Si te levantas cada mañana con una extraña sensación de tener las articulaciones agarrotadas, como si estuviesen oxidadas, y tienes dificultades para moverlas, probablemente padezcas de desgaste de cartílago, o lo que es lo mismo, artrosis.
El cartílago es el tejido que hace de ‘cojín’ entre las articulaciones. Si se deteriora, los huesos sufren y empiezan a rozarse entre ellos, y es ese cartílago desprendido el que puede provocar la inflamación, deformándose el hueso a la larga. Un ejemplo muy común en corredores lo encontramos en el desgaste del cartílago de la rodilla.
Esta enfermedad se dispara a partir de los 50 años y más rápido en la mujer que en el hombre, debido a la reducción de hormonas (aunque puede haber empezado antes sin mostrar síntomas). Esta enfermedad le ocurre a todos los seres humanos con la edad. Curiosamente, los murciélagos no la padecen, seguramente porque pasan mucho tiempo en posición invertida, de manera que no sólo la edad es la responsable de esta degeneración ósea, sino que influyen otros factores, como la presión que se ejerce en las articulaciones.
¿ARTRITIS O ARTROSIS?
En el caso de la artritis, además de dolor y rigidez en la articulación, también hay calor, hinchazón y enrojecimiento de la piel. Esto es debido a una reacción exagerada del sistema inmunológico, que provoca esa inflamación.
Al principio, la articulación se ve hinchada, pero a medida que la enfermedad avanza, el hueso y el cartílago se dañan y deforman. Lo último para tratar las artritis son terapias biológicas, consistentes en inyectar en las articulaciones medicamentos que bloquean la acción del sistema inmunológico, responsable del proceso inflamatorio propio en esta enfermedad. Además, este método tiene menos efectos adversos que los tradicionales.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la artrosis pueden confundirse con los de una inflamación (como en el caso de la artritis), pero hay pequeños detalles que te podrían servir para diferenciar una patología de otra, te los contamos:
ARTROSIS | ARTRITIS | |
LOCALIZACIÓN | El dolor está localizado en un punto muy concreto | El dolor es general, muy difícil de localizar |
MOMENTO | A primera hora se recupera la movilidad en minutos | La articulación se mantiene rígida durante horas o toda la mañana |
QUEMAZÓN | Nunca o casi nunca | Muy a menudo |
DOLOR | Duele cuando se entra en movimiento | Duele en reposo (por las noches) |
SENSIBILIDAD | A veces | Siempre |
VALORA EL RIESGO DE PADECERLA
– Antecedentes: que tus padres hayan padecido artrosis no significa que tú vayas a padecerla necesariamente, pero sí que te predispone a ello, por lo que te conviene cuidarte. Piensa que, factores externos como un simple golpe en la articulación, también pueden influir.
– Ejercicio físico: realizar ejercicio físico fortalece los músculos que rodean las articulaciones y evita que queden expuestas al deterioro. Además, previene la obesidad, que aumenta la presión sobre estas. Por otra parte, aminora los ejercicios en los que se produzca mucho impacto en tus articulaciones, sobre todo si tienes sobrepeso.
– Profesión: no es lo mismo el día a día de un oficinista que el de un peón de obra. Sobre todo, los trabajos en los que se impliquen movimientos repetitivos aumentan las probabilidades de padecer artrosis.
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