La nueva gama 226ERS Keto está desarrollada para tratar de satisfacer los requisitos y premisas de la cada vez mayor demanda de productos enfocados hacia las dietas cetogénicas que en los últimos tiempos están ganando mucha fama, tanto dentro del mundillo deportivo como entre quienes no se consideran deportistas habituales.

Por lo tanto, no debemos limitarnos a ver los productos de la gama 226ERS Keto solo como suplementos deportivos, sino que tienen cabida perfectamente en nuestro día a día, eso sí, como complemento a una adecuada alimentación, no como sustitutos de esta.

Dentro de la gama 226ERS Keto, en el momento de escribir estas líneas, se incluyen los dos productos de los que vamos a hablar en este artículo, las cremas para untar 226ERS Keto Butter y la 226ERS Keto Protein, más los 226ERS Solo Coffe y 226ERS Caffeine Express de los que os hablamos hace unos meses y, desde mi punto de vista, creo que también tendría cabida el 226ERS Smart Fuel, ese gel energético basado en ácidos grasos de cadena media que tanto alabé en su análisis a fondo y del que me he declarado ferviente seguidor. Seguro que a no mucho tardar se van incorporando nuevos miembros a la familia.

Como todo lo que hace esta empresa alicantina referente en el mundillo de la nutrición deportiva, en todo momento hablamos de productos que intentan aportar algo novedoso y diferente que les haga destacar sobre el resto de cosas que hay en el mercado por sus ingredientes, formatos, sabores… Vamos, que a los de 226ERS no les gusta pasar desapercibidos y ser simplemente uno más.

Por ejemplo, y aunque quede un tanto anecdótico y parezca que trivializo, entre las tres 226ERS Keto Butter no han incluido la crema de cacahuetes «sin más» que parece ser la que se ha convertido en es estándar de facto y que podemos encontrar ya en infinidad de marcas de nutrición (deportiva o no).

Lo que han hecho ha sido desarrollar su terna de cremas de untar, no solo con unos ingredientes, proporciones, texturas… de primera, sino que las ofrecen en tres sabores o combinaciones que difícilmente vais a encontrar en otras marcas.

Más adelante haremos el repaso del estilo y personalidad de cada sabor, pero la de turrón es un puntazo, la de cacahuete y semillas de chía y lino es una perdición y, hasta la de cacahuete y cacao, que parece la más normal tiene su punto que la hace diferente a la mayoría de las demás.

Por su parte, la 226ERS Keto Protein que, de inicio, te puede parecer un poco contrasentido por el hecho de que una bebida de proteínas tenga un alto contenido en grasas pero que, cuando la analizas con calma y con la mente abierta, descubres que te abre todo un nuevo mundo de posibilidades de cara a su uso, pues ya no es solo proteína pura y dura sino que viene con un plus de nutrientes que amplían su uso como bebida para antes del ejercicio o durante él si es de muy larga duración, para tomar entre horas o como bebida para justo antes de ir a la cama. De hecho, la he llegado a utilizar incluso como bebida de recuperación.

Y, por último, también le daremos un repaso rápido al 226ERS Vegan Recovery que, aunque no se enmarca dentro de la gama 226ERS Keto, ha coincidido con estos lanzamientos en el tiempo y también es un producto que, como vamos a ver a continuación, tiene sus pluses.

Por cierto, antes de ponernos a ver cada uno de estos tres productos en detalle quiero hacer un par de puntualizaciones o aclaraciones. Primero, cuando hablo en este artículo de «dieta», me refiero al término en toda su amplitud, al que cubre toda la alimentación o nutrición, no solo a, por ejemplo, una dieta de pérdida o aumento de peso. Y, segundo, no voy a entrar en los detalles puros y específicos de la dieta cetogénica porque eso excedería el alcance de este artículo, amén de que, al no ser especialista en la materia, no me considero capacitado para sentar cátedra.

No obstante, para que no me digáis que no quiero pronunciarme, por lo que a mí respecta, no me considero ni a favor, ni en contra, ni todo lo contrario de la dieta cetogénica porque, como con casi todo lo que tiene que ver con la nutrición, no hay nada que sea mejor o peor de manera global sino que depende del contexto, quién, para qué, en qué condiciones, con qué objetivos, etc.

