Durante la carrera, tu cuerpo experimenta una serie de sensaciones que debes aprender a no ignorar y a tener la capacidad de interpretar todas esas pistas (fatiga muscular o posible lesión), con la finalidad de poder mejorar tu rendimiento y lograr tu mayor potencial en carrera. Te dejamos una serie de consejos que te pueden ayudar a estar en sintonía contigo mismo:
ABANDONA LOS APARATOS ELECTRÓNICOS
Abandónalos en tus entrenamientos por unas semanas. De esta forma, aprenderás a depender menos de los parámetros que recibes de tu pulsómetro o GPS y podrás concentrarte más en la tarea que en tus marcas.
Créeme cuando te digo que son más importantes las pistas que te dé tu cuerpo que los datos que te pueden proporcionar estos aparatos, sobre todo en algunas situaciones. Por ejemplo: cuando tienes que forzar, cuando tienes que disminuir el ritmo, cuando tienes que recuperar o cuando debes abandonar.
SIENTE EL DOLOR
Para conocer al enemigo hay que sentirlo. Los corredores que corren por placer, que escuchan música cuando corren y que lo hacen para mantener su forma física, generalmente suelen distraer a su mente del dolor, pero los corredores que lo hacen de forma más profesional están más pendientes del dolor, incluso se esfuerzan más para conseguir superar esa incomodidad y sentirse mejor con ellos mismos, ¿cómo si no iban a saber hasta dónde pueden forzar si no hacen estos excesos?
Estas experiencias, aplicadas de vez en cuando, te pueden ayudar a encontrar tus límites, tanto físicos como mentales. Mantén la atención en cualquier dolor que te pueda ocurrir durante la carrera y aprende a diferenciar entre fatiga muscular y dolor muscular que puede derivar en una posible lesión deportiva. Es en esos momentos cuando tu mente puede ayudarte a tomar la decisión acertada de parar cuando sea necesario.
SÉ OPTIMISTA
No enfoques tus pensamientos hacia la agonía, mantén tus pensamientos ocupados para evitar la respuesta de estrés de tu organismo. Aquí tienes0 una serie de ideas con las que podrás defenderte y huir del dolor:
– Convierte en tu mantra una frase personal que tenga significado para ti, por ejemplo: “lo puedo lograr”, “puedo conseguirlo”, “concéntrate”, etc. Mantén un estado de ánimo activo que te produzca una excitación competitiva.
– Piensa en positivo, recuerda alguna vez en la que hayas cumplido tus objetivos competitivos, te puede ayudar a concentrarte. Concentrarte sólo en esos pensamientos positivos te ayudará a eliminar los estímulos irrelevantes y a tener un centro de atención óptimo.
– Establece tu ritmo: puede parecer una tontería y puede que sea bastante aburrido, pero prestar atención a un patrón predeterminado te puede ayudar a tranquilizarte y a concentrarte en tu velocidad de crucero, por ejemplo: contar hasta 10 de forma consecutiva.
– Controla tus pensamientos: no pienses que no eres capaz de cumplir tus objetivos, debes imaginarte fuerte y prestar atención a esas imágenes mentales de éxito. Siente el ruido del agua caliente recorriendo tu espalda en la ducha cuando termines la carrera, el sonido del público en los kilómetros finales, a tu familia viéndote cruza la línea de meta. Estas visualizaciones alejarán el dolor y los pensamientos negativos de tu mente.
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