Con el frío, también llegan las gripes y los dolores articulares, los cambios de temperatura, la bajada de las defensas, la aparición de infecciones… y las propias condiciones del entrenamiento pueden constituir un deterioro del sistema inmunológico.
En general, para evitar procesos gripales y para reducir la severidad y la duración de los catarros, es recomendable consumir vitamina C, astrágalo, orégano (antobacteriano y antifúngico), olivo (antimicrobiano), ajo (antibiótico natural), ácidos grasos omega 3 (como EPA y DHA en procesos inflamatorios), etc. Y, para infecciones respiratorias, la vitamina A, C, el beta caroteno (mejora inmune en las mucosas de la garganta y de la raíz) y el zinc (útil en dolores de graganta).
Por otra parte, para que el frío no te pille desprevenido te damos algunas ideas de alimentos imprescindibles que pueden ayudarte a reforzar tu sistema defensivo y a tratar los síntomas comunes del invierno:
Reishi
Se le atribuyen diferentes propiedades: antiviral, antialérgico, antibacteriamo y protector celular. Además, ayuda a incrementar el número de leucocitos en situaciones específicas, reduce la fiebre y puede ser bastante útil para aliviar la inflamación bronquial y nasal.
Echinacea
Aumenta las defensas de tu organismo activando la fagocitosis. Posee la capacidad de aumentar la producción de linfocitos y anticuerpos, que aceleran la migración de glóbulos blancos hacia el área infectada. Puede reducir la sintomatología y duración de los catarros y procesos gripales, impidiendo el crecimiento viral.
Astrágalo
No lo confundáis con el hueso del pie con el que comparte nombre. Los productos del astrágalo se derivan de las raíces del astragalus membraceus, contribuye a incrementar la producción y la secreción de interferón (interviene evitando la multiplicación de los virus). Aumenta la actividad de los glóbulos blancos y te protege frente a procesos virales.
Vitamina A
Influye en las etapas iniciales de los procesos catarrales, modula la capacidad del sujeto de respuesta inflamatoria normal frente a una agresión, mantiene una correcta función del tejido epitelial del organismo reduciendo el riesgo de infección de los tejidos, en definitiva, aumenta las defensas y te protege las mucosas y los epitelios. Alimentos ricos en Vitamina A, son: los huevos, betacarotenos de vegetales, hígado, grelos y nabizas, zanahoria, mantequilla, etc.
Vitamina C
Aumenta la función de los glóbulos blancos, la producción de anticuerpos y la producción de interferón. Además, aumenta la actividad de los linfocitos T y de los fagocitos, es decir, la vitamina C actúa sobre la respuesta inmunitaria específica. Alimentos ricos en Vitamina C son las ciruelas kakadu, las bayas, la acerola, el brécol, la guayaba, la grosella negra, los pimientos, el limón, etc.
Vitamina D
Es un potente modulador que mejora tu inmunidad innata, es una vitamina antibacteriana y antiviral.
Bastan solamente con 5 minutos de exposición diaria al sol para producir la vitamina D necesaria en la piel. Su déficit podría estar vinculado a una mayor incidencia de gripe. Alimentos ricos en Vitamina D son aceite de hígado de bacalao, pescados como la caballa, el salmón, el atún o el bagre, las setas, etc.
Coenzima Q10
Favorece la oxigenación del corazón y mejora el nivel de estrés vascular. También mejora la oxigenación respiratoria, lo que dificulta la evolución de los catarros.
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