Creo que hay muchos mitos, errores y fundamentalismos alrededor de la dieta cetogénica, porque no es cierto que esta demonice y poco menos que prohíba el consumo de hidratos de carbono, pero también creo que renunciar o limitar en extremo los hidratos de carbono parece una barbaridad y poco menos que un suicidio si se quiere rendir deportivamente a altas intensidades.

Sí me parece una buena opción como complemento, como recurso para aplicarlo de vez en cuando y, sobre todo, como entrenamiento para buscar una mayor flexibilidad nutricional o alimentaria además de que te ayuda a conocer cómo responde tu cuerpo en determinadas situaciones, algo que puede «salvarte la vida» el día menos pensado (no hablo en sentido literal, sino que lo digo en sentido figurado cuando llegas a un avituallamiento y no encuentras nada que te satisfaga, cuando no te entra apenas nada al estómago…).

Pero, como decía antes, toda esta discusión excedería el alcance de este artículo así que lo dejamos para otro momento y volvemos a centrarnos en el repaso a la nueva gama 226ERS Keto que seguro que os sorprende.

226ERS Keto Butter (cremas para untar)

Tres son tres los sabores en los que podemos degustar las 226ERS Keto Butter, unas cremas para untar que casi es mejor que no pruebes porque, si lo haces, ya no hay vuelta atrás, quedas totalmente enganchado a ellas y casi hasta te cuesta soltar la cuchara y cerrar el bote para no zampártela entera del tirón.

Vale, me he pasado un poco, pero de veras creo que con las 226ERS Keto Butter lo han bordado, en todos los sentidos: ingredientes, sabor, textura, composición nutricional… Y, cómo no, sorpresa o diferenciación respecto a lo que hay en el mercado.

La base de las cremas son los frutos secos (cacahuete o almendra) y un enfoque claramente keto, primando las grasas y proteínas frente a los hidratos de carbono, especialmente los azúcares.

Las proporciones varían en función del sabor, pero las grasas están entre el 37% y el 51%, las proteínas entre el 17% y el 27% y los hidratos de carbono entre el 12% y 18%, estando los azúcares alrededor del 3%.

Es decir, grosso modo, podríamos decir que casi la mitad son grasas, una cuarta parte proteínas y una sexta parte hidratos de carbono, lo que las hace perfectamente aptas para quienes quieran seguir los preceptos de una dieta cetogénica, reducir la cantidad de azúcares de su dieta, ingerir un alimento con una gran concentración energética…

Los nutrientes provienen principalmente del fruto seco presente en la crema por lo que, como se suele decir, es grasica de la buena y, además garantiza una cantidad considerable de fibra que, si bien puede ayudar a mantener un adecuado tránsito intestinal, también debe ser tenido en cuenta de cara a la práctica deportiva, que luego vienen los sustos con paradas imprevistas para hacer un pop stop.

También hay que tener en cuenta su alta carga energética, entre 530 y 560 kcal por cada 100 gramos a la hora de racionárnosla, tanto en el caso de que estemos usándola como recurso energético para la práctica deportiva como si la estamos tomando como tentempié.

Gracias a esa alta cantidad de grasas y proteínas, son muy saciantes y quitan mucho el hambre durante bastante tiempo además de que, por su baja cantidad de azúcares, no generan picos de insulina. Respecto a este último punto, destacar que no contienen azúcares añadidos y, para el endulzamiento, han utilizado eritritol y estevia.

Se comercializan en botes de cristal (puntazo que se suman con esto porque se conserva mucho mejor que en plástico) que contienen unos 350-370 gramos de producto y que cierran perfectamente por lo que podemos almacenarlos boca abajo incluso una vez abiertos.

Lo de darle la vuelta es un truquillo para no tener que andar removiéndolo cada vez que vas a tomarlo para mezclar el aceitillo que se pueda haber quedado separado en la parte superior y que no es indicativo de que algo esté mal como piensan algunos.

Hablando de la conservación, no me atrevo a decir cuánto pueden durar una vez abiertas porque no hay consenso en la información que encuentro para estas 226ERS Keto Butter u otros productos similares, pero creo que no deberían tener problemas en aguantar un par de meses en perfectas condiciones mientras se almacenen bien cerrados en un lugar fresco y seco donde no le pegue mucha luz… El típico armario de la cocina, vamos, que no he descubierto con esto nada del otro mundo.

