Es paradógico que una de las zapatillas más reputadas de la historia del running tiene una versión tan poco conocida como es la que probamos hoy, la Mizuno Wave Rider TT o Total Terrain. Y es que la famosa Mizuno Rider tiene varias versiones en catálogo, hace un par de temporadas vimos la Rider Neo y actualmente tenemos la Rider GTX con Goretex y esta versión de la que hoy hablaremos, la Rider TT.
Se trata de una variante de la Mizuno Rider clásica pero más adaptada a un uso off road, una zapatilla que se suma al segmento ATR (All Terrain) de zapatillas ideales para caminos, o trail de baja dificultad y uso urbano, lo que comúnmente se engloba en el término Door To Trail.
A diferencia de otras marcas que utilizan un modelo de base y le colocan una suela más agresiva y poco más, la Rider TT que hemos probado es una zapatilla que, si bien se parece mucho en concepto y usuario a la Mizuno Wave Rider 27 actual, sí tiene una serie de cambios relativamente importantes que la adaptan mejor a los potenciales terrenos por los que se va a utilizar.
Chasis y mediasuela de la Mizuno Wave Rider TT
Desde el primer momento en que te las calzas notas que es una Mizuno Wave Rider, pero es más similar a una Rider de hace unos años en cuanto a sensaciones. Esto se debe a que la Mizuno Wave Rider 27 se ha enfocado un poco más en lograr un tacto de amortiguación más profundo y blando y para ello ha aumentado su perfil, entre otros aspectos.
La Mizuno Wave Rider TT mantiene un volumen más moderado con el pie, más pegado al suelo. En concreto, tiene 36 mm en talón y 24 mm en antepié con un drop de 12 mm, pero lo cierto es que parece mucho más bajita y la sensación de agilidad y de terreno es mucho más marcada que en una Rider 27, por ejemplo.
Eso se debe a que no solo es 2 mm más baja de perfil total sino que hay que tener en cuenta que su suela tiene hasta 5 mm de perfil, por lo que la realidad es que tenemos una mediasuela muy cercana a lo que la Rider tenía hace algo más de un lustro: es una zapatilla que transmite mucho, que se mueve fácilmente y que la llevas donde quieres, es muy precisa y atiende bien a las demandas del corredor.
En cuanto a amplitud de base, la Mizuno Wave Rider TT sí mantiene unas cotas comedidas de 115 mm en antepié y 95 mm en talón, siendo una zapatilla estable en la parte trasera, con un volumen más que suficiente para el usuario prácticamente exclusivo de la Rider, que es el talonador que busca una zapatilla estable y de drop alto.
Mientras tanto, la parte delantera es un poco más moderada en anchura que la media del mercado (117 mm), lo que la hace (como he dicho) muy precisa y ágil, tanto que en muchas ocasiones nos va a parecer casi una zapatilla mixta.
La composición de mediasuela es el típico sándwich que durante muchos años han tenido la mayoría de las zapatillas Mizuno, con dos espumas y una placa intermedia. Los compuestos son U4icX, Wave Plate y Enerzy.
El U4icX es una variante más elástica del clásico U4ic. Se trata de una EVA mezclada con algún polímero plástico o goma para hacerlo más ligero y resiliente y, de hecho, es hasta un 36% más ligero que la EVA clásica.
Su ubicación en la Mizuno Wave Rider TT es extensa y muy protagonista ya que ocupa toda la parte superior del talón (por encima de la placa) y el 100% del antepié.
Se trata de un compuesto de 55ºHc de dureza, por lo que es 5ºHc más firme que el U4icX de una Mizuno Wave Rider 27 con el objetivo de aportar más estabilidad y consistencia a la mediasuela.
Por otra parte, la Rider TT tenía que llevar una placa de Pebax de Arkema porque, si no, no se podría denominar Rider, y es que la mítica placa o Wave Plate de Mizuno nació hace 28 años con la Rider y es una característica inherente a todo el modelo que lleve ese sobrenombre.
Esta Wave Plate tiene una extensión que cubre el talón y un poquito del mediopiñe, lo justo para darle rigidez torsional a esa zona, pero sus principales funciones son las de dispersar el impacto sobre su superficie y transformarlo en energía que favorezca la transición.
