El Fresh Foam ha sido uno de esos compuestos que, cuando ven la luz y se materializan en una nueva zapatilla, cambian por completo todo lo que se conocía hasta la fecha y suponen una forma diferente de ver el calzado y, en mayor o menor medida, provocan una revolución en la forma de construir las zapatillas y de buscar una mejor experiencia para el corredor.
Pero el Fresh Foam no es, ni mucho menos, la primera tecnología de New Balance con la que han irrumpido en el running con fuerza. En unos pocos años han lanzado al mercado compuestos que, a día de hoy, a cualquier hijo de vecino le suenan y los consideran convencionales pero que en su día fueron totalmente innovadores, como el Revlite (espectacular relación cantidad de amortiguación/ligereza), Fantom Fit (sistema de ajuste a través de termosellados) o, sin ir más lejos, la línea minimalista ‘Minimus’ o la de trail, cuyos modelos han resultado ser totalmente transgresores.
En esa búsqueda por desarrollar ideas nuevas y materializarlas en calzado que va a ser beneficioso para el corredor, New Balance lanzó, el año pasado, la primera zapatilla de la línea Fresh Foam, la 980, una pionera que jugaba con la geometría -aunque esto no es nuevo en la marca, que siempre anda jugando con formas y figuras geométricas en la mediasuela para conseguir el comportamiento que buscan- y el compuesto que da nombre a la zapatilla, con una mediasuela 100% Fresh Foam.
Como decíamos, no sólo las zapatillas Fresh Foam se caracterizan por incorporar este compuesto sino que un factor muy importante que tienen en común todas las zapatillas de la línea Fresh Foam es la geometría: perfil alto, drop bajo (menos de 8 mm), con buen ajuste pero con espacio delante para permitir que se expandan los dedos del pie, sin costuras, con un peso contenido y, muy importante, un tacto de amortiguación agradable sin que por ello ofrezca una dinámica lenta sino, más bien, todo lo contrario, con cierta pegada para entrenamientos o competiciones con chispa.
Lo que se consigue con todas estas características (a parte de la confortabilidad en carrera) es que las zapatillas te incentiven a aterrizar de mediopié, a adelantar el aterrizaje para que la técnica de carrera sea más eficiente.
Pero, ¿qué es el Fresh Foam?
El Fresh Foam es el compuesto único que ha utilizado New Balance para dotar a estas zapatillas de la amortiguación y respuesta que necesitan, sin ayuda de otros elementos o materiales. Partiendo de una EVA clásica, New Balance la ha tratado hasta conseguir en ella las propiedades que quería de tacto, dureza, consistencia, etc., para que fuera el único componente de la «mitad de abajo» zapatilla, sin necesidad de nada más. 100% Fresh Foam.
La clave para conseguir algo radica en un laborioso estudio previo de biomecánicas de diferentes corredores utilizando un software sobre cargas en estático y en movimiento (software de cálculo de estructuras que se utiliza en construcción) de modo que, en todo momento y en cada punto, se conozca qué cargas y fuerzas hay y cómo afectan éstas a la dinámica de la pisada, cómo evolucionan en función de diferentes biomecánicas, pisadas, impactos, etc.
Conociendo todos estos datos, se puede saber cómo debería ser la geometría del chasis (dónde se va a necesitar más grosor, dónde menos, dónde más respuesta, dónde más estabilidad y un largo etcétera) en función de los datos recogidos y del material que se va a utilizar, en este caso, Fresh Foam (de dureza 50º en la primera 980).
Geometría en las mediasuelas
Las mediasuelas a base de hexágonos de las zapatillas Fresh Foam tienen su explicación, ya que dependiendo de su tamaño -más largos o más cortos- y su forma -convexos o cóncavos- van a comportarse de una manera distinta.
Los hexágonos vacíos consiguen que haya un mayor recorrido de amortiguación mientras que los «rellenos» (convexos) son más difíciles de comprimir y proporcionan más estabilidad, así que dependiendo de lo que requiera la zapatilla en cada zona (más estabilidad, más amortiguación,e tc) su combinación va a hacer que en unas zonas los hexágonos sean de una forma y en otras de otra para conseguir las características de una pisada eficiente. De igual forma, los hexágonos más largos normalmente van a estar colocados en las zonas que van a recibir impactos mayores (por ejemplo, talón) y los más cortos en las zonas con menos carga.
La ventaja de no tener que usar ninguna pieza adicional en el arco como estamos acostumbrados a ver en otras zapatillas es que se gana estabilidad y se pueden exprimir sin miedo porque se consigue una transición de mediopié impresionante.
New Balance 980 Fresh Foam
La 980 Fresh Foam fue la primera de la línea, se lanzó en 2014 y, curiosamente, aunque era una de las zapatillas más avanzadas del mercado, en los pies no se sentía diferente a una zapatilla clásica, con todas las ventajas que eso conllevaba. Agradable, suave, muy estable y que para la mayoría de los corredores no necesitaba adaptación previa a pesar de su bajo drop. Perfecta para competir en maratón y medio maratón.
Por su tacto de amortiguación, su recorrido y su chispa es perfecta como zapatilla rodadora y también para entrenamientos con un poco de chispa (fartleks, por ejemplo) a ritmos más lentos de 4.15 min/km.
Análisis a fondo: New Balance 980 Fresh Foam.
New Balance 980v2 Fresh Foam Boracay
La Fresh Foam Boracay es la segunda versión de la original 980 del año pasado que mantiene su espíritu de zapatilla de entrenamiento con tacto muy agradable y un confort muy alto. Una «trotadora» muy completa que mantiene los 4 milímetros de drop de su predecesora y una flexibilidad progresiva que te pide aterrizar de mediopié.
Análisis a fondo: New Balance 980v2 Fresh Foam Boracay.
New Balance 1980 Fresh Foam Zante
Con la Zante, lo que buscaban era hacer la zapatilla perfecta para correr un poco más rápido que con la Fresh Foam Boracay y con las mínimas partes posibles, esto es, una pieza para la mediasuela y otra para el upper.
En la práctica, la nueva Zante ha resultado ser un cohete con tacto increíblemente suave, una de las mixtas más impresionantes de toda la historia. Es eficaz, es agradable y es polivalente. Con un drop de 6’5 mm, no es nada exigente y está diseñada para usar en distancias largas y todo tipo de entrenamientos entre 3’30»/km y 5 min/km.
Análisis a fondo: New Balance 1980 Fresh Foam Zante.
New Balance 980 Fresh Foam Trail
Con todo lo que está cuidando New Balance su línea de trail, con modelos cuanto menos llamativos, tenía que diseñar al menos uno con Fresh Foam. La 980 Trail es una zapatilla ligera, ultracómoda y amortiguada, que rinde especialmente bien en corredores de peso ligero y medio cuyo principal terreno son pistas forestales y vías pecuarias. Sin duda, para correr eficientemente gracias a su perfil elevado y su drop de 4 mm.
Y, por supuesto, con una polivalencia tremenda, muy válida tanto para rodajes como para entrenamientos de intensidad.
Análisis a fondo: New Balance 980 Fresh Foam Trail.
New Balance Fresh Foam Hierro
La fecha oficial de lanzamiento de la nueva New Balance Fresh Foam Hierro es julio 2015, pero os podemos adelantar que mantiene el drop de la 980 Trail, 4 mm, una suela agresiva con tacos multidireccionales, un peso de 323 gramos en la versión masculina y 243 gramos en la femenina.