También se pueden guardar directamente en el frigorífico donde, como es lógico, se van a compactar un poco por el frío aunque vuelven a la normalidad en cuanto las tenéis fuera un par de minutos. De todas formas, casi no hace falta ni esperar ese tiempo porque se le puede meter el cucharazo directamente según la sacáis de la nevera y así disfrutar de cómo se va atemperando y deshaciendo poco a poco en la boca. Ummmmm.

No voy a ponerme a dar recetas o usos típicos para estas 226ERS Keto Butter porque son prácticamente infinitas las posibilidades que ofrecen (aderezar postres, completar batidos, cienes y cienes de recetas… O zampárselas directamente del bote a cucharadas) pero sí voy a hacer un pequeño repaso rápido por cada una de las tres cremas, no solo para dar unas breves notas de la cata de cada sabor sino también para indicaros algunas particularidades de cada una de ellas que me han llamado la atención o que me parecen relevantes.

226ERS Keto Butter Turrón – Nougat (turrón)

La 226ERS Keto Butter de sabor turrón es prácticamente un trampantojo porque, aunque no sea realmente un turrón a la piedra (ese que es parecido al turrón de Jijona pero un poco más blandito y cremoso), todo te recuerda a él: olorcillo al fruto seco (cacahuete en vez de almendra pero, bueno), canela, limón, miel (aunque no la tenga en favor del edulcorante)…

Es algo más amarguilla y aceitosilla que ese turrón, eso sí y, de hecho, de las tres, es a la que más aceite se le queda en la parte superior, incluso guardándola en la nevera por lo que, antes de tomarla, merece la pena removerla un poco y no la almacenaría dada la vuelta por si acaso no queda bien cerrada, mejor no arriesgarnos a liarla.

Aun con el frío del frigorífico, no llega a apelmazarse por lo que es en la que se mete la cuchara más fácil y también la que se me puede utilizar mejor a modo de sirope o para echar encima de una tostada, fruta, yogur o lo que sea.

A nivel nutricional, es la que tiene un mayor porcentaje de grasas y menor cantidad de hidratos de carbono porque lo que podríamos decir que es la más keto. De hecho, por su gran cercanía con el turrón, podríamos considerarla perfectamente como un turrón keto. ¡Madre mía, se hace la boca agua solo de pensar en ese término!

226ERS Keto Butter Nut & Seeds (cacahuete y semillas)

Para mí, la más sorprendente y la mejor de las 226ERS Keto Butter y eso que soy fanático del turrón, pero es que el toque que le meten las semillas de chía y lino a esta crema es fli-pan-tes, os lo aseguro.

Esas semillas no solo aportan un punto exótico y sorprendente a la hora de comerla, sino que también le da un plus de antioxidantes y ácidos grasos omega 3.

Es muy cremosa, incluso recién sacada del frigorífico, no cuesta clavarle la cuchara, no huele apenas a cacahuete y tampoco se le separa mucho aceite y es la más dulce de las tres con lo que me inclino por lo de que la no presencia del edulcorante en su lista de ingredientes es más bien un error de etiquetado.

226ERS Keto Butter Peanut – Cocoa (cacahuete y cacao)

Por último, la de sabor cacahuete y cacao que, aunque pueda haceros pensar que va a ser como una de esas comerciales de toda la vida que rápidamente os habrán venido a la cabeza, seguro que os sorprende al probarla porque no es «una crema de cacao con regusto a fruto seco» sino que es claramente «una crema de cacahuete con sabor a cacao”.

Desde el primer momento, queda clara la presencia del cacahuete, no tanto con su olor sino por la textura arenosilla de esta legumbre (que no fruto seco, ¡eh!), que se ve reforzada por los pequeños tropezoncillos.

Ojo, no llegan a tener el tamaño como para considerarla una crema crujiente, pero sí que se notan claramente y me parece todo un acierto que lo hayan hecho así. El cacao también queda claramente marcado, sobre todo su sabor, que es ligeramente fuertecillo aunque sin llegar a considerarse amargo.