En esta Rider TT se nota bastante su presencia ya que nos da seguridad tanto en asfalto como en zonas off road en buen estado, es la principal razón de la buena estabilidad de la zapatilla, aunque también tiene una pequeña pega si la sacamos de sus terrenos y le metemos un trail algo más técnico: cuando la placa termina, la zapatilla vuelca de golpe al tener poco flare la mediasuela y eso nos puede costar un susto o un tobillo. Aunque, como digo, poca culpa tiene la zapatilla ya que no es para ese tipo de terrenos.
El Enerzy es el material más avanzado y principal con el que Mizuno rellena sus mediasuelas. Se presenta en diferentes modalidades, (Lite, Core y normal): el normal es que lleva la Rider TT y se ubica en la parte baja del talón, por debajo de la placa y, en teoría, su función es la de absorber el impacto en primera instancia sin que eso conlleve viciar o deformar el resto de los materiales de mediasuela para que la zapatilla no resulte inestable.
Es un compuesto de 55ºHc de dureza, algo que nos ha sorprendido porque lo esperábamos ligeramente más blando y quizá es algo que sí cambiaríamos de cara a una futura versión.
A pesar de tener espumas relativamente firmes, la Rider TT es un modelo que solo pesa 285 gramos en talla 9 US (301 gramos en 10 US) algo que, para una zapatilla con esta suela, ciertos refuerzos y las espumas ya citadas, es todo un logro.
Hay que reseñar que ambas zapatillas (izquierda y derecha) han pesado exactamente lo mismo, 301 gramos, que parece una tontería pero es muy inusual y denota la calidad de producción de Mizuno.
Suela
A pesar de no contar con la firma de Michelin, algo habitual en la marca nipona, sí que vemos unas geometrías que nos recuerdan mucho a las suelas Michelin que han usado durante años modelos como la Daichi en sus primeras versiones.
Lo cierto es que, en ese sentido, Mizuno ha sabido utilizar lo conocido y comprobado para garantizarse un buen rendimiento: simular los tacos derivados de un neumático de mountain bike para una zapatilla híbrida (all terrain) tiene mucha lógica. Es, siguiendo con el paralelismo, como las bicicletas de gravel actuales, creadas para uso de montaña fácil y asfalto, por lo tanto podemos esperar un nivel de tracción y adherencia en esta suela de las Rider TT similar a lo que se experimenta con las gravel o MTB.
El compuesto que ha usado Mizuno es, probablemente, el material más mítico de la historia de las suelas de running, quizá no por la fama pero sí por los años que lleva dando grandes resultados. De hecho, si por algo es conocida Mizuno es por su durabilidad, y el caucho X10 es uno de los mayores responsables de ese éxito.
La Mizuno Wave Rider TT lleva ocho grandes piezas de caucho X10, dos en sendos laterales del talón y seis más distribuidas en el antepié.
Es una zapatilla que cuenta con una especie de Guidance Line que segmenta bastante el talón para intentar que la zapatilla se adapte a terrenos algo más rotos y, además, cuenta con tacos algo más grandes en la zona del talón para resistir mejor el desgaste pronunciado que a priori va a tener una zapatilla totalmente enfocada a corredores que aterrizan con esa parte.
La zona media está un poco desprotegida, pero para el tipo de terrenos por los que se tiene que mover la Rider TT esto no es ningún problema en absoluto.
La parte delantera, como he dicho, tiene seis grandes paneles que están separados por los surcos de flexión y la Guidance Line.
Los tacos laterales forman una especie de pinza mientras que en la parte central tenemos tacos más grandes con forma de ala delta. Estos tacos de ala delta se ubican en la banda de rodadura, más o menos por donde una pisada neutra va a requerir más esfuerzo o por la zona que va a recibir más presión.
Por tanto, esa zona necesita tacos más grandes y, al ser un modelo también para asfalto, tienen que ser planos para que no resulte incómodo correr por asfalto.
Además, los tacos en pinza laterales están más enfocados en general a la tracción.
Uno de los puntos que más me ha gustado y denota un gran nivel de conocimiento del diseñador es que la forma de los tacos va en consonancia con la curvatura de la zapatilla: curvatura longitudinal (rocker) y curvatura horizontal.
