La adidas Ultraboost Light se ha convertido en todo un icono a nivel mundial y no solo referido a zapatillas de running sino que desde su lanzamiento, allá por 2015, ha representado uno de esos hitos históricos dentro del calzado deportivo por la expectativa de que venía a ser la mejor zapatilla de la historia hasta ese momento, algo que cumplió de cierta manera.
Posteriormente, tuvo un gran impacto social dentro del mundo de la moda desde que Kanye West la utilizó por primera vez y se convirtió repentinamente en un referente estético que caló gracias a su gran comodidad y esbelta figura en sus primeras cuatro ediciones.
adidas nació por y para el running, siempre ha sido uno de los pilares importantes de la marca alemana y creo que esto pesó más a la hora de enfocar las posteriores Ultraboost (Ultraboost 19 y Ultraboost 20) que el aspecto estético o lifestyle, especialmente porque ya sacó decenas de modelos más enfocados a ese ámbito.
Tanto la Ultraboost 19 como la 20, como la nueva silueta que llevaban la Ultraboost 21 y la adidas Ultraboost 22, tenían mucha influencia por la gran tendencia actual maximalista del mercado y vimos que todo en aquellas zapatillas era sinónimo de maximalismo.
El problema que tuvo que enfrentar adidas con estos cuatro últimos modelos fue el gran peso que suponía aumentar mucho la cantidad de Boost para crear un modelo maximalista. Esta fue la cruz con la que han cargado las Ultraboost últimamente y es por ello que la nueva versión, la novena Ultraboost que hoy probamos, se ha denominado adidas Ultraboost Light, dejando claro que adidas ha escuchado al corredor y que ha cambiado ese aspecto menos positivo que las había alejado un poco de los corredores más exigentes.
Chasis y mediasuela
Hemos medido los perfiles de la adidas Ultraboost Light en 31 mm en talón y 21 mm en antepié, replicando las medidas de las Ultraboost anteriores y manteniendo el clásico drop de 10 mm que siempre ha tenido este modelo.
La amplitud de base también se mantiene con 121 mm en antepié y 99 mm en talón, siendo aun hoy en día una de las zapatillas con la base más ancha del mercado.
Esta amplitud de base, unido al sistema L.E.P, es la clave de uno de los puntos más fuertes que tiene la adidas Ultraboost Light: su estabilidad. Ha pasado de ser una zapatilla de estabilidad no muy marcada a una de las zapatillas más estables del mercado y, lógicamente, de su segmento (es más estable que ASICS Gel Nimbus 25, Saucony Triumph 20, Nike Vomero o New Balnce 1080 v12, por ejemplo).
El aspecto más importante de esta zapatilla (y no es que sea un secreto cuando adidas, en vez de denominar a esta zapatilla Ultraboost 23 ha decidido darle el nombre de adidas Ultraboost Light) es el nuevo compuesto de mediasuela: el Light Boost.
Durante años hemos visto intentos de hacer un Boost algo más ligero o ágil como las Pureboost con Boost HD o las Adizero Sub 2 en 2018 con el también denominado Light Boost, una variante en apariencia menos refinada pero claramente más ligera que el Boost normal y que creo poco tiene que ver con el Light Boost que hoy vamos a analizar.
La Ultraboost era sin duda la zapatilla que más necesitaba un Boost aligerado, tanto que una zapatilla de su renombre se estaba quedando descolgada con respecto a sus principales rivales dentro del segmento topes de gama de amortiguación neutra.
Era el peso, valga la redundacia, lo que hacía de lastre para que la Ultraboost pasase de ser una revolución en el mercado y una maravilla en los pies a una zapatilla cómoda pero pesada. Y ya sabemos que los corredores no perdonan y le dan mucha importancia a este aspecto, así que muchos emigraron a zapatillas rivales.
El Light Boost que lleva la adidas Ultraboost Light es, sin duda, el material más avanzado de todos esos intentos de adidas por aligerar el Boost, es el más similar al Boost normal en todos los aspectos (rebote, tacto, comportamiento dinámico…) pero un 30% más ligero.
