De todos los tipos de masaje, el masaje deportivo es el que está más centrado en aquellos deportistas de competición. No es una técnica terapéutica tradicional ya que el masaje deportivo es más profundo e intenso y tiene otras finalidades. Se puede aplicar tanto antes como después de la competición, y se caracteriza por la aplicación de una serie de maniobras moderadas con efectos analgésicos en tus grupos musculares con mayor tensión debido a la aplicación de cargas de entrenamiento. El masaje deportivo combina técnicas de estiramiento, compresiones, presiones, fricciones y tonificaciones con masaje sueco.
¿Para qué sirve un masaje deportivo?
Gracias a estas maniobras conseguirás controlar tus tejidos musculares. Los principales objetivos de su aplicación son la prevención de lesiones, la optimización de tu rendimiento muscular, la disminución de la fatiga, realinear las fibras musculares, evitar espasmos musculares, tu recuperación para las posteriores sesiones de trabajo, la eliminación de residuos, toxinas y otros materiales de desecho y la activación de la circulación sanguínea.
¿Cuánto tiempo hace que no te aplicas un masaje deportivo?
Es recomendable aplicarse un masaje deportivo de vez en cuando, pero deberías aplicártelo por norma antes de cualquier competición, y es preferible que te lo haga un fisioterapeuta profesional de confianza. De esta manera, conseguirás tener una mayor seguridad contigo mismo y con tu cuerpo, además del efecto terapéutico que, de por sí, produce un masaje deportivo.
Etapas del masaje deportivo
– Pre-competitivo: se realiza entre las 5 – 24 horas anteriores a la competición o entrenamiento. Este masaje aumenta la circulación, la temperatura y la elasticidad muscular, además de eliminar zonas de adherencia muscular periférica. La forma de aplicarlo es utilizando glicerina (deslizante) con alcohol (aumenta la temperatura muscular), y de forma profunda y fuerte mediante roces y fricciones. La aplicación en cada grupo muscular tiene una duración de 5-7 minutos.
– Post-competitivo: se realiza durante los primeros 45 minutos posteriores a la actividad o hasta las 5 horas siguientes. Este masaje facilita la desaparición de contracturas y de toxinas, además de mejorar el aporte sanguíneo. La forma de aplicarlo es utilizando jabón para limpiar el sudor y mediante sacudidas, vibraciones y percusiones. La aplicación tiene una duración total de 10 minutos.
– Mantenimiento: se debe aplicar con el objetivo de diagnosticar alguna posible contractura, se debe llevar a cabo al menos cada dos semanas. Este masaje diagnostica puntos gatillo, elimina la fatiga muscular y mantiene la elasticidad muscular. La forma de aplicarlo es utilizando aceites y cremas mediante afloramientos, amasamientos, vaciados y roces.
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