La renovación de la Nike Free Run+ continúa con el concepto original de ofrecer la máxima flexibilidad y libertad de movimientos en el pie sin penalizar en exceso la amortiguación, o por lo menos, evitando ser tan poco amortiguadas como las zapatillas minimalistas más puras. ¿El resultado? Una zapatilla bastante plana, con amortiguación cómoda pero de recorrido corto (lo que quiere decir que no absorbe gran cantidad de impacto) y que deja gran libertad de movimientos al pie, con un ajuste y flexibilidad difíciles de igualar. Sin costuras, upper muy ligero y transpirable, pensada para usar -también- sin calcetines… en definitiva, enfocada para experimentar sensaciones cercanas a correr descalzo.
Sus posibles usos:
Si quieres correr con la Free Run+3: entrenamientos cortos o carreras de hasta de 10K. Si además el corredor que la calza tiene una pisada más o menos eficiente, podrá disfrutar de ella sin límite de peso en este tipo de salidas.
Sin embargo, lo mejor es pensar en ella como si fuera una zapatilla de complemento (a no ser que tengas como norma correr con zapatillas minimalistas). Está diseñada con un chasis neutro, y aunque los corredores con pisada neutra o supinadores se sentirán cómodos con ella, se puede decir que casi cualquiera la puede calzar si lo que está buscando es una ‘zapa’ diferente con la que poder jugar, usarla en los días complementarios (días de estiramientos, de gimnasio, de técnica de carrera…), trabajar los músculos y articulaciones de los pies, etc.
Peso de la zapatilla: 274 gramos.