Estamos hablando de que la adidas Ultraboost Light pesa 292 gramos oficialmente en talla 9 US y nosotros la hemos pesado en 321 gramos en talla 10 US, 30 gramos menos que su antecesora que representa un gran avance para lograr ese objetivo de ser una zapatilla que compita contra cualquiera.
La dureza del Light Boost es de 46ºHc, muy similar al del Boost normal, material que ya sabemos es un ETPU, un poliuretano termoplástico expandido en bolitas que se unen para formar una mediasuela.
No sabíamos exactamente qué era o cómo habían logrado reducir tanto el peso del Light Boost hasta que adidas nos lo ha chivado. Se está hablando de una mezcla de TPU con TPEE o EVA, pero lo cierto es que el tacto es tan parecido al Boost que me inclinaba más por un proceso diferente y novedoso por el que se inflan esas perlitas de TPU más que por una mezcla muy cambiada de materia prima.
Y así es, la principal característica de este nuevo Boost es que se consigue inyectar más aire dentro de cada pellet que forma la mediasuela, así se aligera el peso de cada uno de ellos y se reduce el peso general de la zapatilla.
Igual que en las versiones anteriores, el Light Boost se eleva mucho lateralmente: tenemos 31 mm de perfil en talón, pero el Boost se eleva hasta los 61 mm, así que tenemos el doble de altura de Boost externamente que debajo del pie, lo que crea una especie de armazón alrededor del calcáneo que sujeta lateralmente el talón en su sitio, complementado aún más por el contrafuerte de dos partes que hay por encima del Boost y que crea una sensación de seguridad espectacular: de ahí la gran estabilidad percibida al correr con las Ultraboost.
Otro punto, menos importante y estético, es que la superficie del Boost ahora es mucho más fina y llana. No tenemos tanta estética de Porexpan como ha tenido el Boost siempre, así que también luce algo más bonita, a pesar del volumen de mediasuela, que sus antecesoras.
La curvatura del chasis también es muy marcada. Tenemos una altura máxima de 48 mm en el repunte delantero y 36 mm en el trasero, lo que la hace una zapatilla con un rocker muy marcado que se nota corriendo, especialmente porque es una zapatilla con drop alto y no se suelen ver zapatillas de drop 10 mm y chasis curvado (esto crea unas sensaciones dinámicas únicas que luego analizaremos).
Suela de la adidas Ultraboost Light
La suela de la Ultraboost Light es muy compleja porque cuenta con materiales muy diversos y con una extensión completa que garantiza que esta edición de la Ultraboost es, posiblemente, la más duradera del mercado y potencialmente también la de más rendimiento general.
Tenemos tres materiales diferentes: caucho Continental, caucho cristalizado y el blown rubber de la isla central (Better Rubber, un material sostenible fabricado con un 70% de caucho natural, un 20% de caucho virgen y un 10% de caucho convencional).
El caucho Continental se podría dividir en dos partes, la primera situada en el talón, de color blanco y la segunda de color negro, situada en los laterales externos del antepié. Hemos medido ambas zonas y nos dan unas mediciones similares de 55ºHa aproximadamente, lo que parece indicar que adidas opta por el mismo tipo de caucho y solo cambia el color.
Ya conocemos el caucho Continental: es una maravilla, duradero, agarra en seco y en mojado. No le podemos decir nada malo y se podría argumentar sin mucho miedo a equivocarse que es el mejor material de suela que una zapatilla de entrenamiento podría tener.
No obstante, hay que puntualizar que su dureza no es muy alta, especialmente en talón, donde 55ºHa se considera una densidad baja mientras que esa misma densidad es normal en antepiá.
Habrá que prestar algo de antención a la zona de talón para ver cómo evoluciona el desgaste. En principio, con 108 kilómetros estamos viendo algo de desgaste ya, nada preocupante pero que nos invita a ser algo cautos y prever una durabilidad de unos 850 km de media.
En la zona media, tanto bajo el arco longitudinal medial y el arco longitudinal lateral tenemos caucho cristalizado que, además, se extiende hasta la puntera y se sitúa entre el caucho Continental del antepié y la islita central de blown rubber.