Y es que, aunque muchas veces no lo explicamos, el pie tiene tres arcos diferentes. Generalmente, cuando hablamos de arco del pie nos referimos al arco longitudinal interno, pero existe otro paralelo denominado longitudinal externo y otro más (que forma un triángulo con los otros dos) que se denomina arco transversal y que, digamos, va de lado a lado del antepié de manera horizontal.
Este arco transversal tiene su réplica, muchas veces imperceptible, en la suela de las zapatillas, siendo los laterales más biselados que la zona media más abultada. Pues bien, el diseñador ha tenido en cuenta las formas de la zapatilla en esa zona central para que la zapatilla se mueva fluida y de manera agradable.
Además, Mizuno ha tenido en cuenta la transición de la zapatilla longitudinalmente y le ha colocado tacos en rampa para que no nos dé esa sensación de clapeteo que muchas veces tenemos cuando metemos una zapatilla de trail en asfalto.
Una de las sorpresas más gratas que hemos tenido probando la Rider TT es que generalmente el caucho X10 y la manera de hacer las suelas de Mizuno, con grandes tacos planos, suele ser sinónimo de resbalones en zonas lisas y húmedas, algo muy común aquí en el norte de España, pero los primeros 80 km que hemos hecho, la tracción en asfalto mojado ha sido muy buena, el taco agarra muy bien incluso con bastante agua así que, como digo, nos ha sorprendido para bien. Es cierto que en baldosa tiene más problemas, pero aún así nada que no le pase a cualquier zapatilla.
Los terrenos ideales para la Rider TT son caminos de tierra, desde zonas de parque bien cuidadas a los típicos caminos de tierra y piedra de los pueblos. Además, se comporta muy bien en caminos algo más rotos, por allí por donde ya uno no mete un coche sin problemas, en esas zonas va muy bien, incluso en subida y bajada siempre que sean caminos de tierra seca.
Hay que decir que, dentro del espectro de modelos ATR del mercado, donde podemos nombrar las más famosas como, por ejemplo, Ride TR, Novablast TR, Challenger ATR, la Rider TT quizá sería la que mejor se defiende en condiciones algo más de trail puro, sobre todo si eres una persona con cierta experiencia ya que, si el corredor tiene capacidad técnica, la Rider TT responde bastante bien.
En asfalto no tiene ningún problema, la suela aun expuesta es duradera, la transición es buena y la amortiguación, aun siendo firme, cumple.
Pero, como digo, esta zapatilla tiene lógica en el mercado principalmente para corredores que corren por tierra, riveras, caminos pisados o zonas de monte bajo de poca dificultad y que necesiten correr por asfalto unos kilómetros hasta llegar a esas zonas. Para esta gente es la Rider TT, fuera de esto tiene poco sentido pues otros modelos serán mejor opción ya sea para trail puro o para asfalto puro.
Donde muestra problemas es en tierra mojada, básicamente porque no tiene ni disposición ni estructura/longitud de taco para este tipo de terrenos.
La Rider TT tiene tacos de entre 3 mm y 4 mm, pero muy cercanos unos a otros así que tiene difícil gestionar el barro, que se pegará a la suela y formará una plasta difícil de soltar si la zona de barro por la que la metemos es continuada.
La durabilidad es excelsa, como en todas las Mizuno. Tenemos zapatilla para rato y, aunque es difícil dar una cifra teniendo en cuenta que es un modelo híbrido y va a depender del porcentaje de asfalto/tierra que le apliquemos, sin duda alguna va a superar los 800 km en el peor de los casos.
Upper de la Mizuno Wave Rider TT
Mizuno ha optado por el camino del medio a la hora de diseñar la malla de la Rider TT, y es que tenía la opción de usar una malla más típica de asfalto con doble malla o un upper más de trail con protecciones, etc.
Al final ha optado por una malla de una sola capa pero muy cerrada. Esto añade ligereza y ventilación, pero también garantiza que no se rompa fácilmente al ser tan tupida y se le suman ciertas protecciones exteriores, siendo la que más destaca la puntera de la zapatilla, con doble capa de termosellado que, si bien no es una estructura muy recia, algo va a proteger (más que contra golpes, contra rozaduras).
