Victory Endurance es una marca de nutrición deportiva muy conocida en España y puede encontrarse por doquier, tanto en tiendas como en los avituallamientos de competiciones, por lo que nos ha parecido interesante tomarla como referencia para elaborar este artículo en el que hacemos un repaso general por lo que podría ser un ejemplo de kit de nutrición sencillito con los suplementos deportivos básicos o esenciales para deportistas como los que soléis pasar por aquí, que hacéis actividad física con cierta asiduidad y seriedad.
En el kit de nutrición de Victory Endurance hemos incluido sus nuevos Victory Endurance Carbo Boost en representación de los geles energéticos, contundentes y cargaditos como se ha puesto de moda últimamente; el Victory Endurance Iso Energy que tan buen servicio puede hacer como bebida de sales o como bebida energética y que se puede complementar en una actividad de larga duración con las cápsulas de sales Victory Endurance Salt Caps; no podía faltar su mítica bebida de recuperación, el Victory Endurance Total Recovery, en sabor sandía, por supuesto, y lo hemos querido rematar con las Victory Endurance Nature’s Energy Bar, unas barritas energéticas de avena y frutas desecadas que, tras su reformulación, han quedado ricas, ricas.
Podríamos haber seguido incluyendo suplementos, algunos de ellos muy relevantes y que han demostrado sobradamente sus beneficios como la cafeína que, por supuesto, también podéis encontrar en el extenso catálogo de productos de la marca, por ejemplo, en el Victory Endurance Race Start, pero el artículo se habría extendido demasiado.
Con esto no estamos diciendo que este kit de nutrición de Victory Endurance sea perfecto o ideal, ni tampoco que sirva para todo y para todos porque eso dependerá de cada caso concreto (deporte, deportista objetivos, necesidades…), pero sí creemos que este sencillo conjunto de cinco suplementos es suficientemente completo y polivalente para cubrir gran parte de las situaciones en las que podamos encontrarnos la mayoría de deportistas.
El artículo lo hemos enfocado desde una perspectiva monomarca, de ahí el haberlo denominado kit de nutrición de Victory Endurance, vaya, pero perfectamente puedes adaptar la esencia de su composición (un conjunto formado por geles, barritas, bebida energética, bebida de recuperación y cápsulas de sales) a cualquier otra marca o producto que creas que satisface mejor tus preferencias o necesidades. Mientras mantengas los principios básicos nutricionales y, sobre todo, que a ti te vayan bien y te gusten, nada que alegar.
Geles Victory Endurance Carbo Boost
Vamos a empezar fuerte, con los Victory Endurance Carbo Boost que, además de ser uno de los últimos lanzamientos de la marca, son unos geles energéticos que van bastante cargaditos de energía (202 kcal) que proviene principalmente de una mezcla de cinco hidratos de carbono diferentes (maltodextrina, dextrosa, fructosa, isomaltulosa y ciclodextrina) y que han complementado con un poco de aminoácidos ramificados sin olvidarse, por supuesto, de la pertinente dosis de sodio.
Para contener los 76 gramos de producto que hay en cada gel han tenido que recurrir a un envase relativamente grande de unos 15-17’5 centímetros de alto, 6 centímetros de ancho y un poco menos de un centímetro de grosor que, si se dobla, puede reducirse fácilmente a la mitad a costa de duplicar su grosor, obviamente.
Se comercializa en geles individuales y en cajas de 18 que pueden ser de un único sabor o contener seis de cada uno de los tres sabores: neutro, manzana verde o café. Los tres comparten una misma base y, salvo por los 100 miligramos de cafeína que incluye el de café, los podemos considerar análogos entre si.
Cada uno de los Victory Endurance Carbo Boost aporta 50 gramos de hidratos de carbono de los que 25 gramos son maltodextrina, 10 gramos dextrosa, otros 10 fructosa, 2’5 gramos de isomaltulosa y otros 2’5 gramos ciclodextrina. Vamos que, salvo la amilopectina, tiene todos los carbohidratos.
Esta mezcla es bastante completa y, sin duda, no suena nada mal si se analiza desde la perspectiva de un aporte de energía que combine fuentes rápidas y no tan rápidas, simples y complejas, que utilicen distintos transportadores, etc.