Este caucho cristalizado es el más firme que presenta la Ultraboost Light, tcon 60ºHa de dureza y que, como ya sabemos, soporta muy bien el desgaste. Gracias a esta característica y a su posicionamiento va a equilibrar muy bien el desgaste de la zona delantera de la zapatilla, compensándolo para que la Ultraboost Light se vaya desgastando lo más homogéneamente posible.
En cuanto a l isla central, se trata de un blown rubber de 48ºHa de dureza, es el material más blando de la suela y forma una pieza aislada y central, una isla similar a lo que vimos en la ASICS Novablast.
El razonamiento para hacer este tipo de piezas es simple. Si nos fijamos en la estructura de la suela, vemos un gran surco central que se origina en el talón, que da movilidad y estabilidad dinámica a la zapatilla. Así que, al llegar al antepié, donde necesitamos apoyo central, no es mala idea colocar una pieza que haga «efecto pistón» en esa zona ya que el arco transverso (arco que cruza horizontalmente la zona delantera) se beneficia al colapsar de unas geometrías que hagan ese mismo movimiento.
Además, en esa zona se suele poner una goma más blanda y adherente para traccionar ya que recibe mucho peso y fuerza y necesita agarrar lo mejor posible en el terreno para ser funcional y no perder nada de esa fuerza que imprimimos al impulsarnos.
Esta isla central es la primera parte de la zapatilla que va a tener un desgaste marcado por su baja dureza y por el uso extremo que damos a esa parte de la zapatilla, pero adidas ha sabido acompañarla del caucho Continental en el perímetro para que el chasis se mantenga estable y del caucho cristalizado para equilibrar el desgaste cuando esa islita ya tenga una erosión obvia.
Pero la suela de la Ultraboost Light es más compleja aún ya que no hemos hablado del L.E.P, Linear Energy Push, un sistema derivado del Torsion clásico: se trata de una pieza de TPU (plástico duro) situada en la parte baja de la mediasuela, entre esta y la suela, que tiene como objetivo histórico dar rigidez torsional a la zapatilla y quizá algo de impulso.
Este L.E.P es más que eso, ya que adidas ha cambiado sus geometrías para aligerar esa pieza y para crear dos piezas paralelas que se unen solo en la puntera, lo que reduce algo la rigidez torsional (era demasiada) pero, sobre todo, cambia sus formas para hacer las funciones de placa estructural.
Si habéis leído alguna de las pruebas que hemos hecho de zapatillas de placas de carbono o, sobre todo, la comparativa que tenemos hecha con varios modelos, ahí explicamos que hay dos tipos de placas de carbono: tipo cuchara (las que más ventaja dan) y tipo estructural.
Las placas estructurales ofrecen una dinámica de carrera más agradable, mantienen la estructura de un chasis curvado y, sobre todo, colaboran a reducir ligeramente el esfuerzo del corredor para desplazarse en largos recorridos.
El L.E.P se podría considerar una placa estructural de ¾ de longitud ya que es, esencialmente, la función que realiza: mejora la dinámica, provoca que la zapatilla ruede mejor y hace ligeramente más eficiente el desplazamiento.
Upper de la adidas Ultraboost Light
A estas alturas, a poco que te interese el mundillo de las zapatillas habrás visto constantemente el empeño de las marcas por ser lo más sostenibles posible y adidas es una de las que está haciendo un esfuerzo más notable para alcanzar la huella de carbono 0. Para ello ha creado un upper con, al menos, un 50% de materiales creados a base de plásticos que se han retirado de los océanos a lo que han sumado una reducción del 10% de huella de carbono en la producción de la nueva Ultraboost Light.
La malla es un PrimeKnit+ que intercala tres niveles de elasticidad:
- En las zonas donde se necesita un refuerzo interno (puntera, por ejemplo) el PrimeKnit+ es más denso y menos elástico.
- Tiene una zona intermedia (se puede ver en color gris bastante tupido) que limita un poco la elongación de la malla.
- Y, para acabar, una zona más elástica donde aparecen los agujeros de ventilación.
La ventilación es correcta. Ya sabemos que un knit es un tipo de upper que absorbe humedad y no ventila como una malla clásica, pero también es cierto que es mucho más cómodo, avanzado y con mejor ajuste.
