Las Dynafit Trailbreaker han sido uno de los últimos lanzamientos de Dynafit dentro de su catálogo de zapatillas de trail running que, por raro que os parezca, es muy jovencito ya que, aunque la marca lleva varias décadas siendo una de las referencias en el mundillo de la montaña, sobre todo cuando está nevada, su incursión en el trail running ha sido muy reciente y se produjo mediada esta última década.
Las Dynafit Trailbreaker llegan para pelear en el segmento de zapatillas de entrenamiento todoterreno que priman la polivalencia de uso frente a la especificidad o tecnicidad y así las presenta y promociona Dynafit. Pero, cuidado, ni se os ocurra pensar que han renunciado a esa contundencia que caracteriza a las zapatillas de esta marca porque las Dynafit Trailbreaker perfectamente podrían pelear de tú a tú con muchas de las zapatillas más técnicas de otras marcas.
Está claro que, si las comparamos con unas Dynafit Feline X7, Dynafit Pantera o las recientes Dynafit Alpine Pro, podemos llevarnos esa idea de que «Son las menos técnicas de la marca» pero es sólo porque estas tres que he citado son prácticamente a prueba de bombas e indestructibles.
Las Dynafit Trailbreaker transmiten esa contundencia, estabilidad y firmeza desde el momento en el que te las calzas pero son unas sensaciones bastante curiosas y, en parte, chocantes, porque al mismo tiempo ves detalles como que la base del talón es algo menos ancha de lo habitual así que rápidamente surgen las ansias por salir a correr con ellas para ver cuáles son sus límites, dónde van mejor o peor, cuál es su verdadera forma de ser, etc.
Todo esto lo vamos a ir viendo a lo largo de este análisis a fondo pero, a riesgo de que esto sea un spoiler, ya os adelanto que de verdad hacen gala de esa polivalencia que le promocionan desde la marca, son de ésas zapatillas que valen para todo sin se las mejores en nada y, haciendo un juego de palabras con su nombre, ‘trailbreaker’, que vendría a ser algo así como ‘rompetrails‘, diría que son más bien unas ‘traileater porque son unas auténticas ‘devoradoras de trails‘.
Mediasuela
En unas zapatillas pensadas para ser unas rodadoras todoterreno, puede sorprender un poco encontrarse con una mediasuela tan firme como la de las Dynafit Trailbreaker porque ahora se tiende a hacer este tipo de zapatillas algo más blanditas ya que parece que es lo que demanda habitualmente la gente ultrera y los aficionados a acumular cientos y cientos de kilómetros.
Pensaba que esa firmeza de la mediasuela de EVA se iría ablandando con el paso de los kilómetros pero diría que apenas ha cambiado el tacto, así que es un punto a tener en cuenta, sobre todo si vais a correr por caminos duros. En terreno algo más blandito hasta se agradece porque así no se hunde tanto el pie.
Esa firmeza se nota también en la flexibilidad, que es muy reducida, y en la resistencia a la torsión, que es muy grande a pesar de no contar con ninguna pieza rígida o placa antirrocas dentro de la mediasuela. Todo esto, junto con un incremento de la densidad de la mediasuela en la zona media del talón, ayuda a evitar la pronación indeseada, no como unas zapatillas con soporte clásicas pero sí lo suficiente como para que nos sea fácil pronar.
Dynafit dice que la doble densidad está sólo por el interior pero diría que a lo mejor también hay algo más denso por el exterior o, al menos, las mediciones que he hecho me salen algo más duras también por fuera, no sólo por dentro.
Así que si sois de los que os gustan las zapatillas estables y que no dejan que el pie se vaya de vareta con facilidad, os gustarán mucho las Dynafit Trailbreaker porque os dan eso sin agobiar pero si preferís zapatillas que se deformen con facilidad al pisar y que se adapten a las irregularidades del terreno, entonces regular, porque se mueven como un todo, casi como una plancha, como un bloque. Lo bueno es que compensan esa falta de adaptabilidad con un buen agarre así que no os preocupéis que, a priori, no vais a perder pie a las primeras de cambio. Aun así, mejor para terrenos planos (sueltos o lisos, pero planos) que para terrenos irregulares (muchas piedras sueltas, raíces, etc.).