Pero, si la analizamos desde una perspectiva un poco más purista, primando lo que parece que concluye actualmente la evidencia científica, se aleja un poquillo de las recomendaciones mucho más simples de los 2:1 o 1:0’8 de maltodextrina:fructosa.
No tengo el criterio científico como para posicionarme de manera contundente ni a favor ni en contra de ninguno de los dos enfoques pero, hasta donde sé y, por lo que he experimentado tras muchos años, cuando se realiza una ingesta de un gel energético tan cargado como estos, conviene tender a la simplicidad y prestar mucha atención a la velocidad de vaciado gástrico para minimizar el riesgo de problemas digestivos (que se te cierre el estómago o que te vayas por la pata abajo), aunque eso suponga renunciar a una proporción teóricamente ideal de velocidades de asimilación, que es lo que parece que han primado en los Victory Endurance Carbo Boost.
De todas formas, como siempre, esto hay que contextualizarlo porque no es lo mismo estar pensando en ellos para utilizarlos en salidas de varias horas en bicicleta a ritmos tranquilos que para tomarlos en ultras de montaña en las que el sistema digestivo sufre más, no se tiene tanta facilidad para disponer del agua requerida, etc.
En mi caso, solo me ha dado problemas significativos una vez y fue en un día en el que salí con el estómago un poco regulero así que no me atrevo a echarle la culpa al gel, pero sí es cierto que, tras la experiencia que he tenido probándolos para este artículo, en varias ocasiones se me han quedado un poco atascadetes en el estómago. Hay que tener en cuenta que los he utilizado principalmente corriendo, pero, aun así, los utilizo con un poquito de respeto.
Si por mí fuera, prescindiría de la ciclodextrina, que no es precisamente barata y, posiblemente, de la isomaltulosa porque, con una buena estrategia nutricional, no tiene por qué haber menor riesgo de picos de insulina por el hecho de que esté presente.
A partir de ahí, ya dejaría a criterio del nutricionista responsable el aumentar esos 5 gramos de hidratos de carbono con alguno o varios de los otros tres o, lo que seguramente haría yo, dejarlos en esos 45 gramos, que los haría ideales para ir a por una estrategia de 90 gramos por hora.
Con la parte electrolítica me han surgido dudas porque, en unos sitios dicen 200 miligramos de sodio, cantidad que me parece adecuada y, en otros, 500 miligramos de sal lo que, en caso de ser cierto, implicaría que tienen casi la mitad de sodio. Si consigo aclarar el enigma, lo actualizo porque, en el caso de que la cantidad de sodio sea la segunda, sería más que conveniente, por no decir necesario, añadir sodio por otras vías.
Y, por último, también va dentro del envase medio gramos de aminoácidos ramificados (BCAA) en proporción 2:1:1 de l-leucina : l-isoleucina : l-valina que, teóricamente están ahí para ayudar a reducir la fatiga y la destrucción muscular consecuencia del ejercicio físico, algo que, según los últimos estudios, parece que no está tan claro y que no tiene tanto efecto como pensábamos antiguamente.
La textura del gel es espesilla, no tanta como me esperaba al tenerlos en la mano y estrujarlos pero sí requiere echar un buen sorbito de agua (150-200 mililitros al menos) para tragarlo bien o más bien dos, porque seguramente necesites dos tomas para acabarlo por la cantidad de producto que hay dentro del envase.
En general, en situaciones controladas, esto no plantea ningún problema, pero si estás corriendo o vas en la bici y se levanta una tanda de palos a diestro y siniestro, lo de tener que tener que dar dos sorbos al gel no es práctico ni recomendable así que ahí sí que tendrás que apañártelas para engullirlo de una tacada.
Afortunadamente, la abertura que queda al tirar de la pestañita es suficientemente grande para que el contenido salga a chorro y, como no es excesivamente líquido, con que pongas un poco de cuidado, no se te va a desparramar.
Lo que sí tienes que hacer es tirar de la pestaña con un pelín de cuidado para dejarla pinzada con los dedos o los dientes porque se arranca entera y se te puede caer al suelo y no querrás dar pie a que te llamen cochináceo por dejar residuos por ahí tirados, ¿verdad?
En cuanto a los sabores, aquí te hago una pequeña reseña a nivel de cata rápida para que te sirva de guía aunque, como para gustos, los colores, lo mejor es probarlos todos y así decidir según preferencias personales.