En la zona media tenemos el logotipo de Mizuno, el Runbird o correcaminos, termosellado y con una tira también termosellada que nace en el chasis, cruza el logotipo y llega hasta la parte trasera del talón.
En esta parte trasera la malla no solo es cerrada sino que además se le añade relieve y grosor en líneas ligeramente oblicuas para darle un poco de textura, imagen y durabilidad.
El sistema de cordones está muy bien integrado, no es para nada voluminoso o protagonista, algo que bien se podría haber puesto en una zapatilla de este estilo ATR, pero Mizuno ha preferido hacerla cómoda, que transmita calidad y lo cierto es que, como digo, el sistema de cordones, aun pasando desapercibido, funciona bastante bien, sobre todo si compensamos el típico efecto de las Mizuno de abrirse por el collar usando el agujero auxiliar.
Los cordones en sí son algo finos para mi gusto, es cierto que le dan un toque diferente, como más lujoso pero, como digo, son algo finos.
La lengüeta bloquea cualquier efecto perjudicial de unos cordones tan finos, así que por ese lado no hay problema, es una lengüeta típica de la Rider, con acolchado medio, cómoda, longitud adecuada y lo más importante en una zapatilla con una malla de una sola capa, es que esta lengüeta va sujeta a los laterales.
En el collar no encontramos grandes acolchados, los justos para que sea agradable, pero no son muy voluminosos.
El recubrimiento interno es agradable, no es lujoso pero tampoco se ve rugoso o de mala calidad. Quizá una pequeña pega es que el collar es ligeramente redondeado, algo que no me gusta y que, en combinación, con los chasis de Mizuno con Wave plate, no suele ser una gran idea ya que, al entrar en carga, pierde sujeción, abriéndose (y en una zapatilla door to trail puede entrar algo de tierra).
Horma
Mizuno suele tallar siempre de manera muy homogénea y esta no es la excepción, al menos en cuanto a longitud. Escogiendo la talla habitual US acertarás.
En cuanto al resto de la horma, hay que decir que es un modelo que ajusta de manera cercana, intenta también hacerlo para sujetar o dar esa sensación al corredor, que nota confianza corriendo con ella, ajusta bastante y de manera natural.
Ahora bien, comparada con otras Mizuno puede no ser tan permisiva en antepié, tanto en ancho como en alto, pero aun así la horma es bastante estándar. Quizá notéis algo más de ajuste pero nada como para decir que tiene una horma estrecha.
El ajuste en mediopié es bastante bueno aunque es mejor si usamos el agujero auxiliar de los cordones porque el collar me ha gustado menos. Los collares redondeados ya deberían haber quedado en el olvido, y todo aquel que se acerca a esas formas va a recibir una crítica.
En este caso es algo muy leve. Lo cierto es que, viendo cómo las Mizuno con placa se han comportado siempre dinámicamente, no suele ser una buena combinación pero, a pesar de ello, no he notado que el pie se deslice (aunque se abra un poco al aterrizar).
Como todas las Mizuno de entrenamiento, es un modelo de arco bajo, algo a tener en cuenta por aquellos que no quieren arco, demandan soporte o tienen molestias en esa zona. La Mizuno Wave Rider TT Estaría situada en el rango de modelos con menos arco de esta categoría, oponiéndose por ejemplo a la Challenger de Hoka, con arco marcado.
Es una zapatilla buena para plantilleros siempre que no excedamos mucho los 5 mm de la plantilla de serie: es de 19 gramos y 37ºHc de dureza. Así que mientras vuestra plantilla personalizada no pase de 6 mm, creo que es una gran zapatilla.
Amortiguación y dinámica
Si hay un punto donde nos hubiese gustado un cambio es en la amortiguación, pero esto es una opinión y un gusto subjetivo. Creo que con 5ºHc menos en el Enerzy e incluso uno o dos milímetros más de perfil, esta zapatilla sería considerablemente mejor y tendría más ventas porque más corredores optarían por ella, especialmente en un panorama del running actual donde la amortiguación es la reina y estamos muy acostumbrados a tactos muy blandos y con mucho recorrido.
