Está ampliamente demostrado que cualquier acción muscular es más eficaz si, previamente, va acompañada de una fase de estiramiento que permita desarrollar un incremento de la fuerza a través de la deformación de los componentes elásticos y de la activación refleja de las unidades motoras (Bosco, 1982). La fuerza reactiva es la capacidad para absorber la fuerza en una dirección y aplicar más fuerza en la dirección opuesta, o lo que es lo mismo, la capacidad para cambiar rápidamente de una acción excéntrica a una acción concéntrica (Thibaudeau, 2006).
El entrenamiento de la fuerza reactiva tiene una transferencia directa a la velocidad, al salto vertical y al salto de longitud, siempre que se cumplan las siguientes fases: rápida acción excéntrica, una corta fase de acoplamiento y una intensa acción intensa en la acción muscular. No es difícil encontrar estudios con animales que relacionen el efecto positivo del ejercicio sobre el desarrollo del tejido conjuntivo y, concretamente, de los tendones. En el estudio de Inglemark (1945) se pudo comprobar que el tendón de Aquiles de conejos que realizaban un ejercicio intenso de carrera, tenían un 25% más de grosor que el de los conejos sedentarios.
La cantidad de energía elástica que se acumula en el músculo depende del grado de deformación de sus tendones y de los componentes elásticos en serie y en paralelo internos (en el interior de cada sarcómero). La deformación dependerá de las características de los componentes elásticos y de la dureza muscular.
CARACTERÍSTICAS DE LOS COMPONENTES ELÁSTICOS
La fuerza elástica de un tendón está estimada en cuatro veces la fuerza isométrica que el músculo puede producir. Sin embargo, con entrenamiento estos valores se incrementan, un tendón con un diámetro de 6 cm2 es capaz de soportar un peso de unas seis toneladas (O´Brein, 1992).
En carrera suave, el tendón de Aquiles del ser humano soporta una tensión de 200 kg (Barfred, 1971); un salto de longitud supera las dos toneladas de tensión, y el tendón rotuliano de los levantadores de pesas es capaz de soportar unas 15 veces su propio peso corporal antes de que exista un riesgo real de rotura (Zernicke, 1992). Con estos datos podemos suponer las tremendas tensiones a las que se ve sometido un tendón en las acciones deportivas.
DUREZA MUSCULAR
También llamada rigidez muscular o stiffness, es la capacidad de oposición al estiramiento que puede desarrollar el músculo, es decir, la tensión que ejerce el músculo durante la fase excéntrica por la inercia que lleva el cuerpo. La dureza del tendón cambia de forma significativa con el incremento de la fuerza muscular (mejorando la unión miotendinosa), mientras que, cuando una fibra muscular es estimulada, el stiffness es proporcional a la superposición entre los filamentos gruesos y delgados, los cuales determinan el grado de oposición desarrollada.
El momento de aprovechamiento de la energía elástica acumulada en la última fase del ciclo acortamiento-estiramiento se denomina “efecto Cavagna” (Cavagna y Citterio (1974). En función de la disposición del tendón, de la trayectoria y de la velocidad de estiramiento, la dureza muscular se podrá mantener hasta que el músculo alcanza una deformación entre el 3-4% de su longitud inicial (Schimdtbleicher, 1990).
El trabajo de fuerza reactiva, a través de levantamientos reactivos, aterrizajes desde altura, saltos en profundidad, entrenamiento en declive o excéntricos con bandas elásticas, es muy importante para aquellos corredores que quieran mejorar sus marcas o para aquellos que sienten que sus rodillas se debilitan justo antes de la fase de impulso, lo que les lleva a perder el momentum y la potencia en el salto. Además, es un factor clave en el entrenamiento de deportistas colectivos que necesiten cambiar de dirección rápidamente.
En corredores poco experimentados en estos métodos de entrenamiento, los ejercicios generales de fuerza orientados a mejorar la capacidad contráctil son suficientes para alcanzar mejoras, pero los corredores experimentados necesitarán combinar el trabajo genérico con el especial de fuerza si desean incrementar sus rendimientos.
La realización de estos métodos de entrenamiento es muy demandante del sistema nervioso central y puede ser muy duro para las articulaciones, así que se recomienda hacerlos de manera segura y controlando la carga, el descanso, la tensión en cada momento, y evitando colocar peso adicional ya que podría ser muy peligroso a nivel articular.
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