- Café: Es el más sabroso y me recuerda mucho a esos caramelos típicos de toffee que se te quedan enganchados en las muelas si los muerdes. Se nota claramente el sabor al café, pero no el puro y amargo, sino tirando más hacia café con leche y hasta con un toque acidillo que lo hace hasta fresco dentro de lo que cabe. No se nota excesivamente dulce, algo que suele pasar a veces con los de café para matar el amargor y tampoco se te queda apalancado durante siglos el sabor en la boca o garganta.
- Manzana Verde: Recuerda claramente a las manzanas Granny Smith y ese puntillo ácido que tiene lo hace bastante agradable y fresquito, por lo que me parece mucho más agradable para tomar en carrera a pie o con intensidades medias o altas. También lo siento menos empalagoso, me da menos sed y diría que incluso es algo menos pegajoso si te queda algo en las manos o comisura de los labios.
- Neutro: Es el que más me ha gustado de todos porque, aunque no marca ningún sabor concreto, genera en la boca un punto amarguillo que hace que no te genere la típica sed que te suelen dar los geles pastosetes y cargados de hidratos de carbono. No obstante, esto también puede jugar en su contra en caso de que se te quede un poco atascado y tengas algo de reflujo porque puede dejarte picor en la garganta. Pero, si tienes agua de sobra y pegas un par de sorbos buenos después de tomarlo, uno nada más ingerirlo y otro un poco más tarde para terminar de limpiar, va genial. Me falta probarlo en condiciones de mucho calor, cuando vaya calentujo el gel porque a lo mejor ahí funciona un poco regular pero, si fuera así, la solución es sencilla, usar el de manzana verde y, ale, todos contentos.
Por último, un tironcillo de orejas para los responsables del etiquetado porque la información que se incluye en el gel está referida a 100 gramos de producto y eso puede incitar a error ya que, ves en la tabla que hay 66 gramos de hidratos de carbono y hasta te asustas pensando que para qué quieres un gel tan cargado. Eso, si no piensas que son unos gañanes que han cometido el error de poner 66 gramos en la tabla y 50 en la cara anterior del gel. Así que, por favor, al menos unificad el mensaje, o todo referido a 100 gramos o a un gel… o, mejor, ambos, que es lo ideal para que cada uno elija la referencia que mejor le venga.
Victory Endurance Total Recovery: rápida y completa recuperación
El Victory Endurance Total Recovery es, junto con su gama de geles energéticos, el producto más exitoso de la marca o, al menos, el más conocido y apreciado, sobre todo, el de sabor sandía, que suele causar furor entre los que lo prueban.
La verdad es que, el de este sabor, si lo preparas fresquito y con las proporciones adecuadas, está riquísimo y casi te incita a echarle un chorrillo de alcohol, ponerle unos cubitos de hielo y marchar de fiesta… Ups, perdón, esto no debería haberlo escrito porque no es correcto aquí, ¿verdad? Pero, jo, es que he visto la foto que tienen en la web con esas pajitas y vasos y se me ha ido la cabeza a otras cosas, ¡me centro de nuevo!
Ahora ya, fuera de coñas, de veras que el sabor es una de las cosas que me parecen más conseguidas de esta bebida de recuperación, no porque sea más o menos cercano a la fruta en cuestión, sino porque creo que han conseguido una bebida que es fácil de beber, muy palatable, agradable de tomar, que quita la sed… Vamos, que no te la tomas forzado como otras sino que casi hasta estás esperando que llegue el final del entrenamiento para darte el homenaje con el Victory Endurance Total Recovery.
No sé si han cambiado algo a nivel del sabor sandía porque hacía muchísimo que no lo tomaba, pero posiblemente el actual sea un poco más suave que el de hace años, al menos el de sandía, que es el único que conozco de primera mano por haberlo tomado varias veces. En su momento no me enamoró porque se me atascaba un poquito, como si me repitiera pasado un rato, aunque nunca le di mucha importancia ya que es algo que pasa a menudo incluso con la propia fruta de la sandía, sobre todo, si la como cuando la devoro después de un entrenamiento.