La elongación de la malla es lo que abre y cierra los agujeros de ventilación, pero aunque la ventilación es correcta, no se puede decir que destaque en ese aspecto en ningún momento, sobre todo porque el aire que entra tiene dificultad para refrigerar el pie al ser el upper un guante y no separarse mucho del pie, lo que limita la efectividad de enfriar del aire que penetra al interior de la zapatilla.
En la zona media tenemos las clásicas piezas de plástico con las tres bandas de adidas.
Es una solución que, aunque nunca me ha dado problemas, sí he oído de gente que le roza en la parte superior o le resulta algo molesto lateralmente por la falta de adaptabilidad que tiene una pieza de ese tamaño.
Creo que adidas debería replantearse esta pieza (por peso y por falta de adaptación al pie en dinámico) pero sin duda da soporte lateral suficiente y, si no te molesta como es mi caso, funciona bien.
La parte del talón, el collar, siempre me ha gustado mucho. Hay que recordar que la Ultraboost fue la primera zapatilla en utilizar una protección de Aquiles curvada hacia atrás y que ahora todo el mundo utiliza. En adidas saben hacerlo mejor que nadie: es cómoda, no es agresiva, da sujeción; cuenta con unos acolchados de calidad, recubrimiento interno de lujo y el confort es de lo mejor del mercado.
No obstante, el collar no es perfecto. La mitad trasera es acolchada y clásica, pero la mitad delantera es de knit: en la zona donde se juntan las dos mitades tenemos una pequeña arista, no muy agresiva pero que podría ser un problema para un porcentaje pequeño de corredores que tenga el tobillo con una morfología algo diferente a la estándar.
La pieza que forma el contrafuerte es muy extensa, se puede identificar en color naranja y porque lleva inscrito Ultraboost en ella. Rodea el talón y se eleva formando un contrafuerte en dos partes que sujeta el calcáneo en sendos laterales, pero además se extiende hacia adelante hasta llegar al mediopié, favoreciendo que el chasis se mueva en conjunto en un ciclo de pisada completo.
En general el upper es un guante y da mucha seguridad por todos los elementos que le han aplicado (paneles, Boost lateral, contrafuerte, densidades varias de knit…), así que la zapatilla es un seguro ante, por ejemplo, torceduras de tobillo por lo estable que es.
Horma
La Ultraboost es la zapatilla de su segmento que más se ajusta al pie del corredor: es un guante absoluto, algo que puede agobiar a algunos y encantar a otros, así que hay que saber nuestras preferencias, ya que, si no nos gusta, entonces pierde muchas papeletas.
Personalmente no me disgusta ese tipo de ajuste cercano siempre que sea muy elástico como es el PrimeKnit+.
Es una zapatilla con una horma estándar en general pero un tallaje algo complicado en mi opinión: al ser como un guante, es algo bajita en la parte delantera, tanto que el dedo gordo se marca a través del PrimeKnit+.
No es que sea un problema pero sí es cierto que en muchos casos algunos corredores preferirán media talla más de la normal para ganar algo de espacio en la punta y tener una sensación de ajuste algo más relajada.
El resto de la zapatilla está en su punto, tanto el ajuste en mediopié como en talón son fáciles y hay que tener un pie muy extremo para que nos resulte un problema la horma de la Ultraboost Light.
La plantilla sigue siendo simple, de EVA, 4 mm de grosor, 16 gramos de peso y una dureza de 43ºHc. Sin más, adidas intenta que percibamos el Boost lo máximo posible y, además, reducir el impacto del peso de la plantilla en el peso total.
Los corredores plantilleros quizá encuentren algún problema a la hora de adaptarse a la Ultraboost, especialmente si su plantilla es más gruesa de 5 mm en antepié ya que esa altura escasa sobre los dedos a la que hacía referencia puede acentuarse y convertirse en incomodidad o incluso un problema. Tener 5 ó 6 mm de plantilla en talón será menos inconveniente que en antepié y, desde luego, recomiendo probarla en tienda con vuestro soporte plantar personalizado.
Amortiguación y dinámica
No voy a descubrir la rueda ahora por decir que todas las Ultraboost son zapatillas muy bien amortiguadas y que la versión Light también lo es.