La Mizuno Wave Rider TT no tiene ni un gran recorrido, ni un tacto blando, es una zapatilla que, para los estándares del trail running, tiene una amortiguación más que agradable, pero para los de carretera es firme. Creo que, teniendo en cuenta los terrenos por los que debería ser usada, se podría permitir el lujo de ser un poco más blanda, no mucho más pero sí algo.
Si venís de una Mizuno Wave Rider 26 o una Mizuno Wave Rider 27 vais a notar las diferencias al instante. Al lado de esos modelos, esta Rider TT parece más una zapatilla mixta, más rápida, más pegada al suelo, más firme y menos elástica, algunos atributos lógicos para adaptarla al terreno off road (pero quizá en la amortiguación es donde se pueda encontrar un término medio que le haga llegar a más gente).
A pesar de esto, me ha gustado su dinámica, especialmente para los corredores que son neutros 100% ya que en este tipo de corredores la transición es muy fluida, incluso en asfalto.
El tipo de tacto que le ha dado Mizuno creo que la limita un poco en cuanto a qué tipo de corredor es su rango ideal.
Creo que hasta 80 kg se puede usar sin problema, más allá es estirar un poco el chicle y, con 85 kg, solo la recomendaría a gente que haga más del ochenta por ciento de sus kilómetros en tierra o estén acostumbrados a entrenar con modelos ligeros.
Los corredores de hasta 70 kg van a disfrutarla más que los de más peso, aun así, con 76 kg como es mi caso, tiene suficiente amortiguación para protegerme durante, al menos, 20 o 25 km antes de que mi pie empiece a pedir más.
El concepto de chasis es de zapatilla clásica, como todas las Rider. No es una zapatilla con chasis curvado y grandes alardes de eficiencia biomecánica sino que es un modelo para los que están acostumbrados al calzado de siempre con drop, flexibilidad delantera y poca curvatura de chasis.
Es bastante plana y, de hecho, el biselado trasero es de solo 15.5 mm, y aunque el repunte delantero no es muy bajo, tampoco supera la media, yéndose a los 48 mm pero de manera muy progresiva ya que el ángulo de salida es bajo (28º) y el comienzo del repunte es relativamente temprano al 72% de la longitud.
Conclusión
Quizá lo que más me ha llamado la atención es lo que menos me esperaba de la Rider TT, su agarre en asfalto mojado y lo ágil que es en el pie, cosas que daba por hecho iban a ser muy similares a lo experimentado en la Rider 27 pero, como digo, hay muchos cambios: es más firme, es más rápida que la versión asfaltera, agarra bastante mejor… Y, aun así mantiene muy fielmente lo que debe ser una Rider: ligera, ágil, fácil de llevar, estable, duradera y con un upper cómodo.
Si algo echo en falta es, quizá, un tacto ligeramente más agradable. No es que sea dura, es ligeramente firme y, a pesar de ello, la amortiguación es muy aprovechable, sobre todo en zonas de tierra donde este tipo de amortiguaciones se percibe de manera más agradable que en asfalto, por ejemplo.
Más allá de eso, contento en general con la zapatilla. No va a ser una superventas porque al final es una zapatilla híbrida y eso siempre limita un poco, al menos de momento, pero es una compra muy lógica para todo aquel que busque un modelo para entrenar en parques, riveras, caminos y quiera algo similar al asfalto, pero con tracción y durabilidad.
Usuario tipo de la Mizuno Wave Rider TT:
- Corredores neutros o plantilleros de hasta 80 kg que busquen una zapatilla door to trail que sea ágil, con buena tracción pero a su vez ligera y con suficiente amortiguación como para realizar rodajes, fartleks, calidad o competiciones de hasta maratón, en terrenos como asfalto o caminos de tierra.
Mizuno Wave Rider TT
Lo mejor
- Upper agradable para ser una ATR
- Suela con buena tracción
- Alta durabilidad
- Ágil y precisa para su segmento
A mejorar
- Un poquito más blanda hubiera sido mejor
- El collar algo redondeado no es lo ideal
- Su precio de 150€ es entre 10€ y 20€ más de lo ideal para un modelo de este segmento