Por cierto, si te gusta experimentar con los sabores, dale una oportunidad al de banana porque tiene un punto chulo y diferente a lo que habitualmente se encuentra en este tipo de bebidas. Marca claramente el toque aplatanado, pero es mucho más suave y «tranquilo» así que, aunque sorprenda menos, a mi juicio, se deja tomar mucho mejor, calma más la sensación de hambrecilla, empalaga menos y, lo principal para mí, no permanece tanto en boca.
Está disponible en los seis sabores de la foto anterior (Sandía, Chocolate, Frutos morados (o algo así), Naranja, Banana y Yogurt de limón) y se comercializa en botes de 1250 y 750 gramos y monodosis de 50 gramos, que es lo que corresponde a la preparación típica propuesta por la marca.
Pero, ojo si compráis los botes, porque el cacito que viene coge alrededor de 65 gramos así que habría que dejarlo sin llenar completamente.
Aparte, la propuesta que hacen sería la de mezclar esos 50 gramos de polvo con 250 mililitros de líquido lo que daría una preparación con una concentración del 14%, algo alta para lo que parece que recomiendan los estudios actuales, que tienden a marcar máximo en el rango del 9%.
Por lo tanto, te hago dos propuestas para rebajar la concentración: aumentas la cantidad de líquido hasta los 500 mililitros o echas medio cacito, unos 25-30 gramos en ese vasito de agua de 250 mililitros. De las dos formas consigues lo mismo y ya es cosa de que necesites más o menos líquido y energía.
A la hora de decidir la cantidad de polvo que echas, ten en cuenta que con cada 100 gramos de producto metes en la caldera unas 387 kcal que provienen de 68 gramos de hidratos de carbono (todos ellos azúcares), 27 gramos de proteínas, 180 miligramos de sal (unos 45 miligramos de sodio), un poco más de cinco gramos de l-glutamina y otros casi seis de aminoácidos ramificados (no sé en qué proporción entre ellos, no lo he encontrado).
El hidrato de carbono es dextrosa y la proteína es aislado de proteína de suero de leche así que ambos son, dentro de sus categorías, de muy rápida asimilación, algo necesario para que una bebida de recuperación sea eficaz y eficiente y, con la l-glutamina, péptidos de glutamina, BCAAs y las varias vitaminas y sales minerales buscan favorecer aún más esa recuperación, aunque aquí lo importante es la cantidad y calidad de los hidratos de carbono y, en segunda instancia, las proteínas.
La proporción entre los hidratos de carbono y proteínas es de 2’4:1, muy cercano al rango teóricamente ideal que parece que recomienda actualmente la evidencia científica y que parece que va hasta el 3:1 para los casos en los que se quieren aportar ambos nutrientes. En lo que quizá se han quedado cortos, al menos hasta donde yo entiendo, es en el tema del sodio que creo que sería insuficiente para cumplir con lo que recomienda la evidencia científica salvo si lo de los 180 miligramos que indican fuera sodio en vez de sal.
La disolución es excelente, incluso con agua muy fría, en un simple vaso y con una cuchara y utilizando la proporción propuesta por la marca con lo que, si encima se hace algo más diluido como propongo, aún más fácil de prepararlo. No espesa apenas el agua y no se posa rápido y, en el caso de que pasara, con darle unas cuantas vueltas con la cuchara ya vuelve a quedar perfecto.
Ah, aunque en todo momento estoy hablando del Victory Endurance Total Recovery como lo que es, una bebida de recuperación, como pasa con muchas otras bebidas de recuperación, no descartaría utilizarlo como bebida para el ‘durante’ en actividades de larga duración, de más de 3-4 horas, eso sí, siempre como complemento, no como fuente principal.
El hecho de que sea tan agradable de sabor, se disuelva tan fácil y tenga dos fuentes de rápida asimilación la hacen, a mi juicio, ideal para meterlo periódicamente cuando queramos añadir un plus de proteínas sin irnos a una bebida específica. Eso sí, si lo haces, ten en cuenta a la hora de cuadrar los números de tu pauta nutricional, que los hidratos que aportarías son todos dextrosa amén de lo comentado antes del sodio.
Victory Endurance Iso Energy: bebida con energía y sales
El segundo básico y, posiblemente, el suplemento que considero realmente como imprescindiblemente imprescindible, sería una bebida de sales y, para esto, el Victory Endurance Iso Energy puede ir de perlas.
Por su composición, ingredientes y proporciones es muy polivalente y, si juegas un poco con la preparación, puede hacerte el servicio para el antes, el durante y el después.
