En los últimos años, dentro del mundo del maratón, se están produciendo tal cantidad de marcas estratosféricas que no nos aventuramos demasiado si decimos que nos encontramos ante uno de los mejores momentos de la historia en la distancia. Dentro de esa madeja de registros, impensables hace tan sólo unos años, hay dos enormes marcas de Geoffrey Mutai que nos gustaría rescatar a escasas horas de que se celebre el esperadísimo maratón de Londres.
Por una parte, sus 2h03:02 en Boston en el año 2011, la carrera más rápida que se ha corrido en toda la historia. Por otra parte, su bestialidad en Nueva York 2011, dónde dejó el crono en 2h05:06, que de acuerdo a las difíciles características del trazado neoyorquino representa una marca absolutamente brutal.
Ambas marcas representan unos picos de forma fascinantes en unas carreras exquisitamente míticas como Boston y Nueva York, pero que en la lucha actual por el récord del mundo a cargo de un grupo de excelentes corredores, parecen no valerle para esa guinda que le coronaría definitivamente como uno de los mejores maratonianos de la historia, en una carrera en la que Wilson Kipsang, con un perfil más enfocado al récord del mundo parece haberle adelantado tras ganar en circuitos tan rápidos como Berlín (2013), Londres (2012), Frankfurt (2010 y 2011) e incluso Lake Biwa allá por 2009.
Boston no es homologable a efectos de récord, por lo que sus 2h03:02 no pudieron ser convalidados como la grandísima marca que supone correr 21 segundos por debajo del actual récord de Kipsang. Nueva York es una carrera tan difícil, que sus difícilmente alcanzables 2h05:06 quedan escondidos dentro de las enormes marcas que nos estamos acostumbrando a ver.
El palmarés de Geoffrey Mutai es espectacular, y ya cuenta con cuatro victorias en tres de los seis Majors: Boston (2011), Berlín (2012) y Nueva York (2011 y 2013).
Berlín 2012 fue su asalto en toda regla al récord mundial, y muy cerca estuvo de conseguirlo. Con la referencia de Patrick Makau aún vigente (2h03:38) hizo una gran carrera de menos a más, pasando el medio maratón a 30 segundos de Makau, apretando tanto (corrió por ejemplo el kilómetro 32 en 2:43) que en el kilómetro 35 la diferencia era de sólo 20 segundos, y el 40 de únicamente 7 segundos. Parecía hecho, pero un enorme hundimiento les privó de cualquier oportunidad (junto a él corría un Dennis Kimetto que luego, en 2013, ganó en Tokio y Chicago con unos espectaculares 2h03:45 que le convierten en uno de los corredores a tener más en cuenta en la actualidad).
Finalmente, Geoffrey Mutai cruzó la meta junto a la puerta de Brandenburgo en 2h04:15. El hundimiento final, y sobre todo el extrañísimo final del que aún perdura la sensación de que el debutante Kimetto, compañero suyo, le dejó ganar en un respeto a los galones, hacen que ese registro haya quedado bastante deslucido.
Volvamos a esas comparaciones que nos dan la medida del corredor que es Mutai. Tres corredores han bajado más de dos veces de 2h05: Wilson Kipsang en 4 ocasiones (único que ha bajado dos veces de 2h04); Haile Gebrselassie y Geoffrey Mutai 3 veces cada uno. Si incluyésemos esos 2h03:02 de Boston en un estudio de las mejores medias de los 5 mejores tiempos de cada corredor, Mutai aventajaría a los propios Kipsang y Gebrselassie.
La historia de Geoffey Mutai sigue el guión habitual de tantos y tantos atletas kenianos, y nos remite al mayor de 11 hermanos de una familia pobre dedicada a labores agrícolas en su natal poblado de Mumberes. Sin recursos económicos ni para las necesidades más básicas, Mutai se enamoró del atletismo viendo, cómo podía, los Juegos de Barcelona, y tras sus primeros contactos con el deporte en la escuela, pronto compaginaba su trabajo de jornalero para ayudar a su familia con los entrenamientos, sabedor, como tantos otros kenianos, que las carreras podían ser el camino más rápido para mejorar su situación.
Sin los papeles en regla, Mutai no pudo viajar a los mundiales junior de Kingston en 2002, y una lesión le mantuvo todo el año 2004 en el dique seco, pero tras esos duros comienzos, su clase, su entrega, y las ganas de soñar con el mundo que le transmitía la radio siempre encendida hicieron que Mutai se convirtiese en su madurez en uno de los mejores maratonianos de toda la historia, sobre todo a raíz de dos buenas victorias en la ciudad holandesa de Eindhoven corriendo sobre las 2h07 en 2008 y 2009; con dos grandes segundos puestos en 2010 (Berlín y Rotterdam); y con su fulgurante explosión en aquel formidable 2011 (Boston y Nueva York).
A través del gran trabajo que se hace desde Argentina en el programa de radio y social-media «Locos por correr», tras la media maratón de Nueva York nos llegaba una gran entrevista al maratoniano keniano. En ella, Mutai definía lo que podemos entender como una parte muy importante de su filosofía: «No mirar hacia atrás. Dar lo mejor de ti, sin pensar en lo que hacen los rivales».
El año pasado, tras ser tercero en la media maratón del emirato árabe de Ras al-Khaimah en febrero con su mejor marca personal de 58:58, y tras su retirada en Londres, Geoffrey Mutai volvió a centrarse en repetir victoria en Nueva York e intentar el asalto a su propio record de la prueba.
Luego esperó la cita en la gran manzana transmitiendo grandes sensaciones (59:57 en Río de Janeiro en Agosto, y 59:06 en Udine en Septiembre, corriendo prácticamente solo), mientras que veía como sus compañeros de entrenamiento pulverizaban registros y acaparaban portadas: Kipsang batió el récord mundial en Berlín; Kimetto asombró en Chicago. Geoffrey Mutai volvió a ganar en Nueva York (2h08:24) y de nuevo flotaba la sensación de que sus grandes condiciones no parecían lo suficientemente valoradas entre tanta gran marca.
Ya en 2014 viene de ganar la media maratón de Nueva York en su enfrentamiento con Mo Farah con un registro más discreto de 60:50, en un día de mucho frío.
Nacido en octubre de 1981, este año Geoffrey Mutai cumplirá los 33 años, y las ocasiones de poner esa gran guinda a un palmarés asombrosamente espectacular se van a ir acabando por el simple transcurso del tiempo.
Todos se juegan muchísimo este domingo en Londres. Mutai no tiene nada más que demostrar, pero esa espina de no haber atinado ante el gran público con una gran marca homologable parece flotar siempre en el ambiente.
Destacar un favorito para la gran carrera londinense es algo parecido a jugar a la ruleta rusa, pero creemos muy conveniente, en estos días previos, recuperar la fascinante figura de un corredor como Geoffrey Mutai, quien se enfrenta a una de las grandes oportunidades que aún le quedan.
La marca de NY, estratosférica. Y creo que es el que mejor llega a la cita londinense. Mi gran favorito para mañana. Excelente Miguel. Un abrazo.
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Para mí Mo Farah, después de ver su medio maratón en Nueva York, con caída rarísima, perdiendo muchísimo tiempo y llegando a solo 18″ del ganador merece tenerlo en cuenta.