Seguro que alguna vez has sufrido este repentino e involuntario dolor neuromuscular en tus pies, manos, isquiotibiales o gemelos conocido bajo el nombre de espasmos o calambres musculares.
Su manifestación aparece de forma súbita y suele durar unos segundos o varios minutos. Su naturaleza es multifactorial, puede tener varios orígenes: por una abundante sudoración durante el ejercicio, por esfuerzos intensos o prolongados, por vómitos o diarreas, por un desequilibrio electrolítico o pérdida de líquidos y de minerales (calcio, potasio, sodio y magnesio), por permanecer mucho tiempo inactivo (sentado o de pie, en la misma posición), por algún movimiento excesivo, por deshidratación, por consumir frecuentemente tabaco, café o alcohol, por una baja condición física, por trastornos menstruales, por una falta de oxigenación muscular o estiramiento post-entrenamiento, por una técnica deficiente en carrera, por un calentamiento escaso o inadecuado en condiciones extremas de mucho frío o mucho calor, por el estrés, por tomar diuréticos, por déficit en vitamina E o enfermedades como la anemia, la gripe, la obesidad, el hipotiroidismo o la artritis.
Independientemente de sus orígenes, el perfil de las personas que pueden poseer una mayor probabilidad de sufrir calambres, son:
- Atletas que realizan un entrenamiento con elevada intensidad o de gran duración (debido principalmente a la fatiga muscular).
- Adultos inactivos mayores de 40 años de edad que salen a correr de forma esporádica (debido a que en estas edades se produce una atrofia muscular).
¿Cómo prevenir los calambres?
– Sigue una alimentación rica en vitaminas y en minerales, por ejemplo: fruta fresca, verduras, legumbres, lácteos como el yogurt, cereales y frutos secos.
– Toma cítricos con elevado contenido en potasio, por ejemplo: la naranja o el limón.
– Lleva una dieta equilibrada pero procura reducir los alimentos que perjudican la circulación sanguínea, especialmente las grasas de origen animal.
– Corrige cualquier anomalía mecánica que pueda estar afectando a tu técnica de carrera: zapatillas inadecuadas o técnica incorrecta.
– Durante el entrenamiento, incrementa de forma gradual la intensidad, de esta forma tu cuerpo se adaptará poco a poco a la carga de entrenamiento.
– Después del entrenamiento, hidrátate como es debido, con agua o con bebidas isotónicas para recuperar los electrolitos perdidos.
Pasos para eliminar los calambres
– Para de hacer la actividad que estabas haciendo y camina unos minutos. Procede a estirar la musculatura afectada.
– Aplica un masaje en la zona afectada, siempre de forma ascendente hacía el corazón con el objetivo de estirar el músculo. Después, tómate una ducha caliente.
– Aplica aceites como el de romero o eucalipto con la finalidad de relajar y aumentar la temperatura en la zona muscular afectada.
– Envuelve, sin presionar, la zona afectada con una venda elástica o con plástico de cocina.
– Tómate un té de laurel, jengibre o miel en agua caliente con el objetivo de distribuir el calcio en tu organismo.
– Toma alimentos ricos en calcio, magnesio, potasio, vitaminas B, C, D y E y hierro.
– Ten en cuenta que tienes que saber diferenciar entre contractura, agujetas y calambres. En caso de que el problema persista en las próximas 48 horas, deberías acudir a un médico para que encuentre cuál es el posible origen del dolor.
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Me ha gustado mucho el artículo. He de decir que la infusión de jenjibre también es cojonuda cuando está uno malo de la garganta (creo que es como un antibiótico natural). Para tomarlo yo compro la raíz en el supermercado, corto un pedazito (2 por 2 cm o un pelín más), le quito la cascara, lo rallo (con el rallador del queso) y para la taza con agua caliente, espero 10 minutos, cuchara de miel y a disfrutarlo. Saludos.