Las definiciones más corrientes sobre lesión deportiva consideran el tiempo que el deportista está alejado de la competición (tiempo perdido) como el determinante principal.
Si empleamos esta definición, diremos que una lesión se produce cuando un deportista se ve obligado a dejar una competición o la práctica de un deporte durante un tiempo determinado, por ejemplo: 24 horas (National Collegiate Athletic Association (NCAA), 1996; Shultz, Houglum & Perrin, 2000).
Las lesiones deportivas que habitualmente pueden afectar a los corredores son muy variadas, afectan a todas las estructuras del aparato locomotor (músculos, ligamentos, tendondes, articulaciones y huesos), a veces, a varias de estas estructuras a la vez. A nivel muscular las más habituales son las contracturas, roturas fibrilares, sobrecargas, distensiones, tendinitis (inflamación del tendón), esguinces (ligamentos) o lesiones óseas provocadas por fracturas por estrés, o lesiones en las articulaciones (artrosis, sinovitis, roturas capsulares).
TIPOS DE LESIÓN
Las causas de lesión son básicamente tres (Gutiérrez, 1997); por impacto o choque con otro deportista o elementos deportivos, por un mal gesto o movimiento forzado y de forma intrínseca, siendo el propio aparato locomotor el que produce su lesión (problemas musculares y de tendón).
En atletismo, los traumatismos por torceduras de la articulación del tobillo y las lesiones musculares se cuentan como las lesiones más comunes en las disciplinas de carrera. En definitiva, se pueden distinguir, según el tipo de lesión, entre: esguinces, lesiones musculares, contusiones y fracturas:
– Los esguinces son lesiones de los ligamentos que envuelven las articulaciones sinoviales del cuerpo. La gravedad de los esguinces es muy variable si tenemos en cuenta las fuerzas implicadas. Se describen tres tipos de esguince, según su gravedad.
– Lesiones musculares /distensiones: son lesiones de los músculos, los tendones o la unión entre estos dos, normalmente conocida como unión musculotendinosa (UMT).
– Contusiones: son las lesiones deportivas más frecuentes, se producen por golpes en la superficie del cuerpo que comprimen los tejidos subcutáneos y la piel. Se producen en casi cualquier actividad, sin embargo, en los deportes de contacto o colisión, como el fútbol o el baloncesto, son los más prolíficos.
– Fracturas: las fracturas, fracturas de sobrecarga cuando se somete a un hueso a repetidas sobrecargas, y luxaciones, representan tres categorías de lesiones que afectan a los huesos y articulaciones, aunque tales lesiones pueden producirse realizando cualquier actividad, son más corrientes en los deportes de colisión en los que se desarrollan grandes fuerzas.
GRAVEDAD
La naturaleza de la lesión es otro aspecto importante. Es fundamental definir claramente el término de lesión deportiva, así como establecer los diferentes niveles de gravedad.
Heil (1993) las agrupa en: lesiones leves (requieren atención o tratamiento pero no se interrumpe la actividad deportiva); lesiones moderadas (es necesario el tratamiento y limitan la participación deportiva); lesiones graves (implican una interrupción prolongada de la actividad, a menudo con hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas, provocan un deterioro crónico, es imprescindible la rehabilitación permanente); y lesiones muy graves (que provocan una incapacidad permanente, suponen el abandono deportivo).