Estamos ante un tacto y amortiguación muy similares a los de la versión anterior y es quizá lo que más me ha sorprendido de la Ultraboost Light, lo parecida que es aún cambiando a un material un 30% más ligero,
La podía esperar más blanda, menos reactiva, menos estable… No sé, algo diferente al ser mucho más ligera, pero no: adidas ha creado un Light Boost con un tacto muy pero que muy parecido al Boost normal.
Sí es cierto que adidas ha añadido un surco lateral que empieza en mediopié y se extiende al antepié y que se puede observar en los laterales de la mediasuela.
Este surco puede darnos un puntito extra de recorrido en la zona y realmente lo que creo que logra es una transición un poquito más fluida que anteriores versiones pero, como digo, es una zapatilla muy similar a lo que vimos en las adidas Ultraboost 21 y adidas Ultraboost 22.
Es de tacto medio tirando a blando, recorrido medio tirando a alto en talón y medio en antepié. En esa zona delantera es donde notamos menos cantidad de amortiguación por la presencia de las piezas del L.E.P, y es que la Ultraboost Light pretende tenerlo todo: dinámica, eficiencia, algo de impulso y amortiguación. Aunque en cierta manera logra todo eso, no esperéis dosis altas de ninguna de estas características, está todo dosificado y equilibrado.
Desde la Ultraboost 21, me llamó la atención la peculiar construcción y comportamiento de la Ultraboost ya que era una zapatilla con un chasis curvado muy marcado pero con un drop alto. Esa combinación, quieras o no, es rara en los primeros momentos porque nunca lo has probado antes: generalmente tienes una zapatilla de 10 mm de chasis clásico o una zapatilla curvada de drop entre 0 mm y 6mm, pero la Ultraboost Light mezcla dos mundos y esto genera una peculiaridad que puede gustarte o no.
Y es que es una zapatilla que funciona para casi todo el mundo. Tanto si aterrizas de talón como de mediopié va bien, pero no va a ser la ideal en ninguno de los dos casos, aunque claramente funciona mejor para corredores talonadores de cierto peso.
Es una zapatilla para usuarios de más de 75 kg de peso que busquen algo duradero, cómodo y que ajuste como un guante, que no busquen ritmos altos pero sí algo que ruede bien y dé seguridad. Para eso la Ultraboost es excelente y, además, puede ser una buena zapatilla de iniciación para muchos, o de entrenamiento tranquilo para la mayoría siempre que nos movamos a ritmos de 4:45/km o más lentos.
Conclusión
Hay que agradecer el esfuerzo de adidas por solucionar el gran problema que tenía la Ultraboost, Ahorrar 30 gramos de un año para otro, sobre todo sin comprometer nada en absoluto en la zapatilla, no es sencillo. Es una mejora considerable y algo al alcance de muy pocas marcas.
Ahora bien, creo que la adidas Ultraboost Light tiene dos caminos por los que puede seguir. Uno sería continuar con lo que están haciendo: intentar bajar el peso todo lo posible y cuando consigan una rebaja de otros veinte gramos, entonces los corredores más quisquillosos con el peso regresarán a adidas y la reputación de la Ultraboost volverá a ser la que era hace un lustro.
La otra opción -y que personalmente creo que es la que más lógica tiene- es seguir con lo que adidas está haciendo con el resto de la línea y virar la Ultraboost hacia el nuevo segmento de ultra amortiguación y comodidad por un tubo donde hay modelos como HOKA Bondi 8, New Balance Fresh Foam X More v4 o Nike Invincible 3: si a la adidas Ultraboost Light le metes Lightstrike Pro, con su chasis y estética, se convierte automáticamente en una superventas ya que es un modelo mucho más atractivo y bonito que las anteriormente mencionadas.
De cualquier forma, es una zapatilla que se venderá bien tanto entre corredores para rodajes tranquilos como para runners que se inician u ocasionales o, en general, gente que quiera un modelo bonito o atractivo para los avatares de la vida diaria ya que es cómoda, como un guante, tiene background dentro de la moda y es muy duradera.
Usuario tipo de la adidas Ultraboost Light
- Corredores neutros o plantilleros de hasta 95 kg que busquen una zapatilla tope de gama de amortiguación neutra para largos entrenamientos a ritmos más lentos de 4:30/km.