Se comercializa en botes de 750 gramos o monodosis de 30 gramos, que sería lo que propone la marca como uso típico. Eso sí, lo indican para mezclarlo con 420 mililitros de agua y, si bien es cierto que eso daría una preparación que iría más o menos alineada con lo que recomienda últimamente la evidencia científica, como quedaría en la parte inferior de lo recomendado y casi seguro que lo vas a preparar en botellas o bidones de 500 mililitros, creo que se puede apurar un poquito la cosa sin problemas y pasar a hacerlo con un cacito entero o casi entero de los que trae, que son alrededor de 65 gramos y un envase que se mueva alrededor de los 500-600 mililitros, que es lo más común.
Lo digo sobre todo por simplificar el proceso y que no tengas que andar comiéndome mucho el coco con las proporciones, equivalencias y demás: 1 cazo entero en un bidón o botella de medio litro y p’alante.
Cada 100 gramos de producto en polvo te aportan unas 365 kcal que provienen de 82 gramos de hidratos de carbono (de ellos, 51 gramos, un 61%, son azúcares) y 4’5 gramos de proteínas que corresponden a la l-glutamina que incorpora y también te aportaría unos 678 miligramos de sodio.
Los hidratos de carbono son dextrosa, maltodextrina y fructosa, pero no indica la proporción de cada uno de ellos, solo los pone en ese orden por lo que se entiende que están ordenados de mayor a menor cantidad.
Lo que sí podemos tomar como referencia es lo del 61% de azúcares para tomarlo como un 2:1 entre complejos y simples que, generalizando y simplificando, podríamos dar por bueno de cara a su alineamiento con lo recomendado habitualmente en cuanto a la proporción entre carbohidratos.
Tampoco andaría mal de sodio en una preparación como las propuestas así que, en principio, creo que se le podría dar el OK como bebida energética y de sales para ir tomando durante la actividad deportiva.
Además, el sabor es agradable, al menos el de limón que he probado (está disponible también en naranja, iced blue y cola), se mezcla con facilidad y no se apelmaza si va pasando el tiempo sin tomarlo, así que más puntos a su favor de cara a que se convierta en tu bebida comodín.
Si la actividad física no va a pasar de las dos horas, perfectamente podría servirte como fuente energética única en la mayoría de las ocasiones y, si la cosa va a durar algo más, posiblemente con añadir a tu kit nutricional algún gel energético y alguna cápsula de sal, también te valga para llegar sin problemas hasta las 3-4 horas.
Como te decía al principio, para mí, este tipo de bebidas de sales, Victory Endurance Iso Energy u otra equivalente, es el suplemento deportivo que considero realmente básico y que, por tanto, jamás faltaría en mi kit nutricional.
Cápsulas de Sales Victory Endurance Salt Caps
Las cápsulas de sales son uno de los comodines imprescindibles en el kit nutricional de cualquier deportista de resistencia porque da muchísimo juego, tanto para tomarlas directamente y reponer electrolitos durante la actividad deportivas, como para verterlas en las bebidas deportivas caseras que cada vez más gente se prepara para poder adaptarlas así a sus requisitos o necesidades.
Las Victory Endurance Salt Caps contienen una amalgama de sales (sodio, magnesio, yodo, cobre, manganeso…), vitaminas (D y B1) y otros micronutrientes (hierro) por lo que, teóricamente se les supone que son completitas pero, como bien sabéis, la mirada crítica la debes enfocar siempre hacia la cantidad de sodio que es la sal que más incidencia tiene.
En este caso, cada cápsula te aporta 140 miligramos de sodio, una cantidad que me parece razonable y bastante interesante para poder utilizar las Victory Endurance Salt Caps como complemento polivalente y versátil.
Por sí solas no serían suficiente para una tirada larga de varias horas con una pauta clásica de una por hora, pero si sigues una pauta que vaya en esa línea y vas tomando además otras bebidas, geles o barritas, al final te es fácil llegar a la cantidad de sodio que necesites. Si tuvieran más cantidad, tendrías que hilar más fino para no pasarte sumando lo contenido en todo lo que vayas tomando.
