Hay que ser constante en los entrenamientos si se quiere mejorar a largo plazo, eso está claro. Sin embargo, ser constante no incluye correr al día siguiente de haber tenido un esguince de tobillo, ni tan siquiera hay que correr tras un entrenamiento intenso.
Aún hay escépticos que piensan que un día de descanso es un día perdido, pero eso es absolutamente falso. No vas a perder la forma por un día que no entrenes sinó todo lo contrario ya que no permitirás al cuerpo adaptarse a las cargas de entrenamiento. Se empieza a experimentar una pérdida de la forma física a partir de las dos semanas de inactividad, por otro lado, un solo día libre posibilita que el cuerpo refuerce los niveles de glucógeno para ahuyentar la fatiga.
Es difícil dejar aparcadas las zapatillas, aun así, si deseas salir a trotar el día de descanso, recuerda que el volumen y la intensidad deberán ser muy ligeros y siempre siguiendo la misma pauta: ritmo suave y prudencial. Mantener el día de descanso en cada rutina de entrenamiento es imprescindible, y es que son muchas las razones que tenemos para hacerlo:
MAYOR TENSIÓN MUSCULAR
La ausencia del descanso en tus rutinas de entrenamiento provocará que tengas los músculos en constante tensión y que sufras un estrés extra. No pienses que el crecimiento será mayor aplicando sucesivas cargas de entrenamiento a tus músculos sin el descanso adecuado. El descanso y el ejercicio deben estar equilibrados, al mismo nivel, pasarse en cualquiera de los dos puede ser perjudicial para tu rendimiento, así que ¡respeta las dos fases!
ESTANCAMIENTO
Con un entrenamiento monótono y constante no podrás desarrollar la musculatura de forma adecuada y terminarás estancándote y fatigando el músculo, impidiendo que se desarrolle.
La mayor parte de las lesiones están originadas por un exceso de entrenamiento, por una sobrecarga muscular en aquellos grupos musculares que se entrenan de forma monótona cada día durante la carrera. Realizar deportes alternativos, practicar actividades dirigidas o realizar ejercicios de fortalecimiento podrían ayudarte a evitar un parón forzado.
MENOR RENDIMIENTO
Sin el adecuado descanso, ten por seguro que no podrás afrontar la próxima sesión a pleno rendimiento. Para rendir correctamente es necesario que acudas con los músculos descansados, frescos y preparados. Por esta razón, es primordial descansar correctamente entre las sesiones de entrenamiento, siendo aconsejable no trabajar más de una vez cada grupo muscular por semana, descansar de forma completa a mitad de semana y dedicar otro día a cualquier otra actividad poco intensa.
PÉRDIDA DE GLUCÓGENO
El cuerpo produce energía mediante la metabolización de la glucosa y de los carbohidratos. Si tus niveles de glucógeno son muy bajos para abastecer las necesidades energéticas de tus músculos, el cuerpo recurrirá a romper tejido celular. El agotamiento de glucógeno causa fatiga muscular e incrementa el riesgo de sufrir lesiones, ya que un músculo fatigado no protege correctamente las articulaciones. Además, también se verá perjudicado el sistema inmunológico.
SOBREENTRENAMIENTO
Durante los periodos de descanso entre los entrenamientos, el cuerpo trabaja para reparar los músculos tensionados, restaurando el glucógeno hepático y muscular, y fortaleciendo los vasos sanguíneos.
Si no se descansa de forma adecuada se podrían llegar a padecer estados de sobreentrenamiento con síntomas tales como depresión, estrés, problemas de sueño, fatiga, etc. En casos de un exceso de entrenamiento se recomienda descansar entre 3-5 días durante un periodo de un mes. El descanso es igual de importante que el entrenamiento y la nutrición. Sin un correcto descanso (sobre todo durante el sueño), no conseguirás aumentar tu masa muscular ni reparar tus huesos y músculos, de manera que debes planificar tus descansos dentro de la rutina, igual que lo haces con tu dieta y entrenamientos.
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