidratos de carbono están contenidos, son de lenta asimilación y se ha endulzado con edulcorante (maltitol).
Tiene pequeños pegotillos en su interior de un relleno proteico un tanto cremoso pero el resultado global es muy denso, casi demasiado para mi gusto así que requiere beber algo para poder tomarlo.
De hecho, ni se te ocurra comerlo con prisas porque se te queda pillado, fijo. Aunque esto también juega a su favor de cara a utilizarlo como snack energético a modo de merienda o a media mañana porque te deja bastante saciado.
Este es el uso más lógico a tenor de su alta carga energética y también se me antoja interesante como postre para esas noches en las que te quedas con un poco de hambrecilla y antojo de algo dulce y sabes que al día siguiente te toca una buena tunda a primera hora.
Ahora, olvidado el uso cercano al de una barrita energética porque estaría al nivel de una flapjack más o menos, con lo que su uso en el durante lo descartaría de pleno.
El olorcillo está muy bien, te tienta y, aunque en el primer bocado te puede dejar algo indiferente, principalmente por esa textura y contundencia, cuando lo vas masticando mejora mucho, siempre teniendo en cuenta el tipo de alimento que es y la gran concentración de carga energética que tiene.
Me gusta mucho más, sin ninguna duda, para tomarlo acompañado de leche o similares, mucho mejor que con zumos, agua o cualquier otro líquido aunque quizá es porque siempre he asociado este tipo de bollería a los desayunos o meriendas con leche.
Como viene envasado de manera individual, en una bolsita de aluminio, se conserva bien y va protegido lo suficiente como para que podamos llevarlo en la mochila para zamparlo cuando nos venga en gana.
Mufit Zero (magdalenas proteicas)
Dentro de la línea MrFood donde aglutinan el grueso de la comida o snacks saludables, ofrecen las Mufit Zero, unas magdalenas proteicas cuadradas que podemos degustar en sabor original, arándanos o chocolate.
Vienen en bolsitas de aluminio, se pueden adquirir de manera individual o en cajas de 12 bolsitas y vienen por parejas, pesando cada una de las magdalenas cuadradas unos 45 gramos.
Según su composición nutricional, cada paquetito (la pareja de Mufit Zero) nos aporta unas 320 kcal que provienen de 9’9 gramos de grasas (menos de un gramo son saturadas), 36’3 gramos de hidratos de carbono (4’4 gramos de ellos azúcares), 12’6 gramos de proteínas y 3’42 gramos de fibra.
La proteína es clara de huevo y concentrado de suero de leche, los hidratos de carbono son principalmente de absorción lenta, no contiene azúcares añadidos y se ha edulcorado con maltitol.
Es decir, a nivel de ingredientes van más o menos alineadas con los dónut, a nivel de macronutrientes tienen algo menos de grasas y más hidratos y proteínas aunque lo más diferencial es, aparte del formato (magdalena versus dónut), el hecho de que viene por parejas y la facilidad para comerlas gracias a su textura y esponjosidad.
Sin duda, siguen dejando claro que su objetivo es ser contundentes y con alta carga energética pero las Mufit Zero son más cercanas a una magdalena tradicional y se pueden comer con más tranquilidad y facilidad, con mucha menos necesidad de beber líquido para tragarlas.
En su interior, las dos de sabores, tienen relleno de chocolate o arándanos, según sea el caso y eso le da un toquecillo interesante y que se agradece mucho, sobre todo cuando te las comes sin mojar en leche, que es como más me han gustado, la verdad.
Lo de que vengan por parejas es una gran ventaja porque, aunque siguen teniendo una gran carga energética, lo puedes tomar en dos fases y, como también son algo más fáciles de asimilar o, al menos, eso me ha parecido, se me hacen ideales para tomar de camino a la sesión de entrenamiento, guardando la segunda para cuando termino. Así han caído unas cuantas en el proceso de elaboración de este artículo.