Hablando de pautas de toma, me ha gustado ver que en el PDF que cuelgan en la web hacen la diferencia de si las tomas solas, en cuyo caso te recomiendan que tomes una cada 30-40 minutos o si las combinas con Victory Endurance Iso Energy o geles, en cuyo caso reducen la frecuencia a una cada 90 minutos.
Buen detalle que queda un tanto deslucido con lo que luego ponen en el envase porque indican que 1 cápsula al día con un vaso de agua, como si se tratara de un tratamiento diario. Tampoco entiendo porqué las indican como para antes del ejercicio cuando el principal uso suele ser más bien el durante pero, bueno, no nos pondremos puntillosos porque, al final, pongan lo que pongan, debes adaptar la pauta a tus necesidades y, seguramente, acabe yendo más o menos alineada con lo comentado en el PDF.
Se comercializan en botes de 90 cápsulas (creo que serían aptas para veganos), sin sabor, tamaño más que razonable para que no te dé problemas al tragarlas o porque se te queden pegadas en la garganta, no se empapan fácilmente así que las puedes llevar envueltas en papel de aluminio, film transparente o bolsa de zip… Vamos, lo de casi siempre porque a ese nivel, poca novedad se puede esperar, más que nada, porque tampoco aportaría nada.
Así que, como he dicho antes, sería uno de los productos que consideraría casi imprescindibles, tanto para entrenar como para competir, para ir tomando en las tiradas de más de dos horas, a ritmo de una o dos cápsulas cada hora en función de la pauta nutricional que haya elegido para ese día. Tal como están formuladas, a mí me valen perfectamente, pero creo que si le aumentaran un poquito la cantidad de sodio estarían aún mejor.
Barritas Victory Endurance Nature’s Energy Bar
Las Nature’s Energy Bar me han sorprendido muy gratamente, en gran medida, porque me esperaba que fueran apenas un cambio de envase sobre las que probé hace años con el envase verde y que veía casi más como snack que como barritas energéticas para tomar durante la actividad deportiva con el simple cambio de haber eliminado el aceite de palma, como indican en la documentación comercial.
Pero, no, han cambiado mucho y ahora son mucho más jugosas, palatables, fáciles de masticar y tragar… ¡Vaya cambio más bueno!
Son unas barritas relativamente densas, con unas dimensiones aproximadas de 10’5 x 4’5 x 1 centímetros que pesan alrededor de 60 gramos y, digo «alrededor» porque me ha llamado la atención que el peso de las que nos han enviado para el artículo oscila bastante, entre los 55 y 65 gramos, al menos, eso ha pasado en las que he utilizado para la elaboración de este artículo.
Siguen sin ser unas barritas recomendables para comer cuando vas a tope, casi sin poder respirar, pero creo que han ganado muchísimo en cuanto a la textura, algo que han conseguido incluso subiendo significativamente el porcentaje de avena hasta el 33%.
No sabría decir si es por cómo las han procesado y cómo se ha integrado el cereal con las frutas que tiene (al no poner que son raw, asumo que algún tipo de procesado han tenido) o por el jarabe de azúcar invertido, pero si me hubieran dicho que para ligar los ingredientes habían usado miel, me lo habría creído. Lo digo para que os hagáis una idea de cómo quedan finalmente.
Lo bueno es que, a pesar de esa textura, no son excesivamente dulzonas y, de hecho, hasta me ha sorprendido que tienden a fresquitas más que a empalagosas, al menos, dentro de lo que puede ser una barrita de este tipo. Aquí juega quizá a su favor el hecho de que no contiene frutos secos ni semillas, que es lo que muchas veces le da un toquecillo amargo y algo más seco.
Es un bloque bastante compacto, pero se trocean sin problemas y no cuesta masticarlas a pesar de que no se desmigajan en la boca, digamos que están a mitad de camino de un pan de higo y un pan de dátil en ese sentido. La avena está bastante hidratada pero sin llegar a hincharse, simplemente queda reblandecida por el azúcar del jarabe y las frutas.
Contienen pasas sultanas (19%), trocitos de manzana deshidratada (12%), trocitos de albaricoque (10%) y 2’5% de fresas liofilizadas y ninguna fruta que destaque sobre las demás, mucho menos la fresa, que es la que se supone que le da el nombre a las barritas que he usado para el artículo. Curiosamente, lo que más he notado han sido las pasas, quizá porque van enteras y las cazas completamente al masticar así que eres más consciente que cuando muerdes, por ejemplo, un trozo de albaricoque.