No hay placa antirrocas pero, entre la firmeza de la EVA de la mediasuela, la contundencia de la suela y los 26 milímetros de altura en talón y 16 milímetros en antepié (10 milímetros de drop) es más que suficiente para meterse por cualquier sitio, sin ningún miedo a lastimarse.
Para paliar un poco esa falta de adaptabilidad, la base en la parte de atrás, en el talón, es algo más estrechita de lo habitual y la verdad es que sorprende porque la sensación de estabilidad es tremenda tanto en antepié como en talón.
También se le ha curvado bastante la puntera, algo necesario con tan poca flexibilidad pero, aunque se note cierta aceleración en la parte final de la pisada, no son unas zapatillas rápidas, ni por la transición, ni por la respuesta ofrecida por la EVA.
Otro de los beneficios que tiene la firmeza de la mediasuela es su resistencia así que no os preocupéis que no va a ser fácil que la «decoréis» con esos arañazos que a modo de cicatriz dan fe de que habéis hecho el cafre con las Dynafit Trailbreaker; os vais a tener que meter por terrenos realmente complicados para dañar la mediasuela.
Suela
Posiblemente de lo que más se ha hablado de las Dynafit Trailbreaker desde que empezaron a desvelarse detalles sobre ellas es de su suela porque viene a cargo de POMOCA, conocida por su trabajo con pieles de foca en temas de esquíes. No obstante, también llama la atención por su diseño y no os preocupéis porque no se ha quedado sólo en apariencias sino que rinde muy bien en general.
Es toda de una pieza, de un único material y toda ella con una misma densidad, con una parte central que recuerda a un neumático (más bien a las marcas que quedan en el suelo cuando pasar por tierra con una bicicleta de montaña) y un perímetro con unos señores tacos de cinco milímetros que sea aferran cual garras en cualquier sitio.
El objetivo es bien claro: una gran base de apoyo central, planita, que da mucha seguridad complementada con un agarre bastante radical en los cantos para paliar en parte esa falta de flexibilidad y adaptabilidad que comentaba antes. De hecho, sorprende la seguridad que transmiten en canteos en los que, aun siendo consciente de que apenas estás clavando tres o cuatro tacos, no echas en falta más agarre.
Esto es en terrenos secos (da igual si liso o roto) pero en terreno mojado, sobre todo en roca, la verdad es que me esperaba un poco más de agarre. No es malo, pero se nota claramente inferior al seco. Esto es posiblemente por la dureza de la suela que, a cambio, lo que ofrece es una grandísima durabilidad ya que apenas se degrada. Y no sólo en la parte central donde sería lógico sino también en los tacos a los que no les he notado tanto desgaste como esperaba. De hecho, pensé que hasta se arrancarían y no ha sido así, están perfectos.
Esa merma del agarre en mojado también se debe a la falta de adaptabilidad porque, aunque sea un compuesto duro, si se dejaran deformar más fácilmente, aumentaría la superficie de apoyo y seguramente se lograría algo más de grip.
Upper
El upper de las Dynafit Trailbreaker engaña, pero para bien porque si bien puedes pensar antes de acercarte a ellas que van a ser debiluchas, en cuanto las tienes en las manos y te las calzas te das cuenta de que no va a ser fácil hacerles pupa.
Es una rejilla relativamente fina, bastante transpirable y, aunque no sea almohadillada por el interior, no tiene costuras interiores así que es un tacto curioso: austero pero sin riesgo de rozaduras.