Es una crema muy homogénea, no suelta nada de aceitillo y creo que puede ser la mejor de las tres para quien quiera hacer una primera aproximación a las cremas de cacahuete o que, cuando las haya probado, no haya quedado satisfecho por sentirse «como si estuviera masticando un puñado de cacahuetes metidos todos a la vez en la boca» como le pasa a muchos la primera vez que prueban una.

A nivel nutricional, es prácticamente análoga a la de cacahuete y semillas por lo que es perfecta para quienes gustan de las cremas de cacao y no encuentran una alternativa que no esté tan petada de azúcares o grasas refinadas como suelen estar las que habitualmente encontramos en los supermercados.

226ERS Keto Protein

Reconozco que, de inicio, era muy escéptico y reacio al concepto de bebida de proteínas keto y que incluso me parecía un tanto contradictorio, pero después de haberlo analizado con más detalle la 226ERS Keto Protein y haber estado usándola, tengo que desdecirme y ya es solo que le vea sentido, sino que me parece que abre un nuevo perfil de uso que hasta ahora no me había planteado para las bebidas proteicas.

La 226ERS Keto Protein tiene un porcentaje significativo de grasas que, en función del sabor, oscila entre el 30% y el 35% y que viene a ser prácticamente equivalente al de proteínas, que se mueven entre el 34% y el 38% por lo que, como batido proteico puro y duro, se aleja mucho de lo que habitualmente encontramos en el mercado que se mueve claramente por encima del 70% de proteínas, llegando incluso al 90% en muchos casos.

Pero, ojo, porque no hablamos de cualquier tipo de grasas sino de ácidos grasos de cadena media (MCT) que son perfectamente utilizables como fuente energética durante el ejercicio con lo que lo que tenemos realmente es una bebida muy completa y polivalente para conseguir un aporte extra de proteínas, como bebida energética, como bebida saciante entre horas…

Estos ácidos grasos de cadena media provienen del coco y podríamos considerarlos, como os comentamos cuando hablamos del 226ERS Smart Fuel, en una fuente de energía «intermedia» entre las grasas y los hidratos de carbono, con lo mejor de cada una de ellas.

Más rápidos que las primeras, pero mucho más continuos y prolongados de los segundos con lo que, para actividades que no sean explosivas, extenuantes y de muy alta intensidad, son un recurso tremendamente bueno y que permite llevar la caldera a muy altas revoluciones durante mucho tiempo.

Desafortunadamente, parece que hay un límite en la cantidad de gasolina de este tipo que podemos meter pero, para superarlo, deberíamos tomar más de tres dosis de 226ERS Keto Protein en un corto lapso de tiempo.

La carga proteica proviene del concretado de proteína de suero de leche, posiblemente, la más utilizada por las grandes ventajas que tiene por su biodisponibilidad, facilidad de asimilación y digestión.

No obstante, aquí hay que tener en cuenta que, al contener los MCT, la velocidad de asimilación es inferior a la de una bebida que solo contenga las proteínas y, de hecho, es algo que he notado desde la primera toma, incluso preparándola con agua y manteniendo las proporciones.

Es algo que depende mucho del metabolismo de cada uno pero en mi caso (y basándome sobre todo en las sensaciones que he tenido al ir a entrenar un rato después de tomar la 226ERS Keto Protein), preparada en condiciones ideales, la asimilo un poco más lento que una proteína de suero de leche preparada incluso con leche desnatada, pero mucho mejor y más rápido que si la proteína es vegetal.

Eso sí, la capacidad saciante es mucho mayor con la 226ERS Keto Protein que con una proteína de whey y su efecto «matahambre» dura mucho más así que, como casi siempre con los temas de nutrición, ninguna opción es netamente superior, sino que depende de lo que busquemos en cada momento.

En cuanto a los hidratos de carbono, su presencia ronda el 10% de los que un 20% son azúcares, es decir, de cada 100 gramos de producto, apenas 2 de ellos son azúcares.

También le han añadido semillas de lino (ecológicas) que le dan un plus en forma de antioxidantes, vitaminas, fibra y ácidos grasos omega 3 y, como curiosidad, los sabores los han logrado mediante aromas naturales para tratar de minimizar la interferencia en la asimilación de los nutrientes.

Se comercializa en bolsas de 500 gramos con cierre rápido y un cacito en su interior que, en cada palada coge unos 15 gramos por lo que, para cumplir con lo recomendado por la marca, deberíamos coger dos de ellas (30 gramos) y echarlas en 250 mililitros de líquido.

