Seguramente ya conoces los métodos para entrenar fuerza y resistencia, ¿y los beneficios y los efectos que aportan los distintos tipos de entrenamiento?
Cada tipo de entrenamiento produce adaptaciones a corto y largo plazo, a través de las respuestas que provoca la carga de entrenamiento aplicada en el organismo. Es crucial hacer referencia al concepto de individualidad cuando se habla de adaptaciones porque cada persona responderá de manera distinta ante el estímulo de entrenamiento, cada deportista posee un componente genético diferente que, sumado a la condición física que posea, determinará la forma en la que sufrirá las adaptaciones.
Por otro lado, también se deberá tener en cuenta el tipo de programa de entrenamiento, las adaptaciones serán diferentes dependiendo de si se sigue una rutina orientada a mejorar aeróbicamente o a ganar fuerza:
Adaptaciones con un trabajo aeróbico
- Uno de los principales cambios con el trabajo aeróbico consiste en la mejora de entre el 5% y el 35% del Volumen Máximo de Oxígeno (VO2Máx).
- Se incrementa la capacidad para oxidar grasas y carbohidratos, al mismo tiempo que aumenta el contenido de mioglobina.
- Aumenta la capacidad del músculo de romper glucógeno para producir energía en forma de ATP.
- Aumenta el número y el tamaño de las mitocondrias de la musculatura esquelética, por lo que aumenta la actividad y la concentración de las enzimas involucradas en el Ciclo de Krebs.
- Se mejora la utilización de las grasas como fuente de energía, ya que una persona entrenada oxida más grasas y menos carbohidratos que una desentrenada. Por consiguiente, se acumula un menor porcentaje de ácido láctico durante el ejercicio, retrasándose la fatiga.
Adaptaciones con un trabajo de fuerza
La primera respuesta, tras un entrenamiento de fuerza, es la hipertrofia consistente en un aumento de la sección transversal de las fibras a causa del aumento de los filamentos de actina y miosina. Entre las principales adaptaciones, se destacan las siguientes:
- Aumentan los niveles de fosfocreatina y glucógeno muscular.
- Aumenta la masa muscular y el tono muscular, por lo que aumenta la prestación de fuerza debido a la excitabilidad de la motoneurona y de la activación de los músculos sinergistas.
- Desciende el porcentaje de grasa, aún así se aumentará de peso puesto que el músculo pesa más que la grasa, es decir, se producirán alteraciones en la composición corporal.
- Aumenta la coordinación intra e intermuscular.
- Se producen cambios en el sistema de disposición muscular y es probable que se produzca una pérdida de flexibilidad.
Consecuencias de entrenar en exceso
Los excesos nunca son buenos y, en el caso que nos ocupa, es sumamente importante tenerlos en cuenta y controlarlos ya que las consecuencias pueden ser peligrosas:
- El cuerpo no consigue concentrar sus energía en un adecuado descanso, esto es debido a la sobreactivación del sistema nervioso simpático: aún cuando sientes mucho sueño y ganas de dormir, resulta difícil conciliar el sueño.
- Disminuyen las defensas inmunológicas, lo que hace que seas más propenso a contraer enfermedades. El esfuerzo físico genera un estrés que, de no ser contrarrestado con una adecuado descanso, puede alterar el sistema inmune.
- Se produce una falta de apetito, y la dieta resulta fundamental en un programa de entrenamiento: sin una adecuada ingesta es imposible poder afrontar los entrenamientos y, con falta de apetito, el entrenamiento puede hacerse tedioso, pudiendo provocarte mareos, vómitos y malestar general.
Entre los muchos efectos que provoca el sobreentrenamiento podemos contar los siguientes: alteración del pulso cardíaco, taquicardias, sudoración excesiva, inestabilidad emocional, falta de concentración, etc.
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Estimado JM Prieto, leo de forma reiterada en tus temas que » el ácido láctico acumulado produce fatiga» o bien que reducir el ácido láctico reduce la fatiga.
Actualmente (desde hace una década) se ha demostrado que el ácido láctico no tiene nada que ver con el origen de la fatiga, aunque como un producto resultado del aumento de los requerimientos de energía/tiempo, correlaciona con la intensidad del ejercicio y por tanto correlaciona con la aparición de fatiga.
Correlación no significa causalidad, eso es así en ciencia. En el contexto que citas aquí precisamente, al aumentar el entrenamiento, mejor metabolismo aeróbico y por tanto menor producción de láctico, lo que hace que «correlacione» menor láctico con más rendimiento, sin embargo, el origen de tener mejor rendimiento es independiente del láctico. La fatiga se retrasa por mejor forma física general no por menor porcentaje de láctico.
Para saber más de ácido láctico te invito a leer un post que he publicado en carreraspopulares.com con el nick de este foro, y en el atleta.com con el nick «nono» . Te sorprenderá saber que le láctico favorece la continuidad del ejercicio en condiciones de alta intensidad porque interacciona con canales de potasio y cloro permitiendo la mejor repolarización de la fibra muscular. La bibliografía científica que se aporta es bastante sólida.
El título es mitos y leyendas de la fisiología del ejercicio. Espero que te guste el tema.
saludos.
Lo siento, no he entendido ni J. Para los mortales por favor.