Calcetines Sporcks: colección 2018

La nueva colección de 2018 de calcetines de running de Sporcks no es simplemente un conjunto de nuevos diseños y colores, sino que también incluyen una nueva versión de su calcetín base del que ya os hemos hablado en dos ocasiones, la primera al presentaros esta empresa especializada en calcetines deportivos y, la segunda, con aquella edición especial que hicieron para la Maratón de Valencia de 2016 (los RUN VLC).

Sporcks es una marca muy jovencilla, con apenas un par de años de vida, que desde el primer momento decidió apostar claramente y casi en exclusiva por ofrecer calcetines que no se centraran sólo en la parte técnica, sino que también tuvieran diseños y colores llamativos.

En ese momento a algunos les pareció una locura porque, tradicionalmente, los calcetines deportivos habían sido casi siempre discretos. Pero, sin ninguna duda, esta empresa valenciana puede sacar pecho y presumir de haber sido una de las pioneras, una de las que primero cogieron esta nueva ola o moda a la que ya se han sumado unas cuantas más.

Como es lógico, no sólo no se han quedado parados disfrutando de ese éxito. Han seguido trabajando duro para elaborar nuevos diseños y modelos y actualmente ya disponen de calcetines tanto de ciclismo como de running, aunque en este caso nos vamos a centrar en los de correr, que son por los que generalmente nos preguntáis y que, por supuesto, también son utilizables para el día a día como simples calcetines de calle; eso huelga decirlo.

También han aprovechado esta nueva colección para presentar su nuevo Sporcks Cushion Performance, una variación de su calcetín de running Sporcks Performance, con cambios en el rizado y la planta del pie.

Antes de ponernos con ellos en detalle, en la siguiente imagen tenéis unos cuantos ejemplos de sus diseños que, si bien tienen siempre «estilo propio», valen tanto para los que son algo más discretos (como los Cooper River en verde o blanco y negro), como para los más atrevidos que seguramente disfrutaran mucho con alguna de las versiones de los Bulldog o los Aloha.

Por cierto, también se curran mucho ese toque diferencial que les caracteriza en cosas como los nombres de los diseños o los mensajillos ocultos que podéis ver, no sólo en la puntera, sino también en la caña.

Calcetines Sporcks 2018 al detalle

Tanto los Sporcks Performance como los Sporcks Cushion Performance tienen una caña de altura S4, que vienen a ser unos 14-16 centímetros, con lo que llegan hasta la mitad de la pantorrilla más o menos. En la talla M que hemos estado probando nos han salido unos 16 centímetros midiendo desde el centro del maléolo.

Al cogerlos en la mano no dan sensación de ser livianos o de ésos tipo «papel de fumar» y sobre la báscula, para los cinco que nos han tocado en suerte para este análisis, nos han salido en la talla M unos 48 gramos para los Sporcks Cushion Performance y alrededor de los 54 gramos para los Sporcks Performance. Por cierto, a la hora de valorar el peso, tened en cuenta la altura de la caña; no se pueden comparar con unos tobilleros o invisibles como es lógico.

Están disponibles en tres tallas (S 38-40, M 41-43 y L 44-46) y, en caso de duda, me inclinaría hacia la talla más pequeña de las dos entre las que estemos dudando. No es que tallen excesivamente grandes pero, en el caso de los calcetines, prefiero un pelín ajustado a un pelín holgado.

A nivel de composición, ambos calcetines son análogos: 50% Meryl, 19% Coolmax, 19% Elastano, 10% Lycra, 2% Nylon. Con esta combinación han buscado el equilibrio entre durabilidad, suavidad, transpirabilidad, elasticidad y sujeción. Vamos, lo que habitualmente le pedimos a unos calcetines.

Posiblemente no destaquen en ninguna de esas cualidades en concreto y sí en el conjunto. Y aunque, como decía antes, al cogerlos por primera vez os puedan parecer poco finos y ligeros y tengáis la tentación de que pueden ser calurosos, os animo a que os los probéis antes de juzgarlos porque seguramente os sorprendan.

Gracias al Coolmax, fibra sobradamente conocida por su desempeño en el textil deportivo y presente posiblemente en la mitad de los calcetines técnicos, transpiran mucho más de lo que podría parecer con el grosor que tienen y no retienen tanta agua cuando se mojan como podríamos pensar de inicio.

Algo parecido pasa con el tacto, que en algunas partes de algunos de los modelos puede parecer un tanto tosca pues, gracias al Meryl, una vez puestos transmiten mucha sensación de suavidad, un tacto muy agradable.

