Muchos médicos prescriben a sus pacientes hospitalizados que caminen por los pasillos del hospital… así que caminar no tiene que ser tan malo. No hay duda de que caminar te aporta muchos beneficios pero, como en las dietas, si deseas obtener resultados muy rápidos, te desanimarás enseguida, aunque también hay beneficios a corto plazo. Te contamos unos cuantos:
CUERPO
Caminar de forma regular previene y alivia las zonas varicosas de tu cuerpo ya que aumenta el flujo sanguíneo, alivia la artrosis y la artritis, mejora tus pulmones y tus defensas, previene la osteoporosis al aumentar la densidad ósea y mejora el tránsito intestinal.
MENTE
Darte un paseo de vez en cuando también puede ayudar a tu mente. Contribuye a regular el sueño (combate el insomnio), aumenta tu autoestima, disminuye el riesgo de alzheimer o aminora su evolución y, sobre todo, libra de todas esas tensiones acumuladas durante toda la jornada, previniendo los ataques de estrés.
PÉRDIDA DE PESO
Andando regularmente, unas 3-4 veces a la semana, puedes llegar a perder hasta 15 kilos, haciéndose más aparente la pérdida de peso en personas con más sobrepeso que, de no hacer deporte, pasan a caminar día a día de forma más regular. Al cambiar de hábitos y empezar a caminar después de mucho tiempo, se activará el metabolismo y se acelerará, haciendo que el cuerpo queme más calorías.
MENOS RIESGOS
Andar unos 5-6 kilómetros al día reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, y andar unos 6 kilómetros a paso rápido no te llevará más de una hora. Además, también reduce el riesgo de derrame cerebral y de infarto, mejora la capacidad de oxigenación del organismo, reduce el ritmo cardíaco y la presión arterial un 5%. Por otra parte, previene y mejora la evolución de varios tipos de cáncer (de colon, de próstata, de mama, etc.).
MÁS FELICIDAD
Cuanto más caminas, más sonríes después. Habituarte a hacerlo te puede ahorrar dinero en antidepresivos ya que, andando, liberas las hormonas de la felicidad (endorfinas), por lo que te sentirás de mejor humor. Se puede decir que andar sería un buen complemento terapéutico.
Además, a más caminatas, mejores relaciones personales. Seguro que alguna vez has salido a darte una vuelta para evadirte de los problemas personales… con el ejercicio, ese posible enfado se podrá disipar fácilmente y, posteriormente, seguro que podrás resolver mejor la situación.
CHEQUEA TU ESTADO DE SALUD
Si no sueles salir a caminar, quizá sea el momento de revisarse, tu caminata se puede convertir en un auténtico test de auto-chequeo:
- Problemas circulatorios: la circulación de las piernas mejora al caminar ya que estimula el retorno venoso, pero si al incrementar la marcha aparecen calambres o sensación de pesadez, puede que tengas un problema de insuficiencia venosa.
- Problemas de espalda: cualquier problema de espalda, de columna o cadera, debe ser tratado debidamente por un profesional. Una manera de averiguar si padeces alguna desviación de columna es mirarte por dónde queda el desgaste en tus zapatillas después de varias caminatas, si el desgaste se sitúa en la parte interna puede que no estés apoyando muy bien los pies, lo que a la larga puede causar cifosis (la espalda se curva hacia un lado y aparece una especia de joroba).
- Hipertensión: hay personas que son hipertensas y ni lo saben. La hipertensión es una enfermedad asintomática y que constituye un hallazgo casual en un examen de salud rutinario. Habitualmente, se utiliza un aparato llamado esfingomanómetro para determinar la posible enfermedad. Algo que te puede ayudar a detectarlo es saber que no se puede lograr tanta velocidad al caminar como cuando no se padece.
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