Por fuera se ha recubierto con una amalgama de refuerzos termopegados, casi por completo, pero no son simplones sino que son bastante densos y, en muchas zonas, dobles. El ejemplo más claro es el de la puntera que además tiene un recubrimiento aún más grueso y rugoso pero podemos verlo justo antes de la zona de los metatarsos, refuerzos ideales para evitar los típicos golpes con las rocas en los canchales y zonas pedregosas que suelen acabar en rozaduras o incluso en ampollas.
Aunque estén pegados, se ha reforzado el borde con cosido y, si bien eso va genial para que no se arranquen y para poder utilizarlos de ese grosor, acaba forzando un poco la flexión del upper y puede acabar rompiendo de manera algo prematura en la zona donde se produce la doblez de los dedos. Esto afectará más cuanto más corramos con ella por zonas de barro o salitre porque hace que la rejilla se vaya acartonando y eso hace que sea más fácil que rompa. Es un punto a mejorar, sin duda.
La zona media envuelve bastante bien al pie, sin destacar pero sin echarse en falta un mayor ajuste, compensando bien la gran amplitud de la base aunque le echo en falta el ojal adicional ya que a lo mejor alguno lo podría necesitar para cerrar algo más el collar, que es relativamente amplio y abierto.
La ojetera está bastante separada del reborde pero la lengüeta tiene el grosor suficiente como para protegernos de los cordones planos de tipo cordino aunque también deja pasar con facilidad la arenilla por sus lados, no tanto porque no vaya unida al upper sino porque, desde el borde de la ojetera hasta donde llega el ojal, hay bastante trozo y ahí se va acumulando la arenilla. No obstante, el mayor problema y el único real que le he visto a la lengüeta es que tiende a desplazarse hacia fuera.
Por cierto, ¿ojales metálicos, para qué? No le he encontrado explicación ni utilidad especial aparte de dejar que el cordón circule a través de ellos con mucha facilidad pero, por lo demás, no hace sino meter una pieza adicional, susceptible de oxidarse o despegarse… No me ha pasado pero es algo que ya no se estila y se los quitaría.
Como decía al principio, es un upper más contundente de lo que aparenta y de hecho, las sensaciones con él mejoran con el tiempo, cuando se va haciendo a nuestro pie
Es un upper que necesita cierto tiempo para empezar a adaptarse, me ha gustado bastante y creo que es bueno pero que quizá debería pronunciarse más claramente hacia la parte técnica o hacia la rodadora. En caso de optar por lo primero (tecnicidad), quizá debería buscar un poco más de altura en el collar, solucionar la posible rotura a la altura de los dedos, intentar que no se cuele tan fácilmente la arenilla… Mientras que, si se quiere más practicidad y ser más rodadoras, entonces se le podría eliminar un poco de contundencia en aras de una mayor adaptabilidad e incluso ligereza.
En cualquier caso, interesante propuesta la de las Dynafit Trailbreaker, que nuevamente vuelven a dejar claro que quieren ser todoterreno y, a la vez, rodadoras y contundentes.
Horma
La horma de las Dynafit Trailbreaker está pensada para rodar largo y así lo atestigua su amplitud, sobre todo en anchura aunque contrasta un poco con la longitud que es normal o tirando quizá a un pelín cortita, quizá no tanto por la longitud real sino por la forma y curvatura de la puntera.
Esto hace que parezcan algo más cortas de lo que son en realidad y, la verdad es que, si estáis pensando en ella para utilizarlas en ultras, con calcetines gorditos o con plantillas personalizadas, valorad bien la posibilidad de subir media talla. Si las vais a usar para distancias cortas o medias entonces es posible que os vayan bien en vuestra talla USA habitual.
El espacio para los dedos es relativamente amplio y contrasta con la sensación que se tiene a la altura de los metatarsos, donde las sientes bien sujetas por los laterales y normal tirando a bajo en el primer ojal.
En el mediopié, gran anchura, ideales para alojar las plantillas, para arcos bajos… Y quien necesite ceñirlas, puede apretar todo lo que quiera, salvo que la necesidad venga en la zona del tobillo donde su amplio collar y ausencia de ojal adicional hace que sea complicada esa operación de apretado extra.