Sin embargo, a pesar de esa mayor facilidad para comerlas y asimilarlas, sigo sin verlas como alimentos de rápida asimilación, enfoque que no tendría mucho sentido teniendo en cuenta su información nutricional.
Por lo tanto, creo que su uso típico sigue estando más bien dentro del apartado del snack, comida entre horas, merienda, postre energético, etc.
Pan proteico
Siguiendo dentro de la parte de alimentación y la gama MrFood, tenemos el pan proteico, que viene en forma de pan de molde, de 360 gramos y cortado en 16 rebanadas, cada una de las cuales te aporta unas 61 kcal que provienen de 2’68 gramos de grasas, 1’53 gramos de hidratos de carbono, 6’82 gramos de proteínas y 1’94 gramos de fibra.
Si lo pasamos a proporciones en 100 gramos de producto, nos sale aproximadamente un 12% de grasas, 7% de hidratos de carbono, nada menos que un 30% de proteínas y unos nada desdeñables 8’6 gramos de fibra. ¡El pan que no es «pecado», que dirían algunos de los que tienen fobia a los hidratos de carbono!
La proteína es de soja y de trigo, la harina es de espelta integral, centeno y malta de cebada, no contiene azúcares añadidos y, a todos los efectos, podemos considerarlo como un pan de semillas por su contenido en semillas de lino, girasol y sésamo.
Aunque se ve aireadillo, la miga o molla es bastante contundente así que sacia bastante, también por su contenido en semillas que es lo que justifica en gran medida su aparentemente alto porcentaje de grasas.
Teniendo en cuenta el precio que tiene, para quien coma mucho pan no creo que sea una opción como pan principal pero, para quien sea como yo, que apenas lo como, es una opción interesante que puede dar bastante juego porque se puede congelar y aguanta muy bien.
Gustará más a quien quiera que, aun tostándolo, no quede duro sino que mantenga cierta esponjosidad en la miga.
Joint Health Pro
Dentro de la gama Health de Beverly Nutrition, el elegido ha sido el Joint Health Pro, un producto para la protección de articulaciones, cartílagos, tendones y otras estructuras similares del cuerpo humano que, combinando hasta ocho sustancias busca ser una especie de todo en uno incluyendo en su interior ocho de las más habituales sustancias a las que recurrimos cuando buscamos este objetivo de protección y cuidado articular.
De esta forma, en vez de tener que andar haciéndote cócteles de pastillas, simplemente tienes que tomar este producto y, listo aunque, ojito, porque las cápsulas son grandecillas, aviso.
Lo bueno es que no se quedan pegadas en la garganta, no tienen sabor y no general ningún reflujo así que, una vez tomadas, ni te enteras de ellas.
Viene en botes de 90 cápsulas, la toma recomendada es de tres pastillas repartidas a lo largo del día, en las comidas, así que con cada tarro tendríamos para un mes aproximadamente.
Como la pauta dependerá mucho de la situación en que nos encontremos cada uno, se me hace complicado pronunciarme sobre si me parece adecuada o no, así que simplemente me limito a decir cuál es la recomendada y a decir que, en mi caso, al no tener problemas actualmente (toquemos madera), la he estado tomando simplemente a modo mantenimiento, con una cápsula en el desayuno.
Tampoco me puedo pronunciar sobre sus posibles resultados porque es algo difícil de medir, más bien imposible con los medios de que dispongo así que, como hago en estos casos, me limitaré a dar mi opinión que se puede resumir en que: no lo considero imprescindible, no sería mi primer punto de acción si tuviera problemas articulares pero que, en momentos de mucho desgaste o exigencia, me parece interesante, con este producto o con otro que combine un cóctel como este o, al menos, así lo he hecho a lo largo de mi carrera deportiva en varias ocasiones.
En cada cápsula, ingeriríamos 300 miligramos de sulfato de glucosamina, 150 miligramos de sulfato de condroitina, 150 miligramos de colágeno hidrolizado, 100 miligramos de cartílago de tiburón, 90 miligramos de extracto de harpagofito, 50 miligramos de extracto de cúrcuma, 10 miligramos de MSM y 20 miligramos de vitamina C que, como es decía, son prácticamente todos los típicos a los que se suele recurrir en estos casos.