Cada barrita aporta alrededor de 202 kcal que provienen de unos 6’2 gramos de grasas (0’8 gramos saturadas), 3’2 gramos de proteínas y, el grueso, de los 39 gramos de hidratos de carbono, 26 de ellos (67%) azúcares. Lo que no he conseguido averiguar es la cantidad de fibra que tienen, un dato que me parece especialmente relevante en barritas de este tipo porque, si es mucha, tienes que andar con algo más de ojo.
Gracias a todo esto (composición nutricional y textura), aunque no estén a priori especialmente recomendadas para usarlas en actividades de mucha intensidad como he comentado antes, como se mastican y tragan con mucha facilidad y tienen unos nutrientes que pasan bastante rápido a la caldera, sí que pueden dar mucho juego para actividades de intensidad media o baja o, para esos momentos en los que tienes un pequeño respiro y quieres darle al cuerpo algo con más sustancia que una bebida energética, gel, barrita de gominola, etc.
Por ejemplo, me parecen perfectas para tomarlas en un momento de descanso del pelotón si vas en bicicleta o cuando te toque una subida no muy pronunciada en la que vayas a caminar en vez de correr. Si aprovechas esos ratillos para comerte media barrita en vez de una entera y echas un buen sorbo de agua, en apenas un minuto seguramente ya la tienes totalmente tragada y de camino a la caldera para convertirla en energía que quemar.
En esa misma línea, también me parecen ideales para tomarlas antes de los entrenamientos, una horilla antes o algo así, sobre todo cuando he estado varias horas sin comer nada.
Posiblemente te calme un poco esa sensación de vacío en el estómago hasta que te toque empezar a entrenar y te va a dar tiempo de sobra a haberla asimilado, así que no vas a tenerla dando vueltas en el estómago, incluso habiéndola comido entera. También ha caído alguna como postentrenamiento, añadida a la bebida de recuperación, cuando he intuido que iban a pasar horas hasta que pudiera hacer una comida decente.
Pero, vamos, que esto no son sino unos cuantos ejemplos de cómo las he ido usando, por mis preferencias y gustos personales. Las posibilidades que tienen las Victory Endurance Nature’s Bar son muchísimas más: como snack a media tarde o media mañana, como postrecillo o capricho saludable y energético cuando te quedas con un poco de hambrecilla…
El límite solo está en tu imaginación y el único problema posiblemente sea resistirte a comer solo una porque la verdad es que están ricas como ellas solas, son un vicio si te gustan este tipo de barritas.
Genial el artículo. He aprendido unas cuantas cosas que veo son necesarias para esto de correr a tope. mi duda. Si algunas se toman en carrera, entrenando, donde se lleva el surtido? Y si además hay que beber empiezas a necesitar unos zerones. Vas como un ciclista lleno de bidones por todos lados?
Saludos
Marian García, no es que sean necesarias, ojo, pero ayudan mucho, sobre todo, cuando empiezas a exprimir al cuerpo o si hay condiciones «especiales»: muchas horas o kilómetros, mucho calor, etc.
¿Para llevar todas estas cosas? Mil opciones, o más!!! ;-D
Hay infinidad de mochilas y, hasta 5 o incluso 7-8 kilos, son como no llevar nada cuando van vacías así que te hacen perfectamente el servicio para llevar unas cuantas cosas, cinturones que también te permiten echar el kit de supervivencia básico (un par de geles, pañuelos, llaves…), botellas de mano (hay virguerías que te permiten incluso llevar botellas normales)…
Pero, vamos, que para necesitar todas esa «parafernalia», hay que estar hablando ya de tiradas de un par de horas y mucho más porque, para dos horas, sales casi con lo puesto, la botella de agua de medio litro, uno o dos geles o barritas y, listo. Ojo, que estoy generalizando y simplificando.
Pero si te vas a meter una pechá de 6-7 horas, lo mismo sí que vas casi como un ciclista… y aun así pararás seguramente a rellenar agua en algún sitio.
Yo normalmente tiro de cinturón + botella de mano hasta la hora u hora y media y, a partir de ahí o si hay montaña, una mochilita de hasta 5 litros que suele ir cargada con entre 2 y 3 kilos de «chuminás» varias (incluyo ahí teléfono, llaves y demás).