De hecho, en el tobillo se notan bastante laxas porque también es algo bajito y, si bien se agradece al rodar lago y tendido con ellas, cuando toca retorcerlas un poco o se fuerza un poco el apoyo en algún canteo, se le echa en falta algo más de firmeza en la sujeción del tobillo
Dinámica de las Dynafit Trailbreaker:
Las Dynafit Trailbreaker son para rodar largo pero, como destaqué en el apartado de la mediasuela, sabiendo que vas a ir sobre una amortiguación firme, no sobre un colchoncito blanditos.
Y, también, preferiblemente para rodar tendido, a ritmos medios o bajos porque el compuesto de la mediasuela no es de esos respondones que devuelven la fuerza que ejercemos contra el suelo. Tranquilos, que no vais a calzaros unos muermos dormilones porque gracias a la curvatura de la puntera no las notaréis como un lastre pero no penséis que vais a tener fácil lo de poneros a volar bajo con ellas.
Tened en cuenta también lo mencionado para la flexibilidad porque ni flexan ni torsionan con facilidad, así que en terrenos irregulares a lo mejor las notáis como una barcaza pero es el precio que hay que pagar por su grandísima estabilidad y por la protección que os van a ofrecer en la planta del pie, que ni se va a enterar de lo que piséis, por puntiagudo que sea.
Lo curioso es que se sienten más ligeras de lo que son en la báscula que, a tenor de lo visto para mi 8.5 USA, que ha marcado 296 gramos, diría que dejaría al 9 USA de referencia alrededor de los 310 gramos. Dynafit le publicita 260 gramos, pero es en el 8 USA así que no es una cifra «estándar». En cualquier caso, no son ligeras, pero tampoco pesadas y la verdad es que, para el empaque y protecciones que tienen, se podría decir que hasta casi se sienten ligeras.
En relación con las protecciones, insisto también, son mucho más contundentes de lo que parece a distancia y no tienen nada que envidiar a otros upper teóricamente más de tanquetas. Lo bueno es que lo han conseguido con simples refuerzos termopegados, jugando con sus grosores. La puntera me ha gustado mucho, también los de la zona de los metatarsos y, si no fuera por lo de la rotura en la zona de la doblez, seguro que se ganaría más la confianza de los que gustan de meterse por terrenos complicados.
La suela nunca os va a fallar en seco, en ninguna superficie y, en caso de que aparezca el agua, con llevar un poco de cuidado en las rocas es suficiente.
Usuario tipo de las Dynafit Trailbreaker
- Las Dynafit Trailbreaker son unas zapatillas de trail running para corredores neutros de pesos medios que quieran algo versátil y polivalente, todoterreno, de tacto firme, capaz de meterse por todo tipo de terreno, con horma amplia y agarre excelente en seco para rodar a ritmos medios en distancias medias o largas.
- A tener en cuenta como zapatillas de competición para media distancia y también para quienes necesiten poner plantillas personalizadas o que necesiten unas zapatillas especialmente estables.
Dynafit Trailbreaker
Lo mejor
- Durabilidad de la suela.
- Agarre de la suela excelente (en seco).
- Buena transpirabilidad.
- Polivalentes y versátiles.
- Buena estabilidad.
A mejorar
- Quizá son un poco firmes de más.
- Les cuesta adaptarse a superficies muy irregulares.
- La lengüeta tiende a desplazarse hacia el exterior.
- Agarre en roca mojada mejorable.
Aviso a navegantes, si os entra agua en la zapa os va a costar que salga (y no es modelo goretex). Estoy acostumbrado a pisar por zonas de agua y mientra que otras zapas en seguida desaparece la senscion de llevar agua en la zapatilla en este modelo no hay manera. Ahhhh me estan resultando muy comodas, las uso con plantillas y de momento muy bien pero me las guardare para terreno seco.
Gracias por la anotación julio. Yo no las he metido mucho por agua así que me viene bien saberlo. Dales candela!!!