Si acaso, me faltaría el jengibre pero, como no es de los típicos, no lo considero una falta. También se podría añadir el ácido hialurónico, pero parece que ese va mejor vía tópica, en cremas o geles.
Como he dicho antes, es complicado decir si las proporciones son buenas o no porque en cada estudio que miras te dicen una cosa, en unos consideran unas sustancias y en otros, otras pero, como decía antes, como complemento no curativo, sino de mantenimiento, no me parece mala idea.
Eso sí, siempre teniéndolo como secundario, no como primario. Es decir, si tengo que elegir entre este producto y unos geles energéticos o bebidas de sales, lo tengo claro, el dinero me lo gasto en los segundos y, si realmente tengo problemas articulares, me voy al especialista y tomo lo que él me diga que, seguramente, no sea el Joint Health Pro sino algo más específico.
Proteínas varias
Por último, cerramos el artículo haciendo un somero repaso sobre la sección de proteínas que hemos podido conocer gracias al mezcladillo que nos ha mandado Beverly Nutrition, con muestras de casi todas sus variedades y sabores.
Concentrado, aislado e hidrolizado, de suero de leche o vegetales (guisante y arroz), caseína… Tenemos opciones para casi cualquier necesidad que tengamos porque recordemos que no es lo mismo un concentrado que un aislado de cara a su valor biológico, asimilación y, cómo no, el precio.
En función de lo que necesitemos nos vendrá mejor una de mayor velocidad de asimilación y pureza como es aislado, una más lenta y progresiva como la caseína o nos apañaremos con el polivalente concentrado, que es al que muchos recurrimos.
De hecho, si eres como un servidor, que la mayoría de las veces la toma mezclada con leche, no tiene mucho sentido que te gastes el dinero en aislados, te vale perfectamente con un concentrado, que es mucho más económico.
En el variadillo de muestras había un poco de todo y, en principio, destacaría la facilidad para disolverlas o, al menos, me ha sido sencillísimo, incluso con leche o agua frías, recién sacadas del frigorífico, algo que es muy de agradecer y que no todas las proteínas consiguen.
También me han parecido agradables los sabores, nada empalagosos y bastante agradables aunque, con vuestro permiso, no me pronuncio respecto a si están buenos o no porque, para gustos, los colores (o sabores).
He tenido la suerte de que todos han tendido hacia el lago dulzón o golosón (chocolate, vainilla, galletas…) así que he quedado encantado. El que más me ha chocado ha sido el de piña pero porque no estoy acostumbrado y la verdad es que está bien y es buena opción para cambiar de los típicos sabores y dar el salto a algo afrutado que no sea el típico de fresa de toda la vida. De hecho, si sois arriesgadillos en los sabores, el de kiwi seguramente os sorprenda.
Las composiciones nutricionales, pues lo de siempre, sobre el papel parecen adecuadas y coherentes y ya sería cosa de que entrar al detalle en el laboratorio y ver si son precisas, la calidad y demás pero, como eso no lo puedo comprobar, pues tengo que fiarme de lo que dicen.
Y hasta aquí el repaso general de lo que decidieron mandarnos desde Beverly Nutrition para conocer algunas de las cosas que tienen en su catálogo de productos y que no solo están cumpliendo muy bien con su cometido sino que han estado alimentando la caldera y la maquinaria de un servidor durante una buena temporadita, justo en plena época de inicio de entrenamientos de volumen y, a tenor de lo visto de manera empírica, no parece que hayan ido mal.
No estoy diciendo que haya sido gracias a estos productos porque hay muchas piezas en el puzle y, sin duda, depende más de cómo he podido ir encadenando los entrenamientos pero no podemos olvidar que lo del entrenamiento invisible suma mucho así que, algo habrán sumado estos productos de Beverly Nutrition, ¿no?