Todo esto se apoya en una buena capacidad de elasticidad que permite que ajusten muy bien en la caña sin llegar a oprimir como unos calcetines de compresión, que les dejan adaptarse a la morfología y movimientos del pie sin estrujarlo pero sin ser excesivamente endebles y estirajarse tras las primeras lavadas.

Y, para cerrar el círculo de las cualidades básicas, la durabilidad, con la que hago un aviso para navegantes: no los juzguéis por cómo quedan tras los dos o tres primeros usos, sobre todo si hacéis trail running y os metéis por matorrales. No son unos calcetines endebles pero no les hacen ninguna gracia los enganchones, al menos en algunas zonas. Eso sí, una vez que los hayáis usado cuatro o cinco veces, ya se van a quedar así para el resto de los tiempos, hasta que mueran definitivamente.

Si le echamos un vistazo al diseño en sí mismo, lo más sencillo es la caña, toda ella con el mismo estilo de entramado, muy elástico en transversal y que apenas cede en vertical finalizando en un remate en dobladillo de unos tres centímetros para que no presione ni moleste (no olvidemos que terminan a mitad de la pantorrilla, justo ese punto en el que muchas veces nos duele cuando tenemos alguna sobrecarga del sóleo).

El pie queda envuelto en la zona media por un elástico de unos 4,5 centímetros partido en dos que aplica la misma filosofía que la caña: elástico únicamente en transversal. Gracias a esa buena sujeción se puede relajar bastante la tensión en el resto del pie.

En la parte superior el entramado es bastante finito, aunque sin pasarse para minimizar el riesgo por rozaduras con el empeine de las zapatillas. De hecho, se aprecia hasta un ligero acolchado. Para favorecer la transpirabilidad, en cuanto lo estiras un poquito al meter el pie, quedan abiertos unos agujerillos por los que pasa el aire sin problemas.

En la puntera y el talón, encontramos un acolchado bastante generoso, muy sueltito en los Sporcks Performance y algo más prieto en los Sporcks Cushion Performance.

El acolchado del talón se prolonga tanto la planta como alrededor del calcáneo en los Performance pero no en los Cushion Performance.

No me atrevo a decir cuál me gusta más porque es muy personal y tan válido es que uno guste de acolchados y rizados más austeros como los que prefieren tener ahí un plus de colchoncillo que, además, en muchos casos minimiza el riesgo de roces. A mí me gustan más tirando a finitos, en ambas zonas y sin prolongación del rizado. Pero insisto, es mera preferencia personal.

Ya en la planta propiamente dicha, vemos otra gran diferencia entre ambos modelos, pues en los Performance es como lo que hemos visto antes para el talón, mientras que en los nuevos Cushion Performance el rizado está separado en bandas, ocupa un poco más y, aunque parezca que tiene más rizado, la realidad es que se percibe más finito y, lo principal, hace que sea más difícil que el pie deslice.

Los dos modelos tienen mucho confort, sobre todo los Sporcks Performance, mucha más suavidad de la que uno se puede imaginar. Os lo aseguro y, para los que os gusta ir acolchaditos, son muy buena opción porque tiene todo lo bueno de un calcetín de ese estilo sin tener que llevar el pie y la caña también con un tejido grueso o falto de sujeción, pues estos únicamente lo han puesto en planta y talón.

Para entrenar geniales pero quizá para los días cañeros o competiciones van mejor los Sporcks Cushion Performance que, aunque lleven ese «Cushion» en el nombre, no tienen más acolchado.

En ambos casos, de las cosas que más me han gustado es la sensación de sujeción de la caña y del mediopié, dejando el resto del pie sin ningún tipo de presión. A quien no esté acostumbrado a calcetines de compresión o altos de caña, a lo mejor al principio le generan alguna duda, sobre todo en la pantorrilla, pero esperad a haberlos usado dos o tres veces — o más rápido: ponedlos, quitadlos y volved a ponerlos — y veréis cómo ahí ya no los notáis tan apretujados.

Como comentaba anteriormente, probablemente no sean los calcetines más frescos que os hayáis puesto, pero no os penséis que se os va a cocer el pie dentro. Yo no he tenido ningún problema, ni siquiera cuando los he utilizado en pleno verano en zona de costa.

Y en el otro extremo, en caso de que hablemos de utilizarlos en invierno, aunque a estos no los he metido en apuros, sí que lo he hecho con los otros que había probado previamente (de hecho, son de los que suelo usar antes de pasarme ya a algo con lana merina), así que estoy seguro de que los de esta colección de 2018 también son perfectamente válidos para temperaturas frías.

Por cierto, ¿cuáles preferís vosotros: unos cañeros como los Aloha Blue o sois más de la sobriedad de los Cooper River White? Elijáis el que elijáis, seguro que os dejan bien satisfechos y que os hacen pasar un buen rato.