Haciéndolo así, apenas se espesa el líquido, se disuelve casi por completo muy fácilmente, incluso en frío y se facilita su digestión y asimilación, sobre todo, si hemos usado agua.

No obstante, aunque se traicione un poco la filosofía del producto y el trabajazo que han hecho quienes lo han diseñado, no sería purista, experimentaría y abriría el abanico de usos todo lo que apetezca y, por ejemplo, no descartaría su uso para enriquecer un yogur natural o queso fresco batido porque está tela de rica esta mezcla.

Que sí, que sí, que puede parecer una aberración pero, ¿acaso no sería mejor tomarlo así que no tomarlo porque estás hasta los mismísimos de tomar batidos proteicos o porque con agua te cuesta mucho tomarlos? Pues ya está.

Respecto a los sabores, dos posibilidades, el chocolate para los clásicos y el yogur de limón para los que gustan de probar algo «como lo de siempre pero un poco diferente».

226ERS Keto Protein Yogur – Lemon

La de sabor yogur de limón se disuelve con mucha facilidad, incluso con líquido a temperatura ambiente o frío y, si queda algún grumillo, se rompe fácilmente. Es un sabor más bien fresco y deja un regustillo a yogur bastante suave, sin marcar apenas la acidez típica de este sabor, pero lo que más llama la atención es el aroma a vainilla.

De hecho, si la mezcla la hacéis con leche o bebida vegetal y le dais un toquecillo de calor, entre la vainilla y el punto de limoncillo, casi se dibuja en vuestra mente una supuesta presencia de canela que rápidamente os lleva a pensar en unas natillas. Obviamente, no es eso, ni de lejos, pero me llamó la atención la primera vez que lo preparé calentito, por eso lo comento.

Si os gusta caliente, le podéis dar bastante candela porque esos típicos grumos que se forman en las bebidas de proteínas tardan mucho en aparecer pero, ojo, no os paséis demasiado porque, pasada una temperatura medianilla, parece que empieza a agriar un poco más de la cuenta como os pasaría con un yogur mezclado con leche.

226ERS Keto Protein Chocolate

La de chocolate cuesta un poco más de disolver y deja más espumilla en la parte superior además de que no se ven tan fácilmente las semillas de lino porque no destacan tanto como sobre el blanquito de la de yogur de limón.

Es un sabor a mitad de camino entre una bebida de cacao una de chocolate con leche y que, aunque tiende hacia la primera, es bastante suave y no debería generar rechazo a los que no gustan de bebidas con un sabor tan fuerte a cacao.

No espesa apenas nada el líquido por lo que, si está fresquito, se toma muy fácilmente y, si lo calientas, también da el pego.

Por cierto, si echáis un vistazo al interior de la bolsa, lo mismo veis alguna pepitilla de cacao pero, no me seáis ansiados y tratéis de cogerla, dejadla ahí que así os toca de manera aleatoria en alguna toma como si os hubiera tocado un premiecillo.

226ERS Vegan Recovery

Como comentaba en la introducción, el 226ERS Vegan Recovery no es un producto keto compliance pero, como su lanzamiento ha coincidido en el tiempo con la gama 226ERS Keto, lo incluimos en este artículo y le damos un repasillo rápido y así conocéis un poquito a este nuevo miembro de la familia de bebidas recuperadoras en las que ya teníais disponibles cosas como los 226ERS Recovery Drink (uno de los recovery que más fácilmente digiero y asimilo o, al menos, esa es la sensación que me da al tomarlo) o 226ERS Night Recovery Drink (¡cómo sienta antes de ir a la cama, a modo de segundo postre!).

De hecho, voy a pasar directamente a ver las peculiaridades o puntos clave del producto, sin extenderme en el tema general de las bebidas de recuperación, porque es algo que ya hemos tratado extensamente en numerosos artículos así que asumo que todos tenemos meridianamente clara la importancia de la recuperación y el descanso y la posible necesidad que tenemos a veces de recurrir a los suplementos nutricionales, bien porque queremos acelerar la recuperación (por ejemplo, si vamos a hacer dos sesiones en el día), bien porque el machaque está siendo tal, que no somos capaces de aportarle al organismo todo lo que necesita.

El 226ERS Vegan Recovery se comercializa en bolsas de 500 o 1000 gramos que vienen con un cierre rápido que no he conseguido hacer funcionar adecuadamente por más que lo he intentado y está disponible en dos sabores: Vainilla Custard y Cocoa Caramel.

La proporción de proteínas e hidratos de carbono es prácticamente de uno a uno, rondando los 40 gramos de cada uno de ellos en cada 100 gramos de producto. La proteína es de guisante concentrado y los hidratos de carbono son maltodextrina y almidón de maíz siendo los azúcares apenas un 5% del total de carbohidratos. A esto hay que añadir unos 5 gramos de grasas, uno de ellos proveniente de ácidos grasos de cadena media.

Aparte, habría medio gramo de l-arginina AKG para intentar promover la síntesis proteica y la recuperación de lo que hayamos destruido a nivel muscular durante el entrenamiento y tres gramos de creatina, que también persigue un mayor efecto anabólico además de intentar acelerar la recarga de las reservas energéticas.

Como indica la marca en la web del producto, una de las razones para ir a por esa proporción 1:1 es que, a la hora de recuperar, solemos descuidar (consciente o inconscientemente) las proteínas frente a los hidratos de carbono que nos es más fácil añadir mediante fruta, barritas energéticas, etc.

Atendiendo a toda esta información nutricional a nivel de macronutrientes, podemos ver que no es una bebida de recuperación que prime la parte energética y la inmediatez, sino que busca más bien ser una especie de bebida completa que aporta un poco de todo de una forma un poco menos rápida pero más continuada en el tiempo.

No olvidéis que lo de la recuperación no se debe hacer solo durante esa supuesta ventana metabólica que se creía que había en los minutos posteriores al ejercicio, sino que conviene alargarla en el tiempo porque, según parece, la resíntesis del glucógeno muscular y recuperación del resto de estructuras es mucho mayor durante las primeras horas, pero se alarga más allá de los treinta minutos que siempre se han dicho.

En mi caso, esta no inmediatez la intuía casi antes de probarla por el hecho de que la proteína es vegetal ya que me cuesta digerirlas y asimilarlas algo más que las de suero de leche.

Pero, como a las proteínas vegetales les noto cierto regusto o textura arenosilla que me las hace menos apetecibles como primera bebida para tomar cuando he terminado una sesión de entrenamiento exigente, no hay ningún problema por mi parte y simplemente lo dejo para momentos algo más relajados, para tomarlas en una segunda pasada de recuperación o, como hago muchas veces con los recovery, como bebidas preentrenamiento, dejando pasar una hora o así entre la toma y el arranque del ejercicio.

La preparación recomendada por la marca se hace mezclando 50 gramos de producto (dos cazos que vienen a hacer si los colmas unos 27-28 gramos) con 250-200 mililitros de algún líquido, sea agua o bebida vegetal. Cuanta más inmediatez quieras, mejor que sea con agua y un poco más diluida y, si eso no te importan tanto, mete la bebida vegetal y gana mucho en palatabilidad.

El 226ERS Vegan Recovery se disuelve bastante bien, no se nota el sabor de la proteína de guisante tanto como en otras proteínas vegetales y me ha parecido bastante apetecible de sabor (teniendo en cuenta que siempre le vas a notar el regustillo a la proteína de guisante, que es menos neutro que el de una proteína de suero de leche).

De hecho, creo que han vuelto a acertar tomando como referencia los sabores clásicos a los que le dan un toque peculiar (el de vainilla con la canela te puede hacer rememorar unas natillas y el toque de caramelo del chocolate se agradece para que no sea “el recovery de chocolate de siempre”).

Así que, ya sabéis, otra opción más que tenéis dentro del catálogo de productos de 226ERS, tanto dentro de la gama de productos veganos que cada vez está más y mejor surtida, como dentro del apartado de recuperación que también ofrece ya opciones para prácticamente cualquier necesidad que podáis tener.

Rodrigo Borrego (Morath)
Rodrigo Borrego (Morath) es una de las referencias nacionales cuando se habla de pruebas de material deportivo, nutrición, entrenamiento, fisiología, … Ingeniero Informático y deportista vocacional, lleva toda su vida practicando deportes de resistencia: triatlón